¿Por qué “La vida en un tablero”?

A nuestros ojos la sintética, pero muy nutritiva, nota del editor de la seccion internacional de La Nación, Juan Landaburu, parece rescatar el estoicismo de dos palestinos que comparten una partida del milenario “Tauleh”, conocido en occidente como backgammon (ver imagen).

“Poco importa que las bombas hayan caído minutos antes a pocos kilómetros, para estos dos palestinos la vida parece jugarse en un tablero de backgammon”.

“Puede que esa confianza en el azar sea la que les permita seguir viviendo en la Franja de Gaza, un territorio que no conoce respiro”.

Coincidimos en estas observaciones, así como cuando el colega señala que en un mundo actual que no parece inclinarse a la integración, sino más bien a la exclusión; el conflicto -hijo de la profunda injusticia histórica que rodea a este par de jugadores palestinos- parece no dejarles otra alternativa en su Gaza natal.

Podemos destacar también el alto valor de la amistad, que aun en situaciones extremas permite continuar con una de las pocas actividades satisfactorias que brinda la vida diaria bajo ocupación.

Pero ello nos mueve a su vez, a hurgar en los motivos del acertado título “La vida en un tablero”.

Sin duda el principal sea el bloqueo inhumano y la inexistente oportunidad de desarrollo individual y social a los que es sometido el pueblo palestino en su milenaria tierra ocupada.

Y Gaza, esa porción de suelo palestino tan castigada por el cerco inhumano, es la máxima demostración de ello.

Por tal motivo se destaca doblemente el valor de estos maduros jugadores, que duplican con los dados, su ya cotidiano encuentro con el azar de la muerte, en constante merodeo sobre sus cabezas, gracias a la criminal ocupación y bloqueo del régimen de Tel Aviv.

Nota: La publicación original de La Nación, del 7 de febrero, puede consultarse en este enlace .