Colonos israelíes intensifican la violencia en Palestina ocupada

A pesar de las crecientes sanciones internacionales, la violencia impulsada por colonos judíos en Cisjordania no muestra señales de disminuir. La aldea de Burka, cerca de Nablus, ha sido el epicentro de los últimos ataques, con residentes locales describiendo una escalada de agresiones a casas y vehículos.

El 19 de febrero, colonos judíos del asentamiento ilegal "Homes" justificaron su incursión en Burka alegando represalias por un presunto ataque con cóctel molotov a un vehículo israelí cercano. Durante la incursión, testigos presenciales informan que cuatro casas fueron asaltadas, dos vehículos incendiados y otros dos destruidos.

La presencia militar israelí ha complicado aún más la situación, con la carretera de acceso a Burka bloqueada por muros de tierra y puestos de control militar. Las fuerzas israelíes han advertido a quienes ingresan que no podrán salir de la aldea una vez dentro, generando preocupación y temor entre los residentes palestinos.

Imad Seyf, residente local, relató que soldados israelíes, acompañados de vehículos blindados, asaltaron la zona el lunes por la noche. Además de detener a jóvenes palestinos, se informa que golpearon a algunos residentes. Mientras tanto, colonos judíos perpetraron ataques indiscriminados contra propiedades palestinas, incendiando vehículos y atacando casas.

Estos episodios de violencia se producen en medio de tensiones persistentes en Cisjordania ocupada, exacerbadas por la criminal agresión militar israelí en la Franja de Gaza iniciada en octubre. Desde entonces, al menos 400 palestinos han sido asesinados en Cisjordania y más de 4,440 han resultado heridos, marcando una escalada preocupante.

Según el informe de la ONG israelí Peace Now, la actividad de los asentamientos en Cisjordania ha alcanzado niveles récord bajo la administración de Benjamin Netanyahu. Desde el inicio del genocidio en curso en Gaza, se han establecido al menos 26 nuevos puestos de avanzada ilegales en Cisjordania, creando una situación propicia para la expansión de los asentamientos.

Con aproximadamente 700.000 de los llamados "colonos" israelíes en unos 300 asentamientos ilegales en Cisjordania y Jerusalén Este, estas "colonias" son consideradas ilegales según el derecho internacional.

El régimen de Tel Aviv enfrenta acusaciones de genocidio en la Corte Internacional de Justicia, que en enero emitió un fallo provisional ordenando detener los actos genocidas y garantizar asistencia humanitaria a los civiles en Gaza. A pesar de estas restricciones y llamados internacionales, el exterminio planificado continúa su marcha en forma impune, dejando a cientos de miles de personas en Gaza sin refugio y enfrentando inseguridad alimentaria y sanitaria.