Dr. César Zamar y Paulina Diuana Sarquis: impulsores, gestores y protagonistas
La Redacción entrevistó al destacado matrimonio de sirio-libaneses referentes de Jujuy, en amena charla.
Nos encontramos por la tarde en destacado hotel del centro, donde se hospedaban los entrevistados, César y Paulina, durante su reciente visita a Buenos Aires. Allí fluyeron ricas y variadas anécdotas sobre la familia, la colectividad, los viejos inmigrantes, temas médicos, relaciones comerciales argentino-chilenas y hasta el querido Jorge Cafrune.
ENTREVISTA
Coméntenos sobre la historia de su familia
C: Esto comienza a principios del siglo pasado. La familia de los Diuana que eran de Homs, estaba instalada aquí en Rosario y tenían un hijo varón mayor que lo habían traído muy niño. Al crecer, sus padres lo envían a Siria a buscar novia.
Llega a Homs alrededor de 1902, y ahí lo recibe su primo Juan Zamar. El viajero no hablaba árabe y su primo no hablaba español, pero tenía un tío, Fares Zamar, que sí hablaba castellano porque había venido aquí previamente por cuestiones de trabajo en la década de 1880 y había estado en Jujuy.
Entonces don Fares Zamar, oficia de traductor para el joven Diuana y así es como le presenta a sus hijas, de las cuales dos de ellas se casan, una con él, que es abuelo de Paulina, y otra con su primo, Juan Zamar que sería mi abuelo, en ese momento ambos muchachos muy jóvenes, 19 y 17 años respectivamente.
De modo que el viajero, recién casado, vuelve a la Argentina y tras un tiempo con la familia en Rosario, deciden instalarse en Jujuy donde estaba la hermana mayor de la esposa recién llegada, y esa hermana mayor era la esposa de Jorge Cafrune, el abuelo del famoso cantor, también orgullosamente pariente nuestro.
Con respecto a mi abuelo, Juan Zamar, que había quedado en Homs, para evitar el servicio militar decide también venir a América, primero a América del Norte y luego a nuestro país, instalándose en Jujuy.
De modo que aquí se juntan las dos familias, Diuana y Zamar a través de los hijos de esos matrimonios, que son primos hermanos por las madres, uno es mi padre y otro es el padre de mi esposa. Esto respondiendo a la tradición milenaria de establecer lazos dentro de la misma comunidad y si se pudiera dentro de la gran familia, y así fue como nosotros luego repetimos con Paulina la misma tradición, ambos en segundas nupcias, cumpliendo el sueño de los viejos.
El abuelo de Paulina tenía la primera línea de transporte en diligencia entre Jujuy (San Pedro) y Buenos Aires, decidió irse a Chile y fundó la primera gran empresa de transporte allá. Luego, aquí vino a Rosario a impulsar la creación de nuevas empresas en favor de sus sobrinos, hijos de su hermana viuda, los Yunes. Así nacieron las empresas Ablo, Gral. Urquiza y Chevallier.
Nuestros padres siempre se han dedicado al comercio para que nosotros podamos tener una profesión. Yo soy médico otorrinolaringólogo de la Univ. de Córdoba. Fui docente en la Univ. Católica, he desarrollado teorías propias, una de ellas sobre el lenguaje universal del pensamiento. También he sido jefe de servicios del hospital en Jujuy hasta hace poco que me jubilé, y tuve el honor de presidir el Colegio Médico de Jujuy durante 22 años.
Participé en la creación de una fundación para formar la Orquesta de Cámara de Jujuy, he sido fundador y secretario general de la Sociedad Argentina para Protección del Ruido, también Ministro en Jujuy de Relaciones Internacionales.
En síntesis, me he enfocado además de mi profesión, al aporte comunitario, como devolver lo que uno ha vivido y obtenido gracias a la generosidad de nuestro país, que ha recibido a nuestros ancestros.
¿El grupo familiar?
C: Tengo cinco hijos, todos profesionales pero dedicados a lo comercial. Afortunadamente pudimos cortar la tradición de padre inmigrante-comerciante, hijo profesional, nieto pordiosero. (risas)
¿Y Paulina también se dedicó a la actividad comercial?
P: En efecto, me he dedicado al comercio, he sido representante de Christian Dior para toda América Latina, desde Chile. Volví acá cuando me casé con Cesar.
¿Cómo llegó a ser la Cónsul de Chile en Jujuy?
C: Siempre se quiso hacer la conexión de Chile con Jujuy, pero no había paso fronterizo oficial. Mi padre soñaba con establecer el Paso de Jama, actualmente el paso más importante entre ambos países. El interesó en este tema a ambos gobiernos, a principios de los 70s, llegando a hacer él mismo el viaje a campo traviesa con una caravana, para demostrar la factibilidad del paso.
Allí fue cuando el gobernador jujeño viaja a Chile y va a la casa de Paulina para que ella le oficie de contacto con el presidente y ministros. Esto abre la puerta a su mayor participación en Chile, sumado esto a la figura de su padre en el país transandino, reconocido empresario y muy conectado al gobierno nacional.
Luego pasado el tiempo cuando viene a Jujuy y nos casamos, tenía ella todas las cartas para ser considerada la referente natural de Chile en la provincia.
¿Qué actividades están desarrollando desde el Consulado?
P: Tenemos mucho trabajo a nivel regional con Bolivia, Perú y todo el noroeste argentino en áreas como la minería, la explotación de la fruta, recién ahora estamos pudiendo exportar frutas a Chile ya que había muchas restricciones por cuestiones sanitarias. Se debe tener presente que el norte de Chile es muy árido y del lado argentino es todo verde y fértil, con lo cual siempre hay intercambios y exportaciones para gestionar. También hemos logrado la firma de convenios para dos gasoductos hacia Chile.
¿Cesar, como ha sido su participación institucional en la colectividad?
C: Tras regresar de mis estudios en Córdoba, y tras un período en que me afiance en lo personal y profesional y volqué ese aporte comunitario antes mencionado, comencé a trabajar en la Sociedad Sirio Libanesa participando en la Comisión Directiva impulsando proyectos de crecimiento estructural muy importantes que se hicieron en esa época, como la renovación de edificios y la construcción de una nueva sede.
En esa época estaba realmente en un máximo de participación y actividad en cuanto a instituciones sociales, académicas, institucionales. Recuerdo haber estado aportando simultáneamente a 18 instituciones.
He tenido a cargo durante muchos años la Comisión Directiva de la SSL, pero con el tiempo fui decantando mis actividades, dejando de abarcar tanto a la vez, porque me di cuenta que para toda sociedad es mejor crecer en conjunto más que individualmente, y ese es mi objetivo hoy en día, a través de la difusión de nuestra cultura milenaria tan rica, por ejemplo. Para ello es necesario armar equipo y sumar voluntades. En ese sentido, hoy tengo un programa de radio, y estoy escribiendo un libro, entre otras actividades.
¿Cómo ven la colectividad en su conjunto?
P: Veo que tanto en Chile como acá en Argentina, lo que falta es más interacción y unidad en pos de dar fluidez y crecimiento a la colectividad en su conjunto, dejando de lado cualquier tipo de diferencias. Esto, a través de instituciones que ofrezcan actividades atractivas para la juventud, sociales, culturales, deportivas.
¿Qué nos pueden comentar de la crisis en Siria?
P: Ha sido algo realmente triste y preocupante, pero hay que esperar con paciencia, a ver como evoluciona todo. No hay mal que dure cien años, todos los sirios, más allá del dolor y las perdidas, van a tener eventualmente su resarcimiento.
Por supuesto que si los podemos ayudar, mientras tanto, tenemos la obligación de colaborar para que ellos vivan mejor en su país, porque simplemente colaborar en el desarraigo de las comunidades migrantes es llevar agua al molino de aquellos que están tratando de destruir a Siria.
C: Si fueran solo los viejos y desvalidos, ningún problema, pero los jóvenes y las fuerzas vivas de la sociedad, si bien también uno debe ayudarlos, hay que tener presente que van a ser esenciales en el país para una necesaria y pronta reconstrucción.
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