Siria: los colores de la DIGNIDAD en mi pecho

Como todo argento futbolero, tengo clara mi filiación deportiva en materia de balompié; soy hincha declarado de la Asociación Atlética Argentinos Juniors, por amor a mi querido barrio de La Paternal, donde se afincó gran parte de mi familia en los últimos 60-70 años y donde me crié y vivo desde mi infancia.

Hace unos años adquirí una de las pocas casacas futboleras que tengo (además de la argentina y la del bicho), una que me hizo sentir más que orgulloso al incorporarla a mi guardarropa personal y que me ha acompañado en muchos momentos especiales, me refiero a la camiseta de la selección de Siria.

Claramente no fue su valor deportivo lo que me movió a adquirir la casaca, sino su alto valor sentimental de conexión con mis raíces de las que me siento profundamente orgulloso.

Desde el año pasado tengo la fortuna de trabajar en la Redacción del Diario Sirio Libanés, el cual a través de su formato electrónico es de alguna forma heredero de todo un historial de presencia mediática de nuestra querida Colectividad en el país.

Esta tarea cotidiana ha contribuido a sostener y constantemente reforzar los, ya previamente sólidos, lazos de conexión que mantengo con la cultura de mis mayores, en todos sus aspectos (históricos, lingüísticos, religiosos, etc.), y particularmente con la querida Colectividad sirio-libanesa nacional, de la que siempre me he sentido parte.

Por estos días estamos viviendo la fecha conmemoratoria del cuarto aniversario del comienzo en 2011, de este proceso destructivo en el que se ha querido hundir por influencia de potencias internacionales y su apetito imperial, a la República Árabe Siria; proceso este, el cual Siria ha resistido con valentía y coraje, a pesar de las profundas heridas que ha sufrido en todos los aspectos, humano, material, social, espiritual.

Y reflexionando sobre este triste aniversario, mas allá toda consideración referida a la información de actualidad (que por mi trabajo tengo incorporada constantemente), encuentro en las bases y principios de mi herencia cultural, los basamentos del coraje y el amor a ese linaje milenario que me hacen sentir más allá del dolor cotidiano y toda cuestión referida al contexto político estratégico puntual, un gran orgullo superador, un orgullo por esa lección de resistencia al imperialismo, lección de puesta en valor de la soberanía nacional, llevada adelante con altura e inteligencia, que Siria le está dando al mundo. 

En esta fecha especial, deseo homenajear la dignidad del Pueblo Sirio y su valiente Ejercito Árabe Sirio y su sólido liderazgo nacional,  deseo sumar mis votos por a la recuperación nacional completa de la República Árabe Siria, solida, soberana, pujante, libre de los extremistas criminales y la enfermedad sectaria que quieren importarle y reconciliada en su seno social, enmarcada en un proyecto de crecimiento y reconstrucción en paz y justicia, lejos de las garras de sus enemigos criminales, sectarios regionales e imperiales internacionales.

Y seguiré caminando “marfu’ ar-ras” (con la frente alta), vistiendo mi camiseta siria que simboliza mucho más que fútbol, es la compañía constante en mi pecho de un águila gloriosa, orgullosa y valiente que difunde al mundo un gran concepto, ese que diferencia a los cipayos de los auténticos patriotas: hoy más que nunca, el águila siria habla de SOBERANIA, habla de PATRIA, habla de DIGNIDAD…