Ocultarse y buscar. Son las claves del juego del escondite. Ese al que juegan, sin quererlo, millones de personas en las fronteras de Siria. La búsqueda de hogar, de comida, de calor, de familiares. En eso consiste su juego de la vida, de la supervivencia. Esconderse de la violencia, del frío, de la guerra. Este es el día a día de las personas cuyos mundos se dieron la vuelta hace ya cuatro años y que el director David Muñoz muestra en el corto El Juego del Escondite, que competirá en la 65 edición del Festival Berlinale.