Ugarit a 93 años de su descubrimiento
Desde su hallazgo en 1928, Ugarit da testimonio de una milenaria historia siria con tesoros de una identidad cultural única.
Con anterioridad al año 7500 a.C., se estableció un antiguo reino sirio a lo largo de la costa del mar Mediterráneo, que fue un próspero centro cultural con un alto nivel de civilización, según atestiguan los documentos y descubrimientos arqueológicos.
La ciudad de Ugarit, cuyas ruinas fueron descubiertas en abril de 1928 a 16 km al norte de Lataquia, ofreció a la humanidad su mayor logro, el primer alfabeto, que se encontró en Ras Shamra, así como 3557 inscripciones de cerámica encontradas en sus esquinas entre 1939 y 1988 con documentos escritos y muchos textos grabados en materiales como la piedra de monumentos, armas, vasijas y muchos otros objetos que exhiben las amplias relaciones de Ugarit con otros reinos de su época.
Cuando el pueblo ugarítico creó su lengua escrita a través de la forma alfabética, el antiguo Oriente conocía dos métodos de escritura: el primero, de tipo jeroglífico (pictográfico) como en Egipto y el segundo, cuneiforme y silábico como en Mesopotamia, pero dichos alfabetos requerían de una gran cantidad de signos, y por ende su uso era arduo.
En cuanto a la escritura ugarítica que apareció en 1400 a.C., constaba de 33 signos cuneiformes, y cada uno simboliza una consonante que es independiente del fonema. El alfabeto que esta antigua ciudad siria le dio al mundo es, quizás, la mayor innovación y contribución a la evolución de la humanidad, y marca un claro punto de inflexión al dar lugar a la sistematización del lenguaje escrito. Solo 3000 años después, la historia muestra un suceso comparable y de similar importancia: la invención de la imprenta.
El registro de dicho alfabeto está grabado en una tablilla de arcilla del tamaño del dedo de un hombre, que se conserva en el Museo Nacional de Damasco.
Comenzó a utilizarse entre los siglos XVI y XIII a.C. y fue adoptado por griegos, etruscos y romanos. Se considera que, entre otros, es la madre de todos los alfabetos europeos.
A su vez, la investigación científica afirma que el idioma ugarítico se acerca al árabe en términos de estructuras y gramática, así como en morfología y vocabulario especial, y tiene alrededor de 1000 palabras que son iguales en el idioma árabe.
En el ámbito urbanístico, las ruinas de Ugarit dan cuenta de una capital de reino provista de edificios bien planificados, así como una red de carreteras pavimentadas, edificios residenciales, edificios administrativos, la biblioteca y el palacio real.
Merced a ello, las autoridades sirias del ámbito cultural y arqueológico se encuentran en el proceso de elaboración de un proyecto cultural integrado en torno a esta milenaria civilización.
Hito arqueológico
Durante siglos, Ugarit, la capital de un reino siro-cananeo, se perdió en la historia hasta que en 1928 el arado de un agricultor local golpeó una gran pieza de mampostería enterrada en el suelo. Las excavaciones que siguieron establecieron que el agricultor había encontrado los restos de una de las ciudades más prósperas y poderosas del antiguo Cercano Oriente.
Había estado abandonada y deshabitada desde 1180 a.C., cuando fue destruida por un incendio provocado por los filisteos, o como se les conocía más comúnmente, la gente del mar. A lo largo de los siglos, el sitio se fue cubriendo gradualmente de tierra hasta que todo rastro de la ciudad desapareció y su origen se perdió en las brumas de la prehistoria.
Ugarit saltó a la fama como un centro agrícola y comercial muy próspero alrededor del 3000 a.C. Sin embargo, solo se volvió importante como reino independiente desde aproximadamente el 1800 a.C. cuando florecieron numerosas actividades comerciales, especialmente en el campo del comercio marítimo.
La construcción de varios tipos de barcos y embarcaciones y otras actividades industriales hicieron de Ugarit un conocido mercado del mundo antiguo. La vida durante esta era y los años posteriores, y la riqueza e influencia de la ciudad en el Mediterráneo oriental, se registran en las miles de tablillas desenterradas en la biblioteca del Palacio Real descubiertas en 1948.
Registros en arcilla
Desde entonces, se están descubriendo continuamente más de estos registros en arcilla en las ruinas. En 1999, se desenterraron 400 nuevas tablillas, que arrojaron luz sobre las relaciones económicas entre el Reino de Ugarit y las otras naciones del Mediterráneo oriental, especialmente Egipto, Creta, Chipre y los reinos de Anatolia.
De los registros en las tablillas que se remontan a la niebla del tiempo, aprendemos que los ricos comerciantes de Ugarit vivían bien. Sus casas así como las de las figuras públicas influyentes tenían cada una su propio baño, patio, pozo y cámara funeraria. Esto fue en un momento en que en Europa, la gente todavía vivía al borde de la Edad de Piedra.
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