Gobierno libanés cauteloso ante posible acuerdo de alto el fuego: “No vamos a ceder soberanía”
El Gobierno libanés analiza un borrador de alto el fuego propuesto por Estados Unidos, mientras rechaza las condiciones que el régimen de Israel busca imponer para mantener su capacidad de ataque. La incertidumbre domina el escenario diplomático.
En medio de las tensiones que sacuden la región, el ministro de Trabajo de Líbano, Moustafa Bayram, aseguró que Beirut evalúa cuidadosamente el borrador de un alto el fuego mediado por Estados Unidos, pero dejó en claro que no se aceptarán imposiciones que comprometan la soberanía libanesa.
Tras reunirse con el presidente del Parlamento, Moustafa Bayram,señaló que la postura de Líbano es firme: "Si el enemigo israelí se niega, quedará en evidencia ante el mundo que lo único que busca es destruir y eliminar a otros".
El borrador, entregado la semana pasada a Berri, incluye puntos clave como el retiro total de las tropas israelíes de territorio libanés, el despliegue del Ejército libanés al sur del río Litani y garantías contra futuros ataques por parte del régimen de Tel Aviv.
Sin embargo, la ocupación israelí pretende conservar la “libertad” para atacar al Movimiento Hezbollah a su antojo, una condición que Beirut rechazó tajantemente. “No vamos a ceder ni un milímetro de nuestra soberanía. Esa exigencia no está ni siquiera en discusión”, subrayó Bayram.
El alto el fuego se enmarca en la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que puso fin a la guerra de 2006 entre el agresor israelí y la resistencia libanesa encabezada por Hezbollah. Entre las propuestas también figura la creación de un comité internacional para supervisar su implementación, compuesto por Líbano, Israel, Estados Unidos, Francia y Naciones Unidas. Sin embargo, el borrador propone sumar a Alemania y Reino Unido, algo que Beirut habría objetado por considerar que diluye la relevancia de los actores directamente involucrados.
Nabih Berri, quien lidera las conversaciones en nombre de Líbano, se mostró cauto pero optimista. Según afirmó a medios locales, el texto actual tiene margen para ser mejorado, aunque resaltó que cualquier acuerdo debe garantizar la seguridad de Líbano frente a las agresiones israelíes. “¿De qué sirve un alto el fuego si deja la puerta abierta para que Israel siga atacando cuando quiera?”, cuestionó.
El desdibujado panorama diplomático es complejo, por decir lo menos. Por un lado, Amos Hochstein , enviado estadounidense (y ex militar israelí), presionó para una respuesta clara de Líbano antes de continuar las negociaciones. Por otro, Tel Aviv insiste en condicionar el acuerdo con cláusulas que le permitan perpetuar sus incursiones militares. Para Bayram y todo el Gobierno libanés, esto es inaceptable: “Líbano es víctima de agresión, pero no vamos a ser superados, pase lo que pase”.
A pesar del optimismo moderado en algunos sectores, es muy palpable una natural y muy sustentada desconfianza hacia las verdaderas intenciones de Washington y Tel Aviv. Si bien desde Beirut insisten en que un acuerdo podría estar cerca, la pregunta que resuena es siempre la misma: ¿hasta cuándo seguirá Líbano bajo la presión del régimen israelí y sus promotores?
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