últimas noticias
Cultura
lunes, 19 de enero de 2015

¿Por qué los libaneses no pueden hacer colas?

Por Tanya Dernaika (*)

¿Casualidad?... mmm, difícil… A los argentinos en general, y a los descendientes de sirio-libaneses en particular; no nos pueden resultar extrañas ni menos graciosas estas líneas escritas para lectores del Líbano.

The Daily Star

Como comentario acerca de uno de los tantos elementos clásicamente pertenecientes a la conexión cultural del Mediterráneo (italianos, españoles, sirio-libaneses), la cual ha alimentado en mayor proporción los hábitos y costumbres nacionales, y en conjunto con, por ejemplo, el amor a las olivas y su aceite (entre otros), esa impaciencia y volatilidad levantina, combinada con una levemente escasa conexión a lo organizativo resaltan en esta colorida, autocritica y risueña nota, que DSL comparte con sus lectores, publicada en el periódico libanés The Daily Star a cargo de la mordaz Tanya Dernaika.

¿Por qué los libaneses no pueden hacer colas?

¿Se ha preguntado ud. por qué los libaneses en el extranjero pueden permanecer pacientemente en la cola cada vez que están obligados a hacerlo, pero de repente pierden esa capacidad - y toda noción de lo que se parezca a una línea recta – al segundo en que las ruedas de un avión tocan el asfalto en casa?

Seguramente ud. se ha hecho esa pregunta. De hecho se habrá desahogado al respecto y, a veces incluso se habrá reído de ello, pero si de verdad intentó pensar por qué los libaneses son tan reacios a las colas o filas, descubrirá que en realidad no es cosa de risa.

Viviendo aquí, a menos que ud. entre en la categoría vagamente definida de “VIP”, es probable que con frecuencia se sienta como un tonto más por seguir las reglas y hacer la cola para obtener un servicio en un lugar lleno de gente. El caso más común en cualquier situación que requiera de colas es que otra persona presuma que su tiempo y lugar en la tierra es superior y más valioso que el suyo, lo empuje descaradamente y se le pare enfrente, con total confianza y el desprecio absoluto por sus derechos y existencia. La peor parte es que muy a menudo, se salgan con la suya.

Este hecho cotidiano es un aspecto exasperante de la dinámica de nuestra sociedad y se manifiesta en cualquier lugar que involucra un gran número de personas tratando de llegar a un solo objetivo al mismo tiempo. ¿A quién no le han hecho esperar más tiempo en la fila para pedir su orden de Lahmayin porque algún primo tercero de los propietarios cayó de paso repentinamente y "simplemente tuvo que recibir prioridad” por sobre ud; un "don nadie" que está cortésmente esperando su turno en la cola? ¿Quién no se ha visto obligado a saltarse su turno en algún puesto de control de seguridad para dar paso a un más grande, negro e imponente coche para que acelere sin tan siquiera deslizar una mirada en su dirección? Seguramente no el propietario de un coche negro y grande.

La última vez que una de estas personalidades fue vista de pie en público en una paciente y ordenada fila fue esa vez el año pasado cuando se pusieron en la cola para saludar formalmente (código para: echar un vistazo a) la bella Angelina Jolie cuando estuvo aquí para su visita humanitaria a los niños refugiados sirios. Nunca más una cola de este orden y magnitud se ha observado en Líbano.

En mi búsqueda de una respuesta a por qué los libaneses son tan reacios a esperar bajo cualquier forma de línea recta cuando están en su tierra, me encontré con un texto esclarecedor, escrito por Leon Mann, de la Universidad de Harvard, titulado “Cultura de fila (cola): la línea de espera como Sistema Social”. El documento describe la cola como un indicador de la sociedad y dice que hacer fila, representa orden, organización, igualdad, entendimiento común y un sentido de lo correcto y lo incorrecto. Fue cuando leí esto, que obtuve mi respuesta. En nuestro caótico y libre ambiente, debo admitir que es realmente muy difícil para la gente ver en línea recta.

Así que, ¿qué es lo que va a motivar a la gente a hacer cola y alentar a los funcionarios a mantener a todos en fila? Creo que no tenemos más remedio que invitar a Angelina de vuelta.

***

(*) Tanya Dernaika es una experta en comunicaciones, blogger, esposa y madre, recientemente repatriada y disfrutando de esa montaña rusa que es la vida en Beirut.

Noticias relacionadas

  • Agosto: Nuevo curso bimestral en el Centro de Estudios Arameos
    Agosto: Nuevo curso bimestral en el Centro de Estudios Arameos
  • Foro Internacional sobre Palestina
    Foro Internacional sobre Palestina
  • El primer oro negro: ¿Qué es el café árabe?
    El primer oro negro: ¿Qué es el café árabe?
  • Club Sirio Unido de Chile auspicia charla sobre Siria
    Club Sirio Unido de Chile auspicia charla sobre Siria
  • Exitosa jornada de “Dia Verde” en Palermo
    Exitosa jornada de “Dia Verde” en Palermo
Ver más
Seguinos en

Editorial

Caretas al viento: avalando el genocidio y el infanticidio

Las aberrantes declaraciones públicas, por parte de un alto directivo de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), no pueden más que suscitar nuestra supina condena y enérgico repudio. Grave es que haya quienes lo piensen, más grave aún es el desparpajo de expresarlo públicamente.

Ver más
Fachada