Guillermo Chain: proeza familiar y cultura de trabajo
Guillermo Chain es un luchador más, nació en Buenos Aires en 1922 y a pesar de su edad conserva su elegancia al vestirse, recuerda datos, fechas y afirma: "a mis 92 años sigo y seguiré trabajando, hasta que Dios me lleve”
Poco se parece a un hombre dejado, sin ganas de seguir adelante, sin ganas de seguir creciendo. Con sus 92 años tiene las ambiciones de un joven que recién se inicia. Mantiene su figura impecable fiel a su especialidad, como lo es el rubro textil. Su historia de vida es muy interesante y es la siguiente:
Su padre, Abraham Chain, llego a Buenos Aires en 1901 procedente del Líbano, cuando tenía tan sólo 21 años, llego sin conocer el idioma, sin saber leer ni escribir. Apenas desembarcó se dirigió hacia la localidad del Triunfo, partido de Lincoln, allí puso un negocio en el que vendía artículos de almacén, bebidas y hasta algo de ropa.
En un momento le llego una carta, donde le decían que el padre de él estaba muy grave y muy enfermo, sin averiguar y preguntar mucho, no lo pensó dos veces y en pocas semanas vendió todo su negocio y se fue para la Ciudad de Buenos Aires para luego viajar lo más rápido posible a ver a su padre en el Líbano, pero eso no sucedió, la noticia era falsa. Vendido todo su negocio decidió quedarse en la Capital. Conoció un paisano, Luis Assad, y juntos hicieron una sociedad para fabricar ropa de trabajo para el campo, habían alquilado un local en la calle Tres Sargentos 415.
Pasado un tiempo, en 1921 se va al Líbano, dejando a cargo el negocio a su socio, allí se casa con Inés Chemes, ella de 18 años de edad y él de 41. Al año siguiente, ya casados, vinieron a Argentina donde tuvieron 4 hijos: Guillermo (92), Miguel (90), Laila (88) y Roberto (86).
Siguen trabajando en el negocio de Abraham Chain, hasta comenzada la crisis mundial del 28. Deciden vender el negocio y cerrar todo tipo de cuentas. Luego Inés se enferma y los médicos le aconsejaron que salga de Capital, y se volvieron al Triunfo donde volvieron a abrir un negocio, pero su madre no quería que su hijo realizara la vida de un hombre del campo de esa época, en el que aprendían poco y debían trabajar. Ella quería que sus hijos estudien y se preparen.
Ya en Capital nuevamente (las mudanzas eran una costumbre cada dos años, en la familia) Guillermo hizo 4to, 5to y 6to grado en una escuela de la calle triunvirato, dio libre y aprobó, el cual afirmó que fue “la desgracia más grande que tuvo en su vida, debido a que con apenas 11 años estaba finalizando la primaria y no tenía una base para afrontar la secundaria. Es por eso que al año siguiente en el colegio San Maron, recuerda que le costaba mucho: “el profesor me decía a+b=c y yo no tenía idea, ahí luego de repetir el año no quise estudiar más y me fui a trabajar con mi padre”.
A los 12 años comenzó a trabajar con el padre y desde allí lo ayudó con las tiendas de ropa, en tareas de contabilidad y uso de las maquinarias. A los 16 años lo mandaron a recorrer al interior del país con valijas de ropería, se alojaba en casas de parientes, en distintas provincias como Misiones, Santa Fe y Catamarca.
Pero Guillermo se especializó en un colegio industrial como Técnico Textil, y llevó a la fabricación de la ropa “Frutilla” a lo más alto, junto con su familia. Comenzaron vendiendo por pocos kilos y maquinas viejas, y pasando el tiempo adquirieron nuevas maquinarias y la producción se incrementó
En 1957 falleció Abraham Chain luego de una fuerte enfermedad, dos años más tarde su esposa Inés. Es allí donde Guillermo tomó las riendas y junto con la ayuda de sus hermanos continuaron con el negocio textil. Hasta compraron terrenos en La Rioja, un predio de 15mil metros cuadrados, allí construyeron depósitos, puestos de trabajo, oficinas y se producían miles de kilos de tela por mes. Esa fábrica que realizaban hasta juguetes, dejó de funcionar luego de 7 años de actividad por diferentes problemas.
Los hermanos luego de vender todo decidieron ir por sus caminos, hoy Guillermo está casado hace 61 años con Sonia Majdalani con quien tienen 3 hijas, 7 nietos y dos bisnietos. Tiene un negocio de ventas de bombachas, en Corrientes y Gurruchaga y sigue trabjando todos los días, en lo que sabe y le apasiona, el rubro textil.
“Soy feliz en mi casa con mi mujer, mi familia, todo lo que hice, lo que hago y lo que voy a seguir haciendo, porque a pesar de los años sigo trabajando, hasta que Dios me lleve”.
Su relación con la Colectividad
Participó del Club Honor y Patria, en la comisión de jóvenes, recuerda que se juntaban a bailar, y a realizar diferentes actividades culturales y deportivas.
Fue Presidente, Vicepresidente y miembro del Club Los Cedros.
Es uno de los fundadores del Club Libanés.
Precursor en la construcción del Hospital Sirio Libanes.
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