“Nosotros, el pueblo judío, podemos defendernos solos”
El Primer Ministro de Israel se hizo presente ante la cámara baja del Congreso de EEUU, para advertir a sus miembros sobre los riesgos potenciales de un acuerdo para el desarrollo de energía nuclear entre el grupo P5+1 e Irán.
Si Israel puede defenderse solo, ¿con que motivo visita Netanyahu el Congreso de EEUU? En palabras del mandatario israelí: “una profunda obligación para hablar sobre un tema que amenaza a Israel: el desarrollo de armas nucleares en Irán.” Queda claro entonces que Israel, al igual que otros países, no puede defenderse solo.
La seguridad internacional es una materia que se rinde a través de la cooperación. Un claro ejemplo son los encuentros que EEUU, Inglaterra, Francia, China, Rusia y Alemania (P5+1) llevan a cabo con Irán. A través de las reuniones, las potencias occidentales esperan lograr un compromiso para evitar que Irán desarrolle un arma nuclear.
Por eso, merece ser destacado que tanto las potencias occidentales como Israel comparten un objetivo común: evitar que Irán desarrolle y posea un arma nuclear. Sin embargo, existen diferencias en la manera de llegar a ese fin entre las potencias occidentales e Israel.
Para ser claro, el gobierno israelí no aprueba el accionar de las potencias mundiales por dos razones: no destruye las instalaciones nucleares, y no fuerza un cambio en la política nuclear de Irán. Los países que forman el Grupo P5+1 quieren lograr un compromiso con el gobierno iraní, mientras que Netanyahu advierte que “cualquier acuerdo es malo, porque abrirá [a Irán] el camino a la bomba.” “El acuerdo no cambiará a Irán para mejor; cambiará al Medio Oriente para peor,” sentenció ante aplausos.
Las repercusiones no se hicieron esperar. Barak Obama se encargó de remarcar que “El Primer Ministro no ofreció ninguna alternativa viable,” para evitar que Irán obtenga un arma nuclear. Las declaraciones son una continuación de las críticas realizadas a Tel Aviv desde Washington, tras hacer públicas las posiciones de las partes negociantes con el objetivo de alarmar al electorado israelí.
Obama martilló la cabeza del clavo, porque Netanyahu se enfocó en criticar el acuerdo siendo negociado, sin proponer alternativas. Entre las recomendaciones hechas durante la presentación pidió que las sanciones sobre Irán no sean levantadas hasta que se cumplan 3 condiciones: cese de agresiones a vecinos en Medio Oriente, cese de apoyo al terrorismo mundial, y cese de amenazas al único estado judío.
Never again!
Netanyahu tomó como propio el lema ¡Nunca más! para dejar en claro que el pueblo judío no se quedará inmóvil mientras son masacrados. “Es la primera vez en 100 años que nosotros, el pueblo judío, puede defenderse solo,” continuó el mandatario. En ese contexto mencionó también a los ataques a la Embajada de Israel en Argentina y AMIA, como evidencia de la masacre.
El mandatario israelí también apeló al electorado estadounidense a través de un repertorio de slogans norteamericanos. El destino manifiesto lleno de esperanza y libertad fue utilizado para remarcar la alianza política que EEUU e Israel mantienen desde la presidencia de Harry S. Truman hasta la de Obama.
Además, Netanyahu mencionó los derechos inalienables garantizados por la Constitución de EEUU. Específicamente, se refirió al derecho a la vida, libertad y búsqueda de la felicidad, para criticar la exportación de la revolución propuesta por Ayatollah Khomenei, basada en la muerte, tiranía y persecución de la yihad.
Por último, Netanyahu recurrió al lema La unión hace la fuerza (united we stand divided we fall, en inglés). En ese sentido, el mandatario destacó la necesidad de cooperar para evitar que Irán obtenga un arma nuclear.
Has lo que yo digo, no lo que yo hago
El desarme nuclear ha sido una política internacional desde la instauración del Tratado de No Proliferacion Nuclear el 1 de julio de 1968. En ese momento se permitió a EEUU, Inglaterra, Francia, la difunta URSS y China mantener su armamento nuclear, con la expresa condición de que se inicie un desarme progresivo.
Un solo país se retiró del mismo tratado (Corea del Norte), mientras que otros cuatro no adhieren (India, Pakistán, Sudán del Sur e Israel). En ese sentido, el activismo anti nuclear israelí es realmente sorprendente e hipócrita.
Israel no solo ha desafiado uno de los tratados internacionales más significativos para asegurar la paz mundial, sino que además no ha permitido a agentes de la Agencia Internacional de Energía Nuclear inspeccionar sus instalaciones nucleares. Israel tampoco ha dado señales de reducir su armamento nuclear.
Por último, las 3 condiciones propuestas para el cese de las sanciones a Irán, bien pueden ser utilizadas para levantar sanciones contra Israel. Las violaciones del espacio aéreo libanés, ocupación de territorio sirio, bombardeo de instalaciones iraquíes, apoyo global al terrorismo sionista, y crímenes de guerra en Palestina, son argumentos suficientes para levantar más de una sanción.
Cuenta regresiva hacia la pesadilla nuclear
Netanyahu está en lo correcto al remarcar la volatilidad que caracteriza a la región, pero se equivoca al decir que la obtención de un arma nuclear por Irán desatará una carrera armamentista. Esa competencia comenzó en diciembre de 1966 cuando Israel construyó su primera bomba nuclear, seguido por la compra de lealtad política de EEUU y la URSS a través de la venta de armas durante la Guerra Fría.
Desde entonces, han sido varios los esfuerzos en la región por obtener la mayores capacidades militares. Ambiciones que solo han sido demoradas por la incapacidad tecnológica, o la falta de voluntad del vendedor. Irán no depende de la beneficencia de otra potencia, y posee la ambición y el conocimiento para desarrollar un arma nuclear. Es solo una cuestión de tiempo. Por eso mismo, un acuerdo que permita algún tipo de control sobre las instalaciones nucleares iraníes es clave para, como dijo Obama, "por lo menos anticipar cuando se obtendrá."
La importancia de algún compromiso radica en que las sanciones económicas no ha limitado el deseo ni la capacidad iraní para desarrollar un arma nuclear. Por eso mismo, los intentos israelíes para desestabilizar las negociaciones entre P5+1 e Irán son contraproducentes, porque cuestiona la independencia de la política exterior de las potencias, y entorpece el esfuerzo internacional por lograr un mundo seguro para todos los pueblos.
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