Asegura que los pueblos árabes han descubierto que son fuertes y los dictadores, débiles
Han sido tres años de turbulencias, pero Túnez tiene ya su nueva Constitución (aprobada a principios de este año), la primera en el mundo árabe que establece la igualdad entre hombres y mujeres, y una Ley Electoral que le permitirá celebrar elecciones a finales de 2014. Atrás han quedado las dificultades de la transición, tras la caída del régimen de Zine el Abidin Ben Ali en enero de 2011. Una etapa que cruzó el límite cuando, en 2013, dos políticos de la oposición -Chokri Belaid y Mohamed Brahmi- fueron asesinados.
El país donde comenzó el Despertar Árabe es hoy el faro de una nueva era democrática para todas las sociedades de la región. Así lo considera el líder del partido islamista moderado En Nahda, Rachid Ghanouchi, que acaba de visitar Madrid, donde días atrás impartió una conferencia en Casa Árabe. En Nahda ganó las primeras elecciones democráticas de Túnez y lideró el Gobierno hasta su salida el pasado enero para dar paso a un Ejecutivo de tecnócratas. En una entrevista con EL MUNDO, Ghanouchi se mostró muy optimista sobre el futuro político de su país.