Repudio mundial: Trump quiere convertir Gaza en su negocio inmobiliario
El presidente estadounidense presentó su visión de la “nueva Gaza” con un video realizado con inteligencia artificial, entre hoteles de lujo y su nombre en cada esquina. La propuesta es clara: expulsión forzada de los palestinos y ocupación total.
El 47.º presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cruzó todas las líneas rojas de la causa palestina con un delirio inmobiliario que pinta a Gaza como su nuevo barrio privado. En un video de 35 segundos, generado con inteligencia artificial y publicado en su red Truth Social, presentó su ridícula visión de Gaza: rascacielos, hoteles Trump, casinos y hasta una estatua dorada gigante de sí mismo. Todo esto, claro, sin un solo palestino a la vista.
Bajo la pregunta "Gaza 2025: ¿Qué sigue?", la pieza audiovisual muestra una distopía de lujo con Trump y Netanyahu brindando, Elon Musk arrojando billetes a niños y una banda sonora que roza la burla: “Donald viene a liberarte, trayendo la luz para que todos la vean, no más túneles, no más miedo, ‘Trump Gaza’ finalmente está aquí”.
Indignación mundial ante el plan colonialista
La reacción global no se hizo esperar. En cuestión de horas, las redes estallaron en repudio. Usuarios en X calificaron el video de “absolutamente horripilante” y “una inmundicia colonialista”, mientras expertos advierten que la propuesta de Trump es una amenaza directa de limpieza étnica contra los palestinos.
Desde su primer anuncio el 4 de febrero, Trump dejó en claro que su plan no incluye a los habitantes originales de Gaza. Habló abiertamente de que Estados Unidos se “hará cargo” del territorio, lo “nivelará” y lo convertirá en un destino turístico de lujo. Pero para ello, advirtió que los más de dos millones de palestinos deberán ser reasentados en “comunidades mucho más seguras y hermosas” en Jordania y Egipto, países a los que amenaza si no aceptan sus términos.
Este plan despierta temores incluso dentro de Estados Unidos. Analistas advierten que Trump está arrastrando al país al rol de una potencia ocupante, con un discurso que roza la anexión colonial. Su insistencia en que “no se necesitarán soldados estadounidenses” para el proceso solo alimenta sospechas sobre la participación de mercenarios y aliados de Israel en esta empresa.
Mientras tanto, el mundo sigue viendo con horror cómo Trump y Netanyahu se reparten Gaza como si fuera un negocio inmobiliario más, ignorando siglos de historia y el sufrimiento de su pueblo.
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