Nutritivo debate cultural
Las vacaciones aportan tiempo para la reflexión y pueden dar lugar al intercambio sobre temas culturales o históricos que a veces no nos permitimos por estar en medio de la vorágine rutinaria. Así que... bienvenidos al debate.
La “Mesa de los Miércoles” (MM), es un encuentro cultural de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores), que se realiza en la Casa de Lugones, sede de la prestigiosa institución que congrega a los escritores del país, presidido por el escritor Eduardo Scarso Japaze.
Esta semana surgió un destacable aporte histórico dentro del grupo de reflexión de la MM, que abrió la puerta a un interesante intercambio de orden histórico.
Se inició con un documentado aporte de Eduardo Scarso Japaze, sobre un hecho puntual sucedido un 2 de enero:
Amigos MM,
Un 2 de enero como hoy -pero de 1492- el mismo en que se expulsaría –agosto- a los judíos de Sefarad y se “descubriría” –octubre- el “Nuevo Mundo”, las llaves de la ciudad de Granada se entregaban a los Reyes Católicos de Aragón y de Castilla, en cumplimiento de las “Capitulaciones” con los moriscos, pactadas el 28 de noviembre anterior.
En otro momento habremos de subrayar y ampliar algunas acotaciones pero -por ahora- les hago llegar el contenido de esas “Capitulaciones” entre los Reyes Católicos y el rey nazarí Boabdil (*) de Granada, último reducto independiente del Islam español, poniendo fin a una guerra de diez años.
En las Capitulaciones se les garantizaba a los musulmanes el libre ejercicio de su religión, ley, lengua y costumbres pero pronto fue sustituido por una represión que duró hasta 1614 con la expulsión de los últimos moriscos.
…
A partir de ello, y una serie de intercambios e inquietudes, surgió la temática de la identidad y la relación de la cultura y la religión, en referencia al aporte de un pueblo o comunidad, en este caso la arábigo-andaluza, a la Península Ibérica y a Occidente en general.
Sobre este particular, extraemos líneas de lo expresado por Japaze:
Entrado en la Edad Media, comienza el saqueo de Roma, la caída del imperio latino, el saqueo de Constantinopla, la caída del imperio de Oriente; el idioma común. Este tiempo atesora dos genios: San Isidoro y Alfonso X con “Las Partidas”, llevando en su seno a los Reyes Católicos, provocando la unidad de Aragón y Castilla.
Aparece, luego, “La escuela árabe”, productora de todo un sistema de conocimientos, enriquecida por preciosos manuscritos arábigos de las bibliotecas del Escorial, de Nápoles, de Londres, de Granada, de Ghota, de Humbert, Berggren y Pihan; por el Tesoro de las lenguas orientales, por la Fábrica de la lengua arábiga del Padre Domingo German de Silesia, por los Diccionarios arábigos de Richarson, Freytag, Marcel, Lane, Handjeri, Bocthor, Vullers, Hélot, Pavet, Courteille, Dozy, Engelmann, Devic.
La cultura árabe se levanta con Mahoma a comienzos del siglo VII y continúa hasta el XV: es una de las más extensas y enriquecedoras de la historia. La medicina árabe era superior a la griega por la aplicación de la Química y la Botánica. Fue un verdadero “Renacimiento” con torrente de idioma, de ciencias, de invenciones, de industria, de costumbres, sobresaliendo en forma holgada los nombres de Averroes y Avicena (dos de los más grandes sabios de la humanidad).
Cuando durante el siglo X toda Europa parecía arrastrarse en la abyección, cuando dormía en el letargo del supersticioso y en el abandono, la España arábiga mantenía setenta y dos bibliotecas públicas, además de la gran biblioteca de los Omíadas establecida en Córdoba, con seiscientos mil volúmenes.
(…) Gracias a los árabes, y al decir de Pouchet, “España tenía en el siglo XII el cetro de la civilización y toda la Europa recibía el fulgor de aquel astro”.
Finalmente, dando una breve respuesta y abriendo la puerta a un debate más amplio, otro participante afirmó que “la cultura mencionada (por Japaze) como árabe es la Siriana sobre la cual los árabes del desierto fundaron su aporte una vez que fueron privilegiados con el mensaje religioso. Salvo la religión y el idioma los de la Península nada bueno trajeron. Incluso el idioma árabe es una lengua derivada de la lengua madre el arameo”.
Evidentemente se hizo así referencia, en forma acertada, al cúmulo de eventos culturales que distinguen al Levante, o Creciente Fértil como cuna de la civilización humana y que fueron luego alimento esencial, y centro en las eras Omeya y Abasida, de la cultura arábigo-islámica que se expandió hasta los límites de China por el este, y el norte de África y sur de Europa, por el oeste.
Entre esos hitos civilizatorios pre-árabes, pueden mencionarse la invención de la escritura (Ugarit), del arado (revolución agrícola), del primer código civil (Código de Hammurabi), la definición de las notas musicales, avances en astronomía, química, matemática, medicina y metalurgia, entre otros.
Todos ellos parte de un acervo presente en el pueblo del Levante, con anterioridad a la llegada por el sur, de la expansión árabe-islámica desde la Península.
Invitación
Como descendientes de siriolibaneses, hijos de esa tierra que ha dado vida a tantas epopeyas civilizatorias y ha nutrido a cada vecino (o lejano) que la ha invadido, nos resulta sumamente interesante este debate que puede ayudarnos a formar opinión sobre la esencia de nuestra identidad milenaria y nuestra herencia cultural.
Por ello, y porque el intercambio es crecimiento, invitamos a nuestros queridos lectores, a sumar su aporte y opiniones a través de nuestra casilla info@diariosiriolibanes.com.ar
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