Hezbollah confirma la muerte de Sayyed Hassan Nasrallah, líder histórico de la resistencia

La resistencia libanesa está de luto. Hassan Nasrallah, Secretario General del Movimiento Hezbollah desde 1992 y uno de los líderes más influyentes del mundo árabe, ha muerto como mártir tras un ataque aéreo del régimen de Tel Aviv en los suburbios del sur de Beirut. La noticia fue confirmada el 28 de septiembre, cuando Hezbollah emitió un comunicado en el que exaltó la vida de Nasrallah, un hombre que lideró la resistencia durante más de tres décadas, defendiendo al pueblo libanés y palestino en múltiples batallas.

Nasrallah, que ascendió al liderazgo tras el asesinato de Sayyed Abbas al-Mousawi, se convirtió en un símbolo de la lucha contra la ocupación israelí. Bajo su mando, Hezbollah no solo logró la histórica liberación del sur de Líbano en 2000, sino también la victoria en la guerra de 2006, en la que las fuerzas israelíes no pudieron someter a la resistencia libanesa. Esta humillante derrota, consolidó a Nasrallah como una figura respetada por sus seguidores y temida por sus enemigos.

El ataque que cobró la vida de Nasrallah fue parte de una ofensiva aérea del régimen israelí contra la capital del Líbano, Beirut. Según medios israelíes, aviones F-35 fueron utilizados para lanzar bombas de gran poder destructivo sobre los suburbios de la capital libanesa, en un intento por eliminar al líder de Hezbollah. El ataque, que destruyó varios edificios, fue considerado por la Resistencia como un acto de agresión brutal contra su pueblo y un intento desesperado por silenciar a uno de los líderes más influyentes de la región.

En su comunicado, Hezbollah lamentó profundamente la pérdida de su líder, describiéndolo como "el pilar de la resistencia" y "un mártir en el camino de la liberación de Palestina". El grupo prometió continuar la lucha que Nasrallah encabezó durante décadas, asegurando que su legado "vivirá eternamente" en el corazón de la resistencia. "Te arrebataron de nosotros porque nunca te doblegaste ante la opresión", se leía en la declaración, que además destacaba su compromiso inquebrantable con la defensa de Gaza y los derechos del pueblo palestino.

Aunque su muerte marca el fin de una era en Hezbollah, la resistencia sigue adelante. "Sayyed Hassan puede haber alcanzado el martirio, pero nunca se ha ido realmente", declaró la organización. "La resistencia perdura, nuestros objetivos siguen firmes", aseguró Hezbollah, manteniendo la promesa de que el legado de Nasrallah seguirá siendo una luz de esperanza para todos aquellos que luchan en el mundo árabe por la libertad y la soberanía, frente a la ocupación y la opresión.

Reacciones regionales y globales

El impacto de su muerte se sintió en la región y en el mundo. En Líbano, el primer ministro Najib Mikati declaró tres días de luto nacional, ordenando que las banderas se bajaran a media asta en todos los edificios gubernamentales. Además, figuras como el ex primer ministro Saad Hariri condenaron el ataque, calificándolo como "un acto cobarde" que sumerge al país en una nueva fase de violencia. Hariri enfatizó la importancia de la unidad nacional en este momento crítico para el futuro de Líbano.

Por otro lado, el presidente de Siria, Bashar al-Assad, destacó que la muerte de Nasrallah no debilitará a la resistencia, sino que fortalecerá su legado. El mandatario sirio afirmó que "la resistencia no se debilita por el martirio de su líder, porque los grandes líderes dejan atrás un sistema intelectual y un enfoque práctico de lucha y honor". 

El presidente Assad subrayó que la resistencia es una idea y un pensamiento que trasciende la muerte de sus líderes. "El mártir Hassan Nasrallah es la memoria e historia de la resistencia", afirmó, destacando que su legado será un faro para las futuras generaciones en su lucha por la dignidad y la liberación de los territorios ocupados.

El asesinato de Nasrallah también provocó una fuerte condena de Irán. El ayatolá Ali Jamenei, líder supremo iraní, declaró cinco días de luto por su muerte, calificando el ataque de "atrocidad" y advirtiendo que "el régimen sionista pagará por sus acciones". El presidente iraní, Massoud Pezeshkian, acusó a Estados Unidos de complicidad en el asesinato, afirmando que "la orden para este ataque fue emitida desde Nueva York". Irán, aliado clave de Hezbollah, prometió que la resistencia libanesa seguirá adelante con el legado de Nasrallah.

En Irak, el primer ministro Mohammed Shia Al-Sudani describió el asesinato como un "ataque vergonzoso" que viola las líneas rojas del derecho internacional, mientras que en Venezuela, el presidente Nicolás Maduro comparó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, con Hitler y condenó lo que calificó como un "genocidio" contra Líbano y Palestina.

Otros países como Rusia, China y Turquía también expresaron su preocupación por la escalada de violencia. Rusia calificó el asesinato como "otro crimen político de Israel" y advirtió sobre las posibles consecuencias para la estabilidad regional. El gobierno chino, por su parte, condenó la violación de la soberanía libanesa y pidió a todas las partes que eviten una mayor escalada. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, criticó la "política genocida" de Tel Aviv y advirtió que sus acciones son una amenaza no solo para la región, sino para la paz mundial.

Complicidad de EEUU y respuesta occidental

Mientras que gran parte del mundo árabe y países como Venezuela y Cuba condenaron el ataque, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, describió la muerte de Nasrallah como "una medida de justicia" y reafirmó el derecho de Tel Aviv a defenderse contra lo que calificó como "grupos terroristas respaldados por Irán". Esta postura ha provocado tensiones adicionales, con varios países acusando a Estados Unidos de complicidad en el asesinato.

Líderes como el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, expresaron su "preocupación por la espiral de violencia" en la región, mientras que el gobierno de Sudáfrica denunció la escalada como una "violación grave del derecho internacional humanitario". Francia, a través de líderes políticos como Jean-Luc Mélenchon, también se mostró crítica con las acciones de Netanyahu, advirtiendo que el asesinato de Nasrallah podría ser un paso hacia una "guerra general" en la región.