Devoción por Argentina en tiempos de pandemia
La Sra. Yamila Obeid de Esper envió un sentido mensaje por las redes en el marco del brote de COVID-19. Sus palabras expresaron mucho más que el contenido de su video, dando lugar a una especial entrevista.
En un sentido mensaje de video transmitido por las redes a sus cercanos, Doña Yamila expresó desde Tartagal, Salta, su absoluto amor por el país y sus deseos que sea protegido de los efectos de la mortal pandemia que azota al mundo entero.
Sus palabras, teñidas de ese entrañable acento de siria “importada”, son una expresión de uno de los más destacables rasgos de nuestra colectividad; es decir, el excelso y milenario Valor del amor a la Patria, que trajeron consigo todos los inmigrantes sirio libaneses y que luego supieron reconvertir y maximizar en suelo argentino, transmitiéndolo a sus hijos y descendientes.
Por ello, desde el Diario Sirio Libanés nos comunicamos con ella y repasamos los elementos esenciales de su historia de vida y su visión de la actualidad nacional en el marco de la lucha contra la pandemia del COVID-19.
La novia siria
Nativa de la ciudad de Mhardeh en la provincia de Hama, Yamila Obeid de Esper llegó a la Argentina en 1956, recién casada en Siria con Juan Bautista Esper, argentino nativo e hijo de sirios, de la misma ciudad de origen.
Don Juan Bautista Esper Obeid, nacido en 1924 en Yariguarenda, al norte de Tartagal en la provincia de Salta, integró la primera generación de argentinos hijos de siriolibaneses de aquel gran aluvión migratorio de principios del siglo XX, en el que junto a todas las demás colectividades terminó de reconvertir a la Argentina en ese crisol de razas que ha definido su historia contemporánea hasta hoy.
A sus jóvenes veintitantos, Juan Bautista viajó a la tierra de sus padres para buscar a la novia siria, integrante de la tradicional familia Obeid de Mhardeh, la que componía junto a sus once hermanos. Así fue que, ceremonia mediante en suelo sirio, la joven pareja llegó para formar su familia en nuestro país.
Yamila, inmediatamente se adaptó a la vida en Tartagal, donde según resalta con una gran expresión de gratitud, fue muy bien recibida por toda la comunidad local a la que se integró plenamente.
Así comenzó a transitar su derrotero en compañía de Juan Bautista, en medio de los ajetreos de la incesante actividad empresarial y comercial de su esposo, que recorrió un amplio espectro de rubros a lo largo de los años, pasando por distintos sectores de la industria alimenticia, así como los muebles o textiles, entre otros.
Yamila y Juan Bautista criaron en Tartagal a sus seis hijos, Habib Gamal, Luz Argentina (Nur), Abdo Omar, Juan José (Hanna), Sarah Yamila, y Ciro Dario; quienes honraron el esfuerzo de sus padres desempeñándose como profesionales y emprendedores comerciantes destacados en sus respectivas áreas y fundando sus propias familias.
Tres de ellos residen en Tartagal, donde a su vez honran la herencia milenaria y participan junto a la destacada colectividad local en las actividades sociales y culturales de la Sociedad Sirio Libanesa.
Por su parte, Juan José reside hace años en Buenos Aires, mientras que Nur vive en Salta capital al igual que Abdo, quien se ha destacado en su trayectoria política en la administración pública, como diputado provincial en dos oportunidades, así como senador provincial, y cumpliendo hoy funciones como Auditor General de la provincia.
Tras el temprano fallecimiento de su esposo en 1989, Doña Yamila se dedicó plenamente a la crianza de sus hijos y el cuidado de su familia, como matriarca de la reconocida y querida familia Esper de Tartagal.
Sentido mensaje
Consultada sobre el motivo de su mensaje en video dijo: “Me motivó el amor a la Argentina para pedir que no reciba este golpe tan terrible que es esta enfermedad llegada de afuera y que el país no se merece porque no es el que la ha generado”.
“Hoy estamos viviendo en situación de guerra. Y vamos a salir adelante en este maravilloso país nuestro que generosamente ha abierto las puertas a todos los inmigrantes. Amo a la Argentina, como ella no hay otra en el mundo”.
Sobre las medidas del país frente a la pandemia expresó: “Estoy muy conforme y agradecida. Afortunadamente se tomaron las medidas correctas y a tiempo”.
“Se han tomado medidas con responsabilidad, tanto desde el Gobierno nacional como del provincial, porque acá tenemos medidas extras en el marco de la legislación provincial. Por eso nosotros aquí nos sentimos más protegidos aun”.
“Quisiera destacar el trabajo de la gente a cargo de la seguridad en el Hospital Juan Domingo Perón. Los distintos cuadros de seguridad de las fuerzas, Policía, Gendarmería, Ejército, están llevando a cabo una tarea impresionante y muy dedicada en el cuidado de los pacientes, en coordinación con los médicos y el personal de salud que atienden todas las necesidades de cada ciudadano, especialmente los mayores”.
A su vez, con respecto a la información que tiene sobre Siria en el marco de esta pandemia, dijo:
“Hablo periódicamente con mis parientes en Siria, y me ha informado mi sobrina de las serias medidas que está tomando el gobierno dirigido por el presidente Bashar Al Asad, que Dios lo proteja y guíe”.
“Han cerrado las fronteras, están atendiendo las necesidades de la población y han solicitado a la gente que se quede en su casa, pero además les envían los inspectores y funcionarios para ver que necesitan y que les falta. Usted les hace la lista de remedios y ellos van a la farmacia y se lo traen a su casa, gratis, todo proporcionado por el Estado Sirio”.
“Merced a todo esto, gracias a Dios, allá aún la enfermedad no ha causado grandes daños”.
Finalmente y volviendo a la realidad local, con la autoridad de una experimentada matriarca y madre sirio-argentina dejó una línea para la reflexión:
“Estamos en guerra con un bicho, que lo mandaron aquellos, y no queremos que dañe a la Argentina. Que se dejen de jugar sucio”, afirmó.
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