Berenjenas: un tesoro transmitido por los árabes al mundo
Moradas o blancas estas sensuales bayas oblongas, levemente amargas, pueden ser la base para manjares diversos en diferentes idiomas. Y, de paso, son muy saludables e ideales para dietas de adelgazamiento.
Como tantos elementos que constituyen nuestra cultura, las berenjenas se las debemos a los árabes. Ellos las trajeron desde el Este. Este fruto de pulpa verdosa consistente y textura esponjosa, llegó a Europa desde África, a través de la España musulmana. Desde allí pasó a América y se extendió por todo el Mediterráneo. De hecho, cada país ha generado sus propios platos, según sus gustos y los ingredientes típicos de su región.
Alrededor del Mediterráneo los catalanes preparan la escalivada, deliciosa ensalada tibia de morrones, cebollas y berenjenas asadas en la parrilla; los griegos, su célebre mousaka; los franceses, el ratatouille; los árabes, con variantes según sus países de procedencia, el baba gannush o betenyen (nuestro conocido puré de berenjenas). Las combinaciones, siempre sabrosas, son muy diversas, pero ellas, moradas o blancas son protagonistas indiscutibles.
Más virtudes
Su versatilidad y su exquisitez nos son las únicas virtudes: su valor calórico es casi nulo. Sus estatinas ayudan a reducir el colesterol, y también disminuye los niveles de glucemia, lo que beneficia a los diabéticos.
Recetas
Mousaka
Corta en láminas 1 kg de berenjenas; déjalas en sal un rato, enjuágalas y sécalas. La receta original propone freírlas, pero podes asarlas en el horno. Saltea dos cebollas grandes y dos dientes de ajo picados, y añadí 1/2 kg de carne molida de cordero .Salpimentá y agrega un poco de yerba buena picada, perejil y una pizca de canela. Cocina unos minutos y añadí dos tomates sancochados (solo para pelarlos) cortados en cubos y 1/2 vaso de vino blanco. Deja que se reduzca y quede bien espeso. Mientras, prepara una bechamel espesa. Alterna en una asadera capas de berenjenas, de carne y de bechamel (dos pisos). Lleva al horno unos 20 minutos y deja que se gratine.
Betenyen (puré de berenjenas, carne y piñones)
Prepara el puré con dos berenjenas grandes azadas (si están ahumadas, mejor), 2 cucharadas de pasta de sésamo, 2 de yogur natural sin endulzar, 1 diente de ajo picado muy fino y sal. La receta original lleva 30 g de piñones salteados levemente en manteca; si no conseguís, reemplázalos por nueces. Sácalos del fuego y en la misma manteca saltea una cebolla pequeña cortada en cubitos y agrega 200 g de carne magra molida. Salpimentá. Algunas versiones añaden un par de cucharadas de puré de tomate. Para servir, coloca en un plato o una fuente chica una base del puré de berenjenas y por encima la carne. Espolvorea con las nueces en trozos no demasiado pequeños y con perejil fresco picado.
Como pasa con mucha de la comida mediterránea, la clave de este plato es la sencillez y la pureza de los sabores. Corta longitudinalmente 400 g de berenjenas en láminas transversales y hervilas en abundante agua unos 5 minutos. Escurrilas bien y deja que se sequen entre dos repasadores. En una olla no muy profunda y de base ancha, calienta 100 g de manteca y 1/2 taza de aceite de oliva virgen. Allí dorá 1 cebolla grande picada. Añadí 100 g de salsa de tomate italiana (tomate fresco pelado y procesado, apenas de aceite de oliva, ajo picado y salteado, sal y pimienta) y las berenjenas secas. Cocinar una media hora (añadir caldo de ser necesario). Servir espolvoreadas con abundante queso parmesano.
Otras ideas
Al roquefort
Cubrí berenjenas grilladas con abundante cebolla picada y rehogada en aceite de oliva. Fundí en el microondas queso azul, queso rallado y un chorrito de leche. Baña las berenjenas y lleva al horno hasta que se doren.
Rollitos vegetarianos
Mezcla salsa blanca con espinaca. Corta berenjenas a lo largo y asalas. Rellena con una cucharada de crema de espinaca y pone en una fuente. Baña con salsa fileto; espolvorea con queso rallado y gratina.