Régimen de Tel Aviv intensifica campaña de destrucción en Tiro
La ciudad histórica de Tiro, en el sur de Líbano, sufre bombardeos continuos que han devastado barrios enteros, desplazando a miles de personas y dejando decenas de muertos en medio de la escalada de bombardeos israelíes en toda la región.
En el marco de la desesperada campaña en pos de desestabilizar toda la región, con la intención de arrastrar a su aliado Washington a una participación directa en su favor, la ocupación israelí llevó a cabo el lunes 28 de octubre, una serie de ataques aéreos contra Tiro, ciudad libanesa que la UNESCO ha catalogado como Patrimonio de la Humanidad por su importancia histórica.
Según la Agencia Nacional de Noticias (NNA) libanesa, al menos cinco bombardeos impactaron simultáneamente en áreas residenciales de Tiro, provocando fuertes explosiones y enormes columnas de humo que se elevaron sobre la ciudad. Las recientes agresiones han destruido varios edificios y causado la muerte de siete personas, además de herir a otras 17.
La situación se agrava en un contexto de ataques continuos, ya que solo días antes, el 23 de octubre, la ciudad había sido sometida a un bombardeo masivo conocido como "cinturón de fuego", que arrasó con numerosos edificios y obligó a gran parte de la población a evacuar. Actualmente, Tiro, que albergaba cerca de 200,000 habitantes, ha quedado en gran medida desierta mientras las familias intentan refugiarse en zonas más seguras del norte de Líbano.
Imágenes y videos difundidos en redes sociales muestran la magnitud de la criminal destrucción, con barrios enteros reducidos a escombros. Los habitantes de Tiro, algunos de los cuales llevan generaciones residiendo en la histórica ciudad, temen perder no solo sus hogares, sino también su legado cultural. La ciudad, con más de 4,000 años de historia, es un símbolo del pasado fenicio y uno de los principales referentes arqueológicos de la región mediterránea.
El régimen terrorista de Israel ha emitido sus llamadas "órdenes de evacuación" para los residentes de Tiro, instándolos a desplazarse al menos 40 kilómetros al norte del río Awali. Sin embargo, la rapidez y dureza de los ataques ha dificultado la salida de muchas familias. La situación humanitaria es cada vez más grave en el sur del Líbano, donde se estima que más de un millón de personas han sido desplazadas desde que comenzó el asalto militar israelí en septiembre.
A pesar de las crecientes bajas civiles y las críticas internacionales, la ocupación sionista ha rechazado cualquier propuesta de cese al fuego que limite sus agresiones en el Líbano. Los intensos combates también han involucrado infructuosas incursiones terrestres en aldeas cercanas a la frontera que se han encontrado con una fuerte resistencia y no han logrado avances significativos.
Mientras continúan los ataques, la llamada "comunidad internacional" observa con preocupación -pero en clara inacción y cómplice silencio- la destrucción de una de las ciudades más antiguas y culturalmente significativas del mundo, limitándose a hacer un "llamado urgente" para proteger a la población civil y preservar el patrimonio histórico en riesgo.
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