Tercer día consecutivo de agresión israelí en Gaza: más de 700 muertos

La Franja de Gaza vive su tercer día consecutivo de agresión genocida por parte del régimen israelí, con un saldo devastador que supera los 700 muertos y más de 900 heridos, en su mayoría mujeres y niños. En respuesta a esta ofensiva, las Brigadas Izz al-Din al-Qassam, brazo militar del Movimiento de Resistencia, lanzaron una andanada de cohetes M90 hacia la ciudad de Tel Aviv, provocando el cierre temporal del aeropuerto Ben Gurion.

Al-Qassam afirmó en un comunicado que el ataque a Tel Aviv fue una respuesta directa a las masacres sionistas contra civiles palestinos, denunciando que la ocupación busca exterminar sistemáticamente a la población gazatí. Imágenes publicadas por la resistencia muestran la operación de lanzamiento de cohetes desde Gaza.

Por su parte, el vocero de Al-Qassam, Abu Obeida, saludó a la resistencia yemení por su apoyo a Gaza y llamó a los pueblos libres del mundo árabe a unirse a la defensa de Al-Aqsa y al respaldo de Gaza para quebrar la ofensiva del enemigo sionista.

En Gaza, el horror continúa. Solo en la madrugada del tercer día de ataques, más de 50 cuerpos fueron trasladados al hospital indonesio de Beit Lahia tras bombardeos en el norte del enclave. En Khan Yunis, un ataque aéreo israelí destruyó una vivienda familiar, causando la muerte de todos sus miembros, excepto de la niña Ayla Abu Daqqa, rescatada de los escombros por los equipos de defensa civil en una escena que refleja la brutalidad de la ocupación.

El vocero del Ministerio de Salud en Gaza, Khalil al-Dakran, denunció la imposibilidad de atender a los heridos debido al colapso del sistema sanitario provocado por el asedio criminal que impide el ingreso de insumos médicos y equipo básico. Señaló que el 70% de los heridos son mujeres y niños y muchos han muerto por falta de atención.

El régimen de Tel Aviv anunció además el inicio de una operación terrestre limitada en Gaza, con el despliegue del ejército sionista en el eje Netzarim, dividiendo aún más el territorio cercado. Esta maniobra, según el ministro de guerra israelí, busca presionar a Hamas por el tema de los prisioneros, mientras llama al “desplazamiento voluntario” de la población palestina, evidenciando su intención de limpieza étnica.