El mundo podrá disfrutar de la primera cerveza artesanal árabe
Hicieron falta agallas para invertir y poder fundar una cervecera en un país de mayoría musulmana donde el consumo de alcohol no suele ser lo más común.
El pionero cervecero jordano Yazan Karadsheh va a dar ahora su siguiente paso al enviar su primer envío de Carakale –la primera cerveza de Jordania- a Estados Unidos, donde competirá con miles de marcas en un mercado de cerveza artesanal valorado en 22,000 millones de dólares al año.
Karadsheh, de 32 años, forma parte de una pequeña pero creciente hermandad de cerveceros árabes del Levante, que quieren nutrir la cultura local de consumo de cerveza y competir contra las marcas de grandes empresas, algunas de ellas multinacionales que dominan el mercado en la región.
Carakale es la primera cerveza artesana de Jordania. Cisjordania ya tiene tres empresas independientes: la ya consolidada veterana Taybeh, la recién llegada Shepherds y la pequeña Wise Men's Choice, fabricada en un sótano cerca de Belén.
Asimismo, entre las marcas libanesas están Colonel, fabricada en un gran pub en la ciudad costera de Batroun, y 961, que lleva el nombre del código internacional de llamadas de teléfono para el país.
Es una reaparición modesta en una región con tradiciones cerveceras que se remontan al antiguo Egipto y Mesopotamia, pero que han pasado siglos en espera.
"Obviamente beben", comentó Karadsheh, miembro de la minoría cristiana jordana, sobre sus compatriotas. "Puede que el alcohol no sea lo más consumido, pero uno puede encontrar alcohol y comprarlo con facilidad en el mercado", afirma Karadsheh.