Desnudando a “Cesar” (Parte 3)

Viene de PARTE 2

"César" va al Capitolio

El 13 de abril de 2014, un hombre anónimo completamente cubierto con una chaqueta azul con capucha modelo Patagonia de la marca Hudson Trail Outfitters, que pretendía ser "César" y que afirmaba tener pruebas fotográficas de "genocidio", compareció ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara. La grabación de audio y video del testimonio estaba estrictamente prohibida, supuestamente para proteger la seguridad de César.

Los manejadores de César contaron una elaborada historia al escritor neoconservador de Daily Beast, Tim Mak, sobre las "técnicas de contravigilancia" que emplearon para proteger la identidad de sus testigos estelares en los días y horas previos a la audiencia.

De alguna manera, nadie de los que protegían la aparición de "César" se detuvo a considerar que el ejército sirio podría ya haber conocido de antemano la identidad de uno de los desertores de más alto perfil que emergió de sus filas. ¿Lo estaban protegiendo del Mukhabarat sirio (que no tiene presencia en los EEUU) o del escrutinio público?

Como señaló el activista y escritor antibélico Rick Sterling, “¿cuántos fotógrafos militares tomaron fotos en los hospitales de Tishreen y la base 601 durante esos años y luego desaparecieron? Según el informe Carter Ruck [qatarí], la familia de César abandonó Siria casi al mismo tiempo. Considerando esto, ¿por qué 'César' mantiene su identidad secreta del público occidental? ¿Por qué "César" se niega a reunirse incluso con periodistas o investigadores muy amigables?"

Cuando "César" apareció ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara el 4 de agosto de 2014, estaba sentado al lado del hombre que lo había traído a Washington. El manejador era Mouaz Moustafa , un sirio-estadounidense lobbista de cambio de régimen que se desempeñó como director de la Fuerza de Tarea de Emergencia de Siria, financiada por el Departamento de Estado.

Como figura clave en la búsqueda de más armas para las milicias extremistas dentro de Siria, Moustafa se opuso fervientemente al enlistado por parte del Departamento de Estado del Frente Al Nusra, el afiliado sirio de Al Qaeda, como grupo terrorista. "Fue un error", afirmó al portal Foreign Policy sobre la puesta de Al Nusra en la lista negra.

Un año antes, Moustafa escoltó al senador de Arizona John McCain en un viaje dentro de Siria para reunirse con miembros del Ejército Libre Sirio respaldado por la CIA, incluidos los secuestradores de peregrinos shiítas, durante una fallida maniobra para estimular la intervención militar estadounidense.

Mouaz Moustafa (extremo derecho) con el senador John McCain (segundo a la izquierda) y un secuestrador armado de la FSA (extremo izquierdo) en Siria, mayo de 2013

Junto a César, testificó David Crane, autor del informe César patrocinado por Qatar, quien acusó al gobierno sirio de "crímenes que no hemos visto desde Auschwitz".

Luego Frederic Hof, del Centro Rafic Hariri -financiado por Arabia Saudita- del Atlantic Council, exigió que el Congreso responda al testimonio de César asignando más dólares de impuestos estadounidenses para comprar armas para militantes extremistas anti-Asad en Siria.

El escenario estaba listo para que el Congreso firmara aplastantes sanciones contra Siria, de manera bipartidista y con una oposición insignificante. Pero primero, el lobby de cambio de régimen se movilizó para construir un caso público para su agenda al vincular cínicamente la crisis que había ayudado a fomentar en Siria con el genocidio judío que tuvo lugar a mediados de siglo en Europa.

Stephen Rapp (extremo izquierdo) en un evento del Museo Conmemorativo del Holocausto que promueve el cambio de régimen en Siria, mayo de 2017

Alistando el Museo Conmemorativo del Holocausto en la lucha por la guerra

En julio de 2014, un autodenominado abogado de derechos humanos llamado Stephen Rapp se sentó en el escenario en el Centro Rafiq Hariri -financiado por Arabia Saudita y perteneciente al grupo de estrategias Atlantic Council de Washington- y exigió un cambio de régimen en Siria: "Su legitimidad, su capacidad para servir al pueblo de Siria se ha ido, si es que alguna vez la tuvo", dijo sobre el gobierno de Asad.

A lo largo del evento, titulado "Preparando el caso contra Asad ", Rapp promocionó el trabajo que el mencionado Centro de Justicia y Responsabilidad Internacional (CIJA), financiado por EEUU, estaba haciendo para reunir documentos que implican al gobierno sirio y el papel del Departamento de Estado en apoyarlos.

En ese momento, Rapp era el embajador general de la administración de Barack Obama para la justicia penal global. Más tarde pasó a servir como presidente de CIJA y colega invitado en el Centro Simon-Skjodt para la Prevención del Genocidio del Museo Conmemorativo del Holocausto de EEUU, donde según afirma su biografía, (en su trayectoria previa) persiguió la "justicia y responsabilidad sobre Siria".

Rapp había trabajado con los autores patrocinados por Qatar de la investigación inicial de César en el pasado cuando él, junto a David Crane y Desmond De Silva se desempeñaron como fiscales principales en el tribunal especial de Sierra Leona.

En su gestión en el Museo del Holocausto, Rapp se centró en "presentar el primer caso contra el régimen de Asad y trabajar en casos potenciales relacionados con el ‘archivo César’ en Alemania".

Bajo la supervisión de Rapp, el Museo del Holocausto se transformó en una herramienta abierta de la política exterior de EEUU en Oriente Medio. La inclinación intervencionista de la institución se complementó con la presencia de ideólogos neoconservadores como el delincuente del caso Irán-Contras Elliott Abrams , el ex jefe del DHS Michael Chertoff y Stuart A. Levey, pionero de la política de sanciones de los Estados Unidos, integrando el irónicamente llamado "Comité de Conciencia " del museo.

En 2014, Mouaz Moustafa, el sirio-estadounidense lobbista del cambio de régimen que trabajó como manejador de "César", se unió a Stephen Rapp para ayudar al Museo Conmemorativo del Holocausto a establecer una exposición que compara la guerra siria con el genocidio judío de la Segunda Guerra Mundial en Europa. La exhibición contenía una sección especial sobre el archivo César, presentándola como evidencia de asesinato en masa a escala industrial, sin una pizca de contexto crítico o evidencia.

Mouaz Moustafa (derecha) en la Exposición del Museo Conmemorativo del Holocausto sobre el archivo César, el 20 de noviembre de 2014

Según Rapp, el archivo proporcionó una "mejor" base para el enjuiciamiento de funcionarios sirios que los aliados reunidos en Nuremberg, donde los principales funcionarios nazis alemanes fueron condenados por crímenes contra la humanidad. Rapp incluso ha afirmado que, según los archivos César, "siendo conservadores, estamos viendo a 50,000 civiles sirios torturados y asesinados por su propio gobierno".

Cuando el museo del Holocausto en Washington estableció su exposición a fines de 2014, solo pudo mostrar 10 fotos cuidadosamente seleccionadas del archivo César. Sin embargo, una vez que otros investigadores pudieron ver el archivo completo, la narrativa unilateral de sus promotores comenzó a desmoronarse.

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Nota: Max Blumenthal es un periodista galardonado, fundador del portal The Grayzone y autor de varios libros. Ha producido artículos impresos para una variedad de publicaciones, muchos informes en video y varios documentales, incluido Killing Gaza.

Artículo original en inglés, publicado el 25 de Junio de 2020 por The Grayzone, en este enlace .