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martes, 07 de abril de 2015

Dr. Omir Abdo Habicheyn: Mens sana in corpore sano

Por Redacción Diario Sirio Libanés

Con su brillante árabe coloquial y un sentido del humor rebosante de energía, nos encontramos en los salones del Club Sirio Libanés de Bs. As. con este gran ejemplo de amor a las raíces, la cultura ancestral, y la vida misma, que es el querido Dr. Habicheyn.

ENTREVISTA

Cuéntenos acerca del orígen de su familia

Mis padres eran de Amioun El Khoure, en el Líbano. Mi madre se llamaba Elena Daher, y mi padre Eduardo Abdo Habicheyn. Nuestro apellido fue mal anotado como paso con tantos paisanos ya que realmente es Abushahin o Abishahin. Mi padre vino a los 14 años en 1905, se afincó y acá inicio su vida y ya no pudo volver más al Líbano. Conoció a mi madre en la Argentina, se casaron, y tuvieron 3 hijos. Yo soy el menor, nacido en el año 1932, en un pueblito chico, El Triunfo, en el Partido de Lincoln, provincia de Bs As. A mis 12 años, nos trasladamos acá, a Munro en el conurbano norte de la capital.

¿Su formación profesional?

Después de hacer el secundario estudié Medicina y me recibí de médico pediatra. Trabajé inicialmente en el Hospital Sirio Libanés como practicante, luego en el Hospital Durand y finalmente en el Hospital Rivadavia, donde soy a la fecha, el médico de mayor antigüedad. Allí practico mi profesión dos veces por semana. En Munro tengo mi consultorio hace 56 años, donde todavía ejerzo diariamente, siendo también el médico con más antigüedad en ejercicio, de forma continua, del partido de Vicente López.

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¿Además de la Medicina, que otra constante hay en su vida?

Toda mi vida realice deporte. La cancha de fútbol del club Sirio Libanés la hice yo, la del club Los Cedros puedo decir orgullosamente que debido a la generosidad de la paisanada, le pusieron mi nombre y apellido. De manera que la vida sana y el cuidado de la salud han sido una guía constante en mi vida, lejos de todo vicio, gracias a Dios.

Entonces como argentino y hombre del deporte, lo imaginamos muy futbolero…

Sin duda, nací jugando al fútbol. En mi primer análisis, mis glóbulos eran azules y amarillos. Soy hincha de Boca desde la cuna. Siempre llevé a todos lados el fútbol pero con un espíritu sano y de competencia.

¿Cuál fue su participación en las instituciones de la colectividad?

Fui socio fundador del club Los Cedros y a este club Sirio Libanés vine en el año 1984, en aquel momento fui convocado por Hugo Dagum para dedicarme a la organización de la parte deportiva, algo para lo que he colaborado siempre en varias instituciones, así como he participado con mi familia en la comunidad de la Catedral San Jorge. Pero debido a lo demandante de mi profesión no me fue posible participar de comisiones directivas, que como sabemos requieren también de mucho tiempo y dedicación.

¿Cómo se conforma su familia?

Con mi señora Zulema hemos construido una familia durante 50 años, hasta que partió de este mundo en 2011. Tengo dos hijas, una médica en España y una nieta, que viven en Málaga, y mi otra hija acá.

¿Tuvo la oportunidad de viajar a Líbano?

Al Líbano viajé dos veces, la primera en 1997. Por parte de mi madre eran 11 hermanos, vivían 4 hermanas cuando fui, a mis tías y primos los conocí en ese viaje. La primera reunión al llegar allá fue de 168 parientes. Al regreso escribí El Líbano que yo vi, obra que fue traducida al idioma árabe por la profesora Dalal Kabbas y fue publicada en el Líbano.

Luego hice un segundo viaje en el 2007, allí me encontré con mi primo hermano, un arquitecto de renombre, Elías Abu-Saheen, quien hizo el Estadio Nacional de Fútbol allá y también la Universidad de Balamand, entre otras obras importantes.

En este segundo viaje escribí Dónde estas mi querido Líbano, en donde hago un recorrido geográfico del país, destacando los puntos importantes que fui transitando, entre ellos recuerdo especialmente la casa de Jalil Yibran en Bcharre.

Sin duda su historia de vida, a sus joviales 83 años, es un gran ejemplo para todos. ¿Qué mensaje le gustaría dejar para la colectividad?

Tengo mucho afecto hacia toda la colectividad, con nuestro espíritu abierto tan característico. Yo como médico permanentemente me encargo de incentivar el deporte desde la infancia. Desde mi experiencia dejaría el mensaje primordial de procurar participar siempre en alguna actividad deportiva y alejarse de cualquier mal hábito o adicción.

Y otro gran deseo es pedirle a Dios que la situación de Siria mejore. En el último viaje que hice visite Damasco y era algo muy distinto de lo que estamos viendo que le sucede hoy en día.

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