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jueves, 04 de febrero de 2016

Saleh: “Hussein se transformó en un bravucón” (Parte 3)

Por Jodor Jalit

En el marco del seminario “Nuevas Realidades Internacionales” ofrecido por la Maestría de Política Internacional de la Universidad Tres de Febrero (UNTREF), Alkhalifa se refirió a la actualidad política de Oriente Medio, y profundizó sobre lo expuesto con este medio.

¿Qué balance hace sobre el gobierno de Saddam Hussein?

A pesar de la violencia unidireccional del gobierno del partido Baath contra la oposición iraquí, hay que reconocer el correcto funcionamiento del país. Además, la sociedad no se encontraba atomizada y enfrentada por cuestiones tribales o sectarias.

Por otro lado, el gobierno de Hussein había impuesto un sistema laico que en mi opinión es el único que puede funcionar en países con diversidad cultural y religiosa. No estoy diciendo que deba eliminarse la religión, sino más bien que debe separársela de la política.

La religión debe permanecer en el ámbito privado y la política en el público. Esto es algo que tanto el partido Baath en Iraq como en Siria pudo implementar. Por la misma razón, no creo en las acusaciones sectarias que se le hacen a Saddam Hussein y Hafez Al Asad.

Esa conclusión la baso en experiencias personales, porque de todas las veces que fui detenido jamás me preguntaron por la religión que profesaba. Más bien se preocupaban por mis razones para no apoyar al régimen.

Lo que quiero decir es que Iraq antes de 2003 era un país con un gobierno dictatorial pero con un desarrollo social e infraestructura económica importante. Ese crecimiento comenzó a construirse en 1973, cuando el país comenzó a recibir mayores ingresos consecuencia del aumento del precio del petróleo.

¿Qué reflexión le merecen los motivos para invadir Iraq?

Iraq iba a ser destruido con o sin Hussein en el poder, y los argumentos utilizados—que perseguía a los shía, escondía grupos de Al Qaeda en el país, y poseía armas de destrucción—son falsos. El gobierno del Baath nunca fue sectario, tampoco fue amigo de grupos religiosos, y tras 13 años de embargo, es imposible que Iraq tenga ese armamento.

¿Qué cambios observó a partir de la invasión de Iraq en 2003?

Iraq dejó de ser una potencia regional frente a Israel y Arabia Saudita, y el tejido social está siendo destruido por conflictos sectarios.

¿Por qué fue Iraq un blanco de las potencias internacionales?

Porque posee una riqueza importante en recursos humanos, hídricos, hidrocarburos, fosfato, agricultura y ganadería. Iraq tenía todas las posibilidades para ser una potencia regional real, y de hecho lo estaba logrando.

Por otro lado, Hussein se transformó en un bravucón al estilo de Ahmadinejad realizando amenazas contra EEUU que no puede cumplir, pero que son útiles para aumentar su apoyo político doméstico. Y por último, las guerras contra Irán y Kuwait dieron lugar a que un país con fuertes intereses en la región como EEUU intervenga.

Todo Estado que no ejerza el monopolio de la fuerza se lo considera fallido. ¿Cree Ud. que Iraq es un Estado fallido? ¿Cómo esa situación impacto sobre la sociedad?

Iraq es un Estado fallido, y la sociedad se atomizó tras la caída del régimen del Baath. Esa división social es un fenómeno interno pero con influencias externas, porque tanto la política exterior de Clinton y Bush, como el gobierno interventor de Paul Bremer, incentivaron la construcción de identidades políticas en torno a identidades religiosas.

Con respecto a la manipulación de la religión para la construcción de identidades políticas, ¿se puede buscar algún antecedente en la región?

Líbano fue el precedente de lo que ocurrió en Iraq, y mira lo que ocurrió allí (en referencia a las protestas ocurridas en agosto de 2015). La sociedad se movilizó para eliminar el sistema sectario al cual considera un lastre porque sus consecuencias son terribles.

Esa construcción se da por medio del enfrentamiento militar que lleva a la limpieza étnica, y aquí los Kurdos han asumido un papel realmente criminal en toda la región, porque son los únicos que poseen milicias legítimas ante su pueblo y reconocidas por EEUU. Por la misma razón, hoy se puede hablar de ciudades y barrios árabes o kurdos, sunníes y shía.

¿Cuál es el rol de las potencias regionales en Iraq?

Por un lado se encuentran Arabia Saudita, Israel y Turquía, e Irán por el otro. Mientras que los intereses de los primeros están más relacionados con las milicias—islámicas y kurdas—presentes en Iraq, Irán se ha devorado al país. De hecho, Al Maliki era un pelele en manos de los Ayatolá que tienen en Najaf a su intermediario, Alí Al Sistani.

***     

Waleed Saleh Alkhalifa nació en 1951 en la ciudad iraquí de Mandali, donde cursó estudios primarios y secundarios. Cursó la Licenciatura en Filología Árabe en la Universidad de Bagdad y abandonó el país tras varios años de persecución política por su afiliación al Partido Comunista. Continúo su carrera académica como profesor en la Escuela Universitaria de Magisterio de Errachidia hasta 1984 cuando abandonó Marruecos por motivos políticos. Obtuvo el Doctorado en Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) en 1990, fue nombrado Traductor Jurado en 1992, y completó la Licenciatura en Filología Hispánica en la Universidad de Valencia en 1994. Hoy se desempeña como profesor titular del Departamento de Estudios Árabes e Islámicos y Estudios Orientales de la UAM, y es miembro del Comité Científico del Instituto de Estudios Sobre Diversidad Cultural de la UNTREF.

***

Visite aquí la primera parte  y segunda parte de esta nota.

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