José Habib: una vida dedicada a la comunidad a través de la Medicina
Conozcamos a este libanés pilar de la Colectividad de Pergamino quien nos recibió en su casa y nos regaló su rica historia de vida y su experiencia como profesional de la salud en Pergamino, Conesa, Rosario y su zona de influencia.
Dr. Habib, cuéntenos un poco de la llegada al país de su familia, su infancia…
Soy nacido en el Líbano, a los 4 años hicimos un viaje a la Argentina con mis padres y después nos volvimos al Líbano. Y antes de la guerra, en el año 1936, mi padre que quiso evitarla, decidió volver a la Argentina.
Mi padre se llamaba Michel Habib, mi madre Adela Ganem. Mi padre falleció joven, a los 53 años desgraciadamente en un accidente de tránsito.
Pero volviendo al relato… nosotros allá en el Líbano teníamos un hotel en pleno centro de la ciudad de Beirut, en Saht el Burj (Plaza de la Torre), mi padre lo vendió y nos vinimos acá con la intención de en el futuro volver nuevamente al Líbano, pero eso no sucedió y finalmente nos quedamos de forma definitiva en el pais.
Además desde el inicio se eligió la Argentina porque ya teníamos familia previamente acá, mi papa tenía un cuñado, tío mío que ya había formado su familia completa.
Ya cuando llegue acá a los 11 años hablaba el francés, ingresé en tercer grado de la escuela primaria y tenía una maestra que hacia los dictados y yo se los escribía en francés. Ella me entendía todo y me ayudo mucho, hasta que poco a poco me fui acomodando y adaptando al castellano. Y así seguí mis estudios, con el tiempo me recibí de Perito Mercantil, después ingresé a la Facultad de Medicina, hice la carrera en seis años y me recibí de médico.
¿Cómo está compuesto el resto de su familia y adonde fue una vez recibido?
Me recibí en la ciudad de Rosario. Tenía pensado con un colega hacer un viaje a EEUU para dedicarnos a la cirugía cardiovascular. Este colega estaba casado y con dos hijas, desgraciadamente a los dos meses la mujer adquiere un cáncer fulminante y fallece, lo cual por supuesto nos hizo postergar el viaje. Luego por su difícil situación familiar no se pudo hace ese viaje.
Pero yo tenía otro amigo que me llevaba como 20 años de cuando estudiaba medicina. El me recomendó y me insistió mucho para que vaya a su pueblo a Conesa, finalmente acepté y me tomé el micro a esa localidad al sur de la Pcia de Sta Fe.
Cuando llegué, al mediodía, con el pueblo vacío me encuentro a un señor que iba en un sulki, le informo que me habían mandado a hablar con el gerente de la Cooperativa, me mira y me dice: “usted es el doctor nuevo” , lo mire sorprendido… -“yo soy el padre de Juan” me aclara… era el padre de mi amigo y colega, el que me mando. Subí en el sulki con él, para mi toda una novedad viniendo de la ciudad… me llevó a hablar con el gerente de la Cooperativa. Estuve los primeros 2 meses sin una ubicación propia, hasta que me consiguieron una casa y ya me instale.
Hubo una fuerte epidemia de sarampión, de modo que ya desde el inicio tuve mucho trabajo, lo cual me entusiasmo mucho con mi profesión. Esto me dio envión para seguir profundizando en el amor a la medicina y me fui quedando hasta que pasaron casi 50 años instalado allí.
¿Los honorarios los cobraba siempre con dinero?
(risas)… no… me pagaban en especias… con gallinas, lechones, corderos… Yo tenía un gallinero en mi casa con un mínimo de 60 pollos y gallinas, un cordero que me seguía por todas partes, me encariñé con él y me daba lástima carnearlo así que lo tuve que regalar.
¿Cómo fue que de iniciar en un consultorio terminó con una clínica completa?
Cuando yo estaba en Conesa, había un médico, el Dr. Auil que era de ideas comunistas y por ello había estado detenido en San Nicolás. Cuando salió de la detención le dijeron que en Conesa había un médico que se llamaba Habib, paisano. Se paro allí y nos pusimos a conversar y así nació una gran amistad con el Dr. Auil que para mí era como un hermano.
Comenzamos a trabajar juntos hasta que decidimos asociarnos y hacer esta edificación aquí en Pergamino, el hotel.
¿Y cómo decidieron el nombre del hotel?
Bueno, en el año 1965 yo había viajado a Europa y de ahí me fui al Líbano, y allá paré una noche en un hotel que se llamaba ‘Fenicia’, en Beirut, que era espectacular. Y casualmente mi socio, tres meses después también en un viaje a Siria, pasó por el Líbano y paró en ese hotel y lo conoció, también le gusto muchísimo. De ahí que estuvimos de acuerdo en que ese sería un gran nombre para este, nuestro hotel aquí: ‘Hotel Fenicia’
¿Su socio el Dr. Auil era sirio?
Si, el era sirio y estaba casado con una criolla.
¿Y ud. cómo formó su familia, siendo que llegó acá soltero y recién recibido?
Bueno en mis épocas de estudiante viajaba seguido a Córdoba. Allá conocí a una chica con la cual noviamos un buen tiempo, hasta que yo vine a instalarme a Conesa. Al tener más distancia eso fue aminorando el amor. Luego conocí allí en Conesa a mi esposa, Nina y ahí nació el amor que nos llevó a constituir un matrimonio.
En Conesa tuve primero mi hijo varón, Miguel, que también es médico. Hoy muy calificado como gran cardiólogo acá en Pergamino. Él se especializó seis años en Buenos Aires en cirugía cardiovascular, transplantes, etc. El tiene a su hija mayor también médica que esta especializándose ahora en Ginecología. Después mi otra nieta, por parte de Miguel, está estudiando Odontología. Y la menor está estudiando Fonoaudiología.
Luego mi hija tiene a su hijo mayor que es ingeniero en sistemas, la segunda abogada y la tercera arquitecta.
¿También su hermano era médico?
Exacto, se recibió un año después que yo y decidió instalarse en Buenos Aires. Hizo una carrera muy importante, fue profesor de ‘Anatomía General’ en la UBA y desgraciadamente hace casi ocho años falleció.
¿En su familia hay otros médicos renombrados, es así?
En efecto, en Rosario teníamos dos primos de mi mama, de apellido Ganem. Uno era profesor de la facultad, el Dr. Federico Ganem y el otro era un cardiólogo renombrado, el Dr. Luis Ganem. A su vez, también tengo otro primo hermano mío, médico en Ramallo ya hoy jubilado.
¿Con respecto a la Colectividad acá en Pergamino?
Bueno, acá hay una colectividad muy grande, principalmente de origen sirio. Esta el Club Sirio Libanes. Esta la ciudad deportiva en la cual, el Dr. Auil, mi socio fue uno de los fundadores y grandes promotores. El participo mucho en la organización y gestación de esa parte de la institución, la sede deportiva que hoy se llama Ciudad Deportiva Sirio Libanesa. Además el Club Sirio Libanés acá en el centro de Pergamino tiene una sede muy importante que desarrolla una intensa actividad social y deportiva.
En mi caso particular, desgraciadamente mucha participación institucional no he tenido en la colectividad porque mi intenso trabajo no me lo ha permitido, dado que desde el año 1972 me he venido moviendo de forma diaria, entre Conesa y Pergamino.
¿Qué anécdotas tiene de tantos años en un pueblo donde la relación con la gente es tan cercana?
Sinceramente he tenido una carrera médica en Conesa, localidad de 5000 habitantes, muy relacionada con Rosario y toda la Pcia. de Santa Fe, con Pergamino y San Nicolás en la Pcia. de Buenos Aires. Esto dio lugar a que extendiera mucho mi actividad, con pacientes a lo largo de esta zona fronteriza interprovincial con una gran amplitud.
Tal es así que, cuando llegué a Conesa, los dos colegas que estaban ahí, solían atender al paciente y enseguida lo derivaban a internación sea a la clínica o al hospital en otras localidades, pero desde que yo llegué atendía a mis pacientes en la misma localidad. Llegué a tener 39 infartados cardíacos a la vez, atendiéndolos a todos allí en Conesa, con el apoyo de un cardiólogo de Pergamino que regularmente venía a efectuar electrocardiogramas y controles. Y de esos 39, no perdió la vida ninguno.
Porque considero que es mejor a un infartado internarlo en un lugar tranquilo antes que una sala de terapia intensiva donde el contacto con gente que está a punto de perder su vida por otros temas, ejerce una mala influencia sobre su estado de salud.
Y ni te cuento los partos que he tenido… cualquier cantidad. Entre tantas anécdotas te puedo mencionar la de una noche a las 4 am en que me tocan el timbre, era un señor que tenía a su hija a punto de tener familia. Me vestí y salí con él, pero por el apuro al vestirme me olvidé el cinturón. Al estar trabajando con el parto, se cortó la luz y una tía que estaba iluminando con la linterna me tuvo que asistir también en sostenerme el pantalón que justo se me cayó cuando estaba con las manos ocupadas en el parto… (risas) Fue una beba a la cual llamaron María José, en honor a mi nombre.
¿Viajaba también mucho a Rosario?
Si en efecto, tenía allá mucha familia, como les comentaba antes. Mis primos, tíos. Mis padres estaban allá. Al fallecer mi padre en el accidente, mi madre se fue a instalar a Buenos Aires con mi hermano y ya desde entonces dejé de ir tan seguido a Rosario, salvo por algunas cuestiones de algún paciente y también de camiseta, ya que siempre fui hincha de Rosario Central por la familia y también en mis épocas de estudiante fui jugador de Newell’s, centro forward en la 4º categoría… (risas)
Pero mi carrera futbolística terminó por una lesión en los meniscos, que hizo que me abocara totalmente a la carrera médica.
Pero en cuanto a la afición, yo sinceramente quería por igual a ambos clubes, iba un domingo a una cancha y el siguiente a la otra, porque era socio de ambos.
Un ejemplo de confraternidad muy especial para estas nuestras épocas sin duda…
A su vez hemos compartido la amena reunión familiar con el hijo y colega de Don Jose Habib, su hijo mayor, el Dr. Miguel Habib quien también nos ilustra sobre su propio camino que sigue las huellas de su padre.El Dr. Miguel Eduardo Habib es médico cardiólogo, especialista en ecodopler color. Hizo su especialidad en el Sanatorio Antártida en Buenos Aires. Nos cuenta…
¿Por qué estudiaste Medicina?
Obviamente por la influencia fuerte del ejemplo constante de mi padre en su actividad. En realidad yo quería ser médico clínico, estuve trabajando con Eduardo Habib, un tío mío, hermano de mi papá también médico que quise mucho y marcó fuertemente mi rumbo al orientarme y ayudarme a decidirme por la cardiología.
Hoy también tengo una hija médica, especialista en ginecología y mi hijo Martin que esta por empezar la carrera medica el año que viene. Evidentemente la Medicina prendió en la familia.
Se suele identificar la disciplina medica como quizás la más humana, ¿ cómo ven ustedes desde su profesión una actualidad de la medicina cada vez mas comercializada?
Es un tema muy personal. Cada uno tiene en su conciencia y debe definir como llevar adelante su trabajo. Si bien es cierto lo que decis y muchas veces uno ve situaciones que dan vergüenza dentro de la actividad medica pero uno debe guiarse por sus principios.
Yo lo vivo de una manera distinta afortunadamente, a mi la profesión me sirvió para aprender a vivir también, ya que al estar en contacto con la gente y sus problemas uno aprende constantemente a manejar su propia vida personal y es realmente una escuela de vida cotidianamente. Valorar las cosas simples y esenciales de la vida como la familia, los amigos, los afectos por sobre el dinero y lo material.
¿Como hijo de libaneses te gustaría conocer el país de tus orígenes?
Sin duda, es un proyecto que siempre hablamos con mi señora, lamentablemente la situación y las actividades intensas no han permitido cristalizarlo todavía. Pero sin duda es algo que tenemos en mente claro.
¿Tu esposa comparte también el orígen sirio libanés?
No, ella no tiene relación directa con la colectividad pero claro que se ha adaptado muy bien a las costumbres de nuestra familia. Como suele suceder, evidentemente con una cultura que atrae al ajeno, esto lo vivimos con los amigos y cercanos que la vida nos da y que siempre manifiestan este cariño y respeto por nuestras costumbres también, incluso deseosos de conocer más de nuestros países de origen y sus tradiciones.
Muchas gracias Dr. Habib y familia por recibirnos y habernos regalado estas anécdotas y una historia de vida que los sitúa como ejemplos de sólida inserción social en la comunidad, convirtiéndose en referentes de la salud en la región.
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