EEUU y Arabia Saudita siguen trabajando en equipo
Siria ante una encrucijada: ¿continuar con la guerra? Síntesis del artículo más reciente de Nicolas J S Davies para Global Research.
La Administración Obama finalmente esta manifestándose sobre un razonable acuerdo de paz para Siria, aceptando el principio de que los sirios deben elegir sus propios líderes, pero hablar es fácil, ya que por su parte el funcionario saudí manifiesta que el “cambio de régimen” sigue siendo su obsesión.
El Comunicado de Viena , lanzado el viernes 30 de octubre por 17 países, la ONU y la UE, proporciona un marco diplomático para la paz en Siria. En este documento, los poderes externos que han suministrado armas, combatientes y dinero en una desastrosa y fallida política de "cambio de régimen" en Siria durante más de cuatro años, han firmado lo que podría ser una base realista para la paz.
El acuerdo comienza con un compromiso por "la unidad de Siria, su independencia, integridad territorial y carácter secular", y luego invita "a las Naciones Unidas a convocar a los representantes del gobierno sirio y la oposición siria para un proceso político que conduzca a una creíble, inclusiva, y no-sectaria gobernabilidad, seguido de una nueva constitución y elecciones”. Fundamentalmente, el acuerdo estipula que "Este proceso político será dirigido por sirios y de su propiedad, y el pueblo de Siria decidirá el futuro de Siria".
Pero, por supuesto, eso es exactamente lo que casi todos estos países ya habían acordado en el Comunicado de Ginebra del 30 de junio de 2012, bajo el liderazgo del ex secretario general de la ONU, Kofi Annan. Eso resultó ser un esfuerzo final de paz de Annan después que los EEUU y sus aliados habían rechazado y socavado el plan de paz que dio a conocer en abril de 2012.
En lugar de presionar a sus representantes en Siria a aceptar el plan de paz de Annan, los EEUU y sus aliados organizaron lo que los funcionarios franceses llamaron "Plan B", las orwellianas reuniones de "Amigos de Siria", donde se comprometieron a un flujo incondicional de dinero, armas y apoyo diplomático a sus fuerzas desestabilizadoras en Siria.
Annan esperaba que el Comunicado de Ginebra se formalizara en una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU en cuestión de semanas. En cambio, cuando las partes se reencontraron para la siguiente sesión, los EEUU y sus aliados resucitados sus demandas de eliminación del presidente Bashar Al Asad.
Como un eco de los debates de Irak en 2002-2003, rechazaron una resolución rusa basada en el Comunicado de Ginebra y redactaron una propia que incluía disposiciones destinadas a establecer el escenario para una autorización por parte de la ONU para el uso de la fuerza.
Pero luego de ver la destrucción de Irak y Libia, Rusia y China no dejarían que la autoridad del Consejo de Seguridad de la ONU fuera cooptada para dar un barniz de legitimidad a otro mortal y desestabilizador capítulo de cambio de régimen liderado por EEUU.
Annan renunció como enviado de la ONU, y la guerra creció hasta matar al menos a 250.000 personas, destruir gran parte de Siria y convertir 11 millones de personas en refugiados desesperados y sin hogar.
Haytham Manna es el vocero del Cuerpo Nacional de Coordinación para el Cambio Democrático (NCB) , asentado en Paris, una coalición de los grupos de oposición que lanzaron protestas en Siria en 2011. Esta coalición se opone tanto al gobierno sirio como a las milicias rebeldes con apoyo externo, y se ha mantenido comprometida a tres principios básicos: no-violencia, no-sectarismo, y oposición a la intervención extranjera.
El vocero habló a Le Vif , la mayor revista de noticias en lengua francesa de Bélgica, en 2013. "Los estadounidenses han hecho trampa", dijo Manna. "Dos o tres veces se han retirado en el preciso momento en que un acuerdo se estaba moldeando. ... Todo es posible, pero eso dependerá principalmente de los estadounidenses. Los franceses se contentan con seguirlos. Una solución política es lo único que podría salvar a Siria".
A pesar de las conciliadoras declaraciones del secretario de Estado, John Kerry, de que el presidente Asad no tiene por qué ser excluido de una transición política, no está claro todavía si los EEUU y sus aliados han cambiado su posición desde 2012.
En la mañana de la reunión de Viena, el ministro de Exteriores saudí Adel Al Jubeir reiteró la posición de su país sobre Al Asad a la BBC, "Él se va a ir. No hay duda al respecto. Se irá o bien a través de un proceso político o será eliminado por la fuerza".
La periodista sugirió a Jubeir que los EEUU y el Reino Unido estaban adoptando una posición más conciliadora, pero Jubeir insistió en que él expresaba “el consenso entre los países aliados" señalando que: "tiene que quedar claro que Bashar Al Asad se irá en una fecha determinada. Esta dependerá de la rapidez con que se pueda hacer la transición de poder al Consejo de Gobierno y la rapidez con que uno puede hacerse cargo de las fuerzas de seguridad en Siria para asegurar que estas no colapsen ni tampoco las instituciones civiles".
El cuadro que pinta se parece mucho al del Irak post-invasión, completo con un "Consejo de Gobierno" no elegido y un plan para "tomar el control" de las fuerzas de seguridad.
Un intento de EEUU+Arabia Saudita de "hacerse cargo" del ejército sirio, que ha defendido con lealtad a Siria contra sus milicias durante cuatro años, teje las ilusiones de los neoconservadores en una fantasía peligrosa que podría tener éxito sólo en encender una nueva escalada militar.
La aparente diferencia entre la posición de EEUU y los sauditas plantea difíciles preguntas, de las cuales puede depender el éxito o fracaso de la iniciativa de Viena. El veterano corresponsal de Oriente Medio, Charles Glass, explicó el enigma analítico a Democracy Now la semana pasada.
O se trata de un caso de pérdida de control de los EEUU sobre el curso de los acontecimientos, o están los EEUU simplemente jugando de "policía bueno" junto al "policía malo" de los saudíes como parte de una política coordinada, o es un mix de ambas opciones.
A través de luchar una "disfrazada, silenciosa, y libre de medios de comunicación" guerra a la distancia en Siria, las autoridades estadounidenses han sido capaces de invocar negación plausible en los corruptos medios occidentales .
Muchos estadounidenses ven a su gobierno como culpable de inacción más que de un intervencionismo asesino y desestabilizador en Siria. Pocos culpan a su propio gobierno, a pesar del bien documentado papel de EEUU en el apoyo, prolongación y escalada del derramamiento de sangre.
Aunque más de 250.000 muertes de guerra en Siria se han extendido entre soldados, rebeldes y civiles, la propaganda interna de EEUU culpa al gobierno sirio, o al presidente Asad personalmente, por toda la violencia.
Mientras que una transición política que condujera a elecciones libres probablemente llevara a nuevos y diferentes líderes al poder en Siria, el presidente Asad no es tan impopular como nos han hecho creer.
El ejército sirio ha luchado lealmente durante cuatro años, y una encuesta de opinión de YouGov, financiada por Qatar en diciembre de 2011, encontró que el 55 por ciento de los sirios quería que Asad permaneciera en el poder, aun cuando aviones de la OTAN ya estaban transportando combatientes y armas desde Libia a Turquía para derrocar su gobierno.
De modo que EEUU y sus aliados razonablemente temerían que una transición política que siguiese genuinamente la hoja de ruta de Ginebra y Viena, podría mantener importantes elementos del gobierno existente en el poder.
Si hay diferencias reales entre las posiciones de EEUU y Arabia Saudita, EEUU seguramente tiene la influencia como principal proveedor de armas del reino saudí y aliado militar más importante para evitar que se descarrile un proceso diplomático que apoyan otros países.
Pero parece más probable que los EEUU y los saudíes siguen trabajando juntos, como Jubeir deja implícito, para hacerse cargo de una transición política en Siria y tratar de asegurarse que sus representantes terminen en control del país.
Si la participación de Rusia, China e Irán impide que EEUU y sus aliados saboteen una transición política en Siria, ¿optarán los líderes internacionales simplemente por continuar con la guerra, como lo hicieron en julio de 2012? Parafraseando a Haytham Manna, ¿los estadounidenses harán trampa de nuevo?
Parados sobre el acuerdo nuclear de Irán, estamos ingresando a un nuevo, histórico y fatídico enfrentamiento entre la guerra y la diplomacia, con el futuro de Siria - y tal vez el futuro de la política exterior de EEUU - en juego.
***
(*) Nicolas J S Davies es autor de Blood On Our Hands: the American Invasion and Destruction of Iraq.
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