Entre espionaje e IA: cómo la ocupación perfecciona su maquinaria de control sobre Palestina

El régimen de Israel ha dado un nuevo paso en su maquinaria de vigilancia y control sobre la población palestina. Según una investigación de Local Call y The Guardian, la Unidad 8200—el brazo de inteligencia cibernética del ejército israelí—ha comenzado a entrenar un modelo de inteligencia artificial basado en grandes volúmenes de conversaciones en árabe hablado por palestinos.

Este nuevo "modelo de lenguaje grande" (LLM, por sus siglas en inglés) tiene como objetivo procesar y responder preguntas del personal de inteligencia sobre cualquier persona bajo vigilancia, permitiendo clasificar información de manera automatizada y generar listas de sospechosos. A diferencia de herramientas como ChatGPT, que se entrenan con textos públicos de internet, este sistema se nutre de datos privados obtenidos mediante espionaje masivo a civiles palestinos.

Fuentes de seguridad revelaron que el modelo está siendo alimentado con más de 100.000 millones de palabras en árabe hablado, recolectadas a lo largo de años de vigilancia sistemática. Esta práctica viola los derechos fundamentales de los palestinos, al usar sus comunicaciones personales para entrenar una herramienta que puede ser utilizada para justificar detenciones arbitrarias y aumentar el control del régimen militar sobre la población.

"Estamos hablando de información extremadamente personal, tomada de personas que no son sospechosas de ningún delito", denunció Zach Campbell, investigador de Human Rights Watch.

Expertos advierten que la IA potenciará la capacidad de Israel para espiar activistas de derechos humanos, rastrear la construcción de viviendas palestinas en el Área C de Cisjordania y monitorear cualquier expresión de disidencia. "Cuando tienes acceso a tanta información, puedes usarla para cualquier propósito, y el ejército israelí tiene muy pocas restricciones en este sentido", señaló una fuente de inteligencia.

El uso de modelos de lenguaje ya ha tenido consecuencias devastadoras en Gaza y Cisjordania. Investigaciones previas revelaron que el ejército israelí utilizó un software llamado "Lavender" para generar listas de decenas de miles de palestinos supuestamente vinculados a la resistencia. Este sistema, basado en IA, sirvió como base para ataques dirigidos contra hogares palestinos, a pesar de que tenía un margen de error del 10%.

La complicidad de empresas tecnológicas

El desarrollo de esta tecnología ha sido posible gracias a la colaboración de expertos provenientes de gigantes tecnológicos como Microsoft, Google y Meta. Aunque OpenAI rechazó la solicitud de acceso directo de la Unidad 8200, la guerra iniciada el 7 de octubre de 2023 impulsó la participación de especialistas en IA dentro del ejército israelí.

Brianna Rosen, exfuncionaria de la Casa Blanca e investigadora en la Universidad de Oxford, advirtió sobre el peligro de confiar en estos sistemas: "¿Cómo sabe un analista si la IA encontró la conexión correcta o si simplemente llegó a una conclusión errónea? Estas herramientas pueden usarse para incriminar personas de manera arbitraria".

Mientras tanto, organizaciones de derechos humanos denuncian que Israel está convirtiendo la inteligencia artificial en un arma de opresión. "Los palestinos se han convertido en sujetos de laboratorio para la industria israelí de vigilancia", advirtió Nadim Nashif, director de la ONG 7amleh, dedicada a la defensa de los derechos digitales.

La utilización de inteligencia artificial con fines de represión refuerza el régimen de apartheid que Israel impone sobre el pueblo palestino, ampliando su capacidad para controlar, detener y asesinar sin rendir cuentas.