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jueves, 15 de enero de 2015

Navegando la noche de Hamra

Por Jodor Jalit

Consejos básicos para encontrar el destino en Beirut, en un mundo en el cual la cerveza habla un solo idioma: encuentro cultural.

Para conocer cualquier lugar es necesario caminar sus calles durante los distintos momentos del día. Quien opina lo contrario, le recomiendo sintonizar History Channel. En Líbano, más allá de la inseguridad natural del lugar, existe un obstáculo adicional: la inexistencia de direcciones de domicilio. Por eso, quien visite la ciudad se encuentra con la obligación de ubicarse con la ayuda de los puntos cardinales y lugares conocidos. Por ejemplo, al visitar Beirut el mar y la montaña son de gran ayuda, también lo son la Roca de los Pinguinos, la Mezquita Al Amin, el Hospital Saint Georges, el Restaurant Bedo, el centro de comercio ABC, el Museo Nacional de Beirut, la ciudad deportiva Camile Chamoun, la Oficina Central de Hezbollah, o el Aeropuerto Rafik Hariri. A no todos ellos se puede llegar caminando, y cualquier taxi será de gran ayuda.

Mi primera experiencia por taxi en Beirut fue desde el aeropuerto hasta el barrio de Hamra. En ese momento, yo solo tenía una idea general del emplazamiento de la ciudad y el sol todavía no asomaba. Para mantener guiarme y ganar tranquilidad, utilicé las montañas como referencia, y así asegurarme que el servicio se dirigía en dirección norte. Sólo al chocar con el mar, y ver el Hotel Saint Georges pude comprobar que la intuición no me había fallado. Aunque todavía no llegaba a destino, ya estaba bastante cerca.

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El barrio de Hamra, mi destino, toma su nombre del color rojo dando nombre a la calle central, y otras tantas cortadas que de ella se desprenden. Al observar el mapa de Beirut, la misma se ubica sobre la mitad oeste de la ciudad, extendiéndose desde el Banco Central de Líbano hasta la zona restaurants, para finalizar en una bifurcación de la cual nacen las calles Kuwait y Tannujiye. Los límites norte y sur del barrio están demarcados por las calles Bliss y Emile Edden. Por último, su disposición se debe en gran parte a los misioneros protestantes norteamericanos que se instalaron a comienzos del siglo XIX en la zona más alta, donde hoy funciona la Universidad Americana de Beirut.

En el barrio también se ubica la Universidad Libanesa Americana, dando a Hamra hoy el perfil de barrio universitario, cosmopolita y nocturno. La mayoría de los bares y pubs se pueden encontrar sobre la calle Sheik Elias Gaspard, paralela a la calle Hamra. Allí uno puede mezclarse con estudiantes extranjeros y libaneses durante la “hora feliz” que comienza a las 18 horas. Dependiendo el bar, la duración de la felicidad se extenderá más allá de los 60 minutos, o el descuento excederá el 50%. Por ejemplo, Li Beirut ofrece tres horas de felicidad y un descuento del 70% en whisky.

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Más allá de esas diferencias, los bares se encuentran divididos en dos grupos por su ubicación. El primero sector está ubicado en un callejón que no figura en los mapas de la ciudad y conecta a las calles Hamra y Elias Gaspard, entre las calles Nehme Yafet y Jeanne Darc. La mayoría de estresados que se acercan a este angostillo son europeos y norteamericanos, el estudiante extranjero que busca emborracharse a un precio moderado. Para los ostentosos existe la calle Uruguay, en el barrio de Bab Idriss.

Los locales y tercermundistas prefieren los bares sobre la calle Elias Gaspard. Ubicados a escasas dos cuadras al oeste del callejón. Allí, se pueden encontrar de manera contigua unos siete bares, entre ellos, el anteriormente mencionado Li Beirut junto a 12 Bar, Rabbit Hole, y Moscow Mule, entre otros. Este último es de mi preferencia porque televisa la gran mayoría de los partidos de futbol. Además el barman, Diego, quien debe su nombre a la nostalgia de su abuela Argentina, y su ayudante, Hassan, quien hizo las veces de guía por Haret Hreik, son la viva evidencia de la hospitalidad libanesa.

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Estos bares todavía guardan su vieja mística de cafe árabe, donde los intelectuales y políticos se reunían a debatir previo a la Guerra Civil. El bar Li Beirut es el emblema de esa época, y su  nombre se debe al tema que hiciera famoso Fairuz en la década del '90. El color amarillo de sus paredes, las fotos que de ellas cuelgan, Oum Khaltoum cantando en el fondo, y las lentejas amarillas hacen de la visita un momento inolvidable. 

Tambien ofrecen alternativas nocturnas la calle Gouraud y Armenia, en los barrios de Gemayze y Mar Mikhael respectivamente. Los bares y pubs de estas zonas son el punto medio entre la simplicidad de Hamra y la ostentación de Bab Idriss. Más allá de las preferencias, es imprescindible asimilar un sentido de la navegación para quitarle peligro a su ebrio vagabundeo. 

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