Sirio – Libanés
Este diario lleva el nombre de sirio-libanés, restituyendo de esta forma el nombre del Diario Sirio Libanés fundado en la Argentina en el año 1929 y reeditando al mismo tiempo el nombre de muchas instituciones (clubes, asociaciones, hospitales, bancos, patronatos, entre otros) fundadas a lo largo del siglo pasado en la Argentina y en otros países de América Latina.
El uso combinado de sirio - libanés tiene tantos detractores como adeptos. Sus detractores lo consideran avasallante de sus identidades, la siria o la libanesa y por ello rechazan su uso y ven en él una amenaza tácita que atenta contra el reconocimiento de su identidad libanesa o de su identidad siria.
Sus defensores, entre los que nos incluimos, lo entendemos como un término que refiere a un trabajo conjunto realizado por inmigrantes provenientes de Siria y del Líbano y sus descendientes, tanto antes como después del establecimiento de los Estados que llevan estos nombres.
Por lo tanto, y al ser calificativo de un trabajo conjunto, más que una amenaza a dichas identidades, conlleva un reconocimiento explícito de sus existencias.
El sirio es sirio y el libanés es libanés. Y al trabajo conjunto lo llamaremos sirio libanés sin que esto signifique en lo absoluto un desconocimiento de la identidad de cada parte. Esto es como a una banco fundado por argentinos y uruguayos lo llamaremos “banco argentino – uruguayo”, y a la naviera que construirían en algún futuro el Líbano y la Argentina será conocida como la “Naviera Argentino-Libanesa” y a la comisión mixta entre Siria y la Argentina se lo pondrá el nombre de “Comisión Sirio–Argentina”.
El actual “Consejo Superior Sirio-Libanés” compuesto por los presidentes de las repúblicas, los presidentes de los parlamentos y los primeros ministros tanto de Siria como del Líbano, es un claro ejemplo de ello. También lo son las centenas de instituciones mixtas existentes entre Siria y el Líbano, o entre cada uno de ellos y terceros países.
Como ejemplos, citamos el Banco Libanés–Francés, el Banco Libanés–Suizo, el Banco Libanés–Canadiense, el Banco Comercial Sirio-Libanés, el Banco Sirio - del Golfo, el Banco Sirio–Islámico, el Club Sirio-Canadiense, el Hospital Sirio-Francés, etc. Y ello, obvio, no constituye ningún desconocimiento a las identidades de cualquiera de las partes.
Hermanados en la sangre, la cultura y la historia, los inmigrantes sirios y libaneses, y posteriormente sus descendientes, construyeron muchas cosas en conjunto y les dieron el nombre compuesto de “sirio–libanés”, y muchas otras cosas las hicieron por separados, con los nombres de sirio y de libanés. Tanto unos como los otros, como los mixtos son, sin excepción alguna, orgullo de todos y un reflejo de la alta capacidad y la desinteresada dedicación.
En la administración y entre los hacedores de este diario se encuentran inmigrantes y descendientes de sirios y de libaneses que han optado por este nombre en honor a sus lugares de origen y en homenaje a sus padres y abuelos que forjaron la historia de esta ejemplar inmigración que ha contribuido enormemente con los cimientos de la identidad argentina.
El nombre Sirio Libanés no es más que esto. No debe ser interpretado de ninguna otra forma que pueda vulnerar nuestras identidades o los conceptos y los sentimientos que albergamos acerca de las mismas. Es un calificativo que refleja el accionar conjunto, los intereses conjuntos, y las aspiraciones conjuntas.
Esto es lo que pretende ser este renacer de nuestro viejo medio, “Diario Sirio–Libanés”, ahora en formato digital, acompañando la evolución tecnológica, para seguir reflejando y apoyando el trabajo conjunto y fructífero que supieron desarrollar, a lo largo de más de un siglo y medio, y seguirán haciéndolo, los libaneses y sirios en ultramar.
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