¿Victimas del cambio social o de E.I.?

El nacimiento y desarrollo de grupos terroristas afectaron a un amplio número de sociedades. El Ejército Republicano en Irlanda, el Ejército Rojo en Japón, la Cosa Nostra en Italia, entre otras organizaciones, justificaron su ideología por medio del terror y miedo producto de sus prácticas violentas.

Al Qaeda, y su discípulo E.I., recurrieron a la misma lógica de acción. Por ejemplo, en su aventura por fundar un nuevo estado, E.I. manipuló creencias islámicas profundas para darle sustento a la resucitada institución del califato. Sin embargo, los miembros del grupo no son estadistas; son rufianes que por medio de la tortura y asesinato de inocentes someten a la sociedad.

El terrorismo es un problema mundial que divide y enfrenta a la sociedad de un creciente número de países.

En la región del Golfo Pérsico, los ministerios del interior llevan adelante una dura política contra este fenómeno. Arabia Saudita, por ejemplo, desbarató un número de células terroristas y  evitó otros tantos ataques, salvaguardando vidas y propiedad.

Además, las agencias de seguridad kuwaitíes y bahreiníes publicaron informes sobre la detención de individuos pertenecientes a células terroristas, e incautaron armas y explosivos. Si bien estas acciones son alentadoras, no es la única manera de combatir el terrorismo

Corazones y mentes

En las conferencias sobre anti-terrorismo, se ha destacado la necesidad de ganarse los corazones y las mentes del pueblo. En ese sentido, la promoción del pensamiento moderado en instituciones educativas y religiosas recibió gran atención por parte de los gobiernos interesados en evitar la manipulación y abuso de la juventud por parte de grupos terroristas.

Otra área merecedora de atención, es el impacto del rápido desarrollo social sobre el pensamiento y la conducta. Retrospectivamente, los individuos y sus comunidades enfrentaron grandes dificultades producto de la innovación social.

Las grandes movilizaciones sociales afectan los roles tradicionales de los individuos en el hogar y el trabajo, impactando ampliamente sobre las pautas culturales. Mientras que unos afrontan el cambio con éxito, otros fallan en el intento, y quedan indefensos ante grupos en busca de influencia y poder. Y la juventud, es el grupo social más vulnerable ante el cambio social.

El concepto “cambio social” es relativamente nuevo. Una de sus primeras menciones se encuentra en el título del libro publicado en 1922 por el sociólogo estadounidense William Ogburn, donde el especialista analiza el impacto de los cambios sociales sobre el individuo y su comunidad.

En ese sentido, y en referencia al Mundo Árabe, uno de los factores que exige mayor atención es la aparición del Islam.

Transformando la sociedad

El impacto de la tecnología de la información en la transformación social es otro elemento que requiere un estudio pormenorizado. Porque el desarrollo tecnológico permitió que incluso aquellos individuos habitando áreas remotas sean parte de los eventos mundiales.

Este nuevo escenario produjo cambios pequeños e imperceptibles, al mismo tiempo que profundos y duraderos.

El impacto de esos cambios sobre el Mundo Árabe no ha sido correctamente analizado, particularmente con relación al proceso de desarrollo social. Por la misma razón, la sociología destacó que los cambios sociales no siempre son sinónimo del progreso, y a veces representan lo opuesto, un retroceso.

La participación de jóvenes en actos terroristas, desconociendo el grado de destrucción social resultado de sus acciones, es un claro ejemplo de ese retroceso.

Por todo eso, es necesario abandonar el debate subjetivo sobre el terrorismo, y asignar los recursos para llevar adelante un estudio científico de la temática. Este cambio de enfoque exige reconsiderar el entendimiento del fenómeno para así poder desarrollar soluciones a largo plazo.

Nota: La versión en inglés de este artículo  fue publicado por Arab News el día 19 de agosto de 2015.