Banca Islámica: alcances y perspectivas
Los resultados empíricos muestran que los bancos islámicos son eficientes y al igual que otros tipos de banca especializada, controlan el riesgo por su experiencia y el estudio exhaustivo de los proyectos que reciben.
«Y lo que deis de más para que os revierta aumentado en la riqueza de la gente, no crecerá junto a Allah. Pero lo que deis con generosidad buscando la faz de Allah, a ésos se les multiplicará». (Sagrado Corán / Sura 30 Aleya 38).
A contra marcha de la Gran Recesión de 2008, que dejó a más de 9 millones de estadounidenses sin empleo y sin hogar, los activos de los bancos islámicos se multiplicaron de 720 millones de dólares en 2008 a 2214 millones en 2016. Los siguen los bonos islámicos, con 295 mil millones de dólares, los fondos de inversión islámica con 56 mil millones y los servicios de seguro mutuo islámico con 33 mil millones. Este fenómeno movilizó a los grandes bancos a ofrecer servicios financieros islámicos, como Deutsche Bank, HSBC y Standard Shartered City. En los últimos años, este tipo de industria financiera llegó a más de 115 países: en Oriente Medio, países del Golfo Arábigo, Asia, Europa, Australia y EE UU.
Dos ejemplos se destacan. En Reino Unido existen seis bancos islámicos completos y 21 bancos convencionales con ventanillas de productos islámicos. El Islamic Banking International Holding creado en 1978 ofrece servicios y el Islamic Banking of Britan en 2004, que se constituyó como el primer banco islámico completo. Hoy el Reino Unido es considerado el gran mercado de la B.I. en Europa occidental, con activos cuyo valor alcanza los 3984 millones de dólares y donde su sector financiero suma una cifra total de activos por valor de 5066 millones de dólares.
También Turquía se considera el gran mercado de las finanzas islámicas en Europa, con activos totales valorados en 51.710 millones de dólares y cuya posición en el mercado alcanza el número 8 en el mapa de la industria financiera islámica del mundo, liderada por el sector bancario participativo.
Con la creación en 1989 del Kuwait Turquish Participation Bank, en Turquía se cambia el nombre de Banca Islámica por el de Banca Participativa, cubriendo así los productos e instrumentos de las finanzas islámicas que se basan en la participación en las ganancias, pérdidas y reparto del riesgo. De este modo, Europa es la cuarta zona de influencia en el mundo, después de los países del Golfo Arábigo, Oriente Medio y sureste asiático. La banca islámica contrasta con el sistema dominante en la banca occidental que es señalada por actuar de forma asimétrica y contra los intereses del conjunto de la sociedad. Sin embargo, hoy el sistema de interés 0% es el que los Bancos Centrales de Occidente están usando para inyectar liquidez a los sistemas financieros desde el comienzo de la crisis.
En cuanto al análisis del riesgo en las finanzas islámicas, especialmente en el sector bancario es igual al del sector convencional, pero las normas internacionales para las instituciones financieras islámicas no afectan a su desarrollo porque el sistema islámico se basa en la religión, donde la Organización de Contabilidad y Auditoría para Instituciones Islámicas es la responsable de promocionar y organizar las leyes y la auditoría de esas instituciones; mientras que La Junta de Servicios Financieros Islámicos tiene el papel fundamental de integrar algunas normas de Basilea II y III en el sistema islámico.
La banca, los bonos, los fondos de inversión islámica y los seguros representan los principales sectores de esa industria tan importante. Además, estos sectores se basan en cinco categorías o grupos de instrumentos:
Los contratos de comercio: contratos de venta y de arrendamiento; los contratos de participación y de inversión; los contratos gratuitos; los contratos secundarios. Los contratos principales son los de arreglo, que se divide en 42 productos: lissing, asociación por proyecto, asociación de inversiones, contrato de venta, etc.
Tal vez, el gran crecimiento de la industria financiera islámica se deba también al interés de muchos países por atraer las inversiones que consideran referencia de esa industria. La experiencia inglesa es el antecedente oficial para el resto de los países europeos, a partir de su trayectoria de más de 30 años.
Según el informe de la Corporación Islámica para el Desarrollo del Sector Privado, los activos de la Banca Islámica han crecido entre 2012 y 2020, de 1,7 billones de dólares a 3,1 billones de dólares con una proyección para 2024 de 3,7 billones. Este crecimiento se debe a las economías crecientes de los países musulmanes, especialmente aquellos que se han beneficiado con los aumentos del precio del petróleo. Esto, sumado al crecimiento demográfico de la población islámica, augura un futuro muy prometedor para este sector financiero
Los resultados empíricos muestran que los bancos islámicos son eficientes y al igual que otros tipos de banca especializada, controlan el riesgo por su experiencia y el estudio exhaustivo de los proyectos que reciben.
Argentina
Las buenas relaciones institucionales entre Argentina y el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo y Malasia podrían ser los principales motivos para atraer más inversiones de las instituciones financieras islámicas a la Argentina, y también suponen una oportunidad para muchas empresas exportadoras e inversionistas de estos mercados, porque pueden participar en los grandes proyectos que se llevan a cabo en estos países y porque consiguen otra alternativa financiera participativa reconocida a nivel internacional.
Una consideración sobre las posibilidades con las que cuentan las finanzas islámicas en Argentina dice Abas Mafud, desde la óptica del proceso económico, «sería la de señalar la complementariedad que se puede producir entre el sistema financiero islámico y el tradicional al constituir dos mercados segmentados. Otra consideración a tener en cuenta son las inversiones de las relaciones económicas entre Argentina y los países referentes de la industria financiera islámica en el mundo, especialmente los del Golfo y Malasia, que son excelentes, por lo cual, el proceso académico, social e institucional se consideran los ejes principales del futuro de la industria financiera islámica en Argentina».
Nota: Alí Mustafá es Licenciado en Periodismo y Comunicaciones, experto en Cooperación Internacional para el Desarrollo, diplomando en Gestión Cultural y maestrando en Integración Latinoamericana. A su vez, es docente universitario de la Cátedra de Estudios Árabes e Islámicos, de la Universidad Nacional de Lanús (UNLa). Nota publicada en Tiempo Argentino.
Parte 1 de este análisis, en este enlace .
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