¿Es racional la política exterior iraní?
Fareed Zakaria es columnista de temas internacionales para el diario Washington Post y conductor del programa GPS de la cadena de noticias CNN. Sus artículos de opinión son reproducidos por varios medios gráficos, y se caracterizan por la claridad de su pensamiento.
Las preocupaciones sobre al acuerdo entre Irán y el grupo P5+1, giran en torno a una sola cuestión: ¿Es racional la política exterior de Irán? Para los críticos del convenio, la respuesta es negativa. Por su lado, el Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, dijo que los iraníes son “apocalípticos,” agregando que no se puede “confiar en su racionalidad .” En la misma línea, el Senador Lindsey Graham (Republicano, Carolina del Sur), manifestó “Yo creo que están locos ,” y el Ministro de Defensa de Israel Moshe Ya’alon reiteró que el gobierno iraní es “un régimen mesiánico y apocalíptico .”
Irónicamente, la alternativa al acuerdo entre Irán y las seis potencias, se basa en que la política exterior de Irán es racional. Quiero decir, proponen aumentar la presión sobre el gobierno iraní para extraer concesiones. No la guerra. En otras palabras, se propone que el aumento de costos y reducción de beneficios derivados del aumento de sanciones, obligue a la banda apocalíptica de mulás a ceder. O, como escribió J.J. Goldberg en el Jewish Daily Forward , “Pareciera que los iraníes son irracionales ante el Armagedón nuclear, pero racionales ante las sanciones económicas.” (La misma opinión fue aireada por Max Fisher en Vox.com )
Kenneth Pollack, en su libro Unthinkable: Iran, the Bomb and American Strategy (Impensable: Irán, la Bomba, y la Estrategia Estadounidense), muestra que durante las últimas décadas la política exterior iraní fue racional, y además, prudente. Porque supo avanzar sobre las oportunidades que se le presentaron, al mismo tiempo que supo ceder al enfrentar riesgos importantes. En ese sentido, el autor cita a un exjefe de Gabinete israelí que señaló “El régimen iraní es radical, pero no irracional.”
Racional no significa razonable. Racional significa que en pos de un fortalecimiento, el régimen iraní actúa en consecuencia; considerando costos y beneficios. Sin embargo, vale la pena preguntarse, ¿es Irán razonable? ¿Se corresponden las decisiones iraníes con su situación geopolítica? Por eso mismo, el exSecretario de Estado James Baker, mientras sostenía una conversación en Time Warner, remarcó la necesidad de pararse en los zapatos del adversario para obtener una mejor perspectiva, y así llevar las negociaciones a buen puerto.
Si miramos el mapa de Medio Oriente, el estado mayoritariamente shiíta de Irán, está rodeado de estados sunnitas hostiles. Del otro lado del Golfo Pérsico se encuentra al estado archienemigo anti shiíta de Arabia Saudita—el año pasado fue el mayor importador de armas del mundo. Al mismo tiempo, Irán enfrenta en Irak y Siria movimientos insurgentes dedicados al asesinato de shiítas. Por último, Irán está rodeado por potencias nucleares—Pakistán, India, Rusia, China e Israel.
Además, las potencias mundiales se han opuesto a Irán por más de tres décadas. También vale la pena recordar que EEUU apoyó de manera encubierta la utilización de armas químicas por parte de Saddam Hussein durante la Guerra Irak-Irán.
Seymour Hersh , periodista del New Yorker , investigó el apoyo encubierto de EEUU a grupos de oposición dentro de Irán, que tenían como misión derrumbar al régimen y desintegrar al país. Algunos de esos grupos, como Mujahideen-e Khalq y Jundallah , son considerados grupos terroristas peligrosísimos. Como si esto fuera poco, durante la primera década del tercer milenio 200.000 soldados norteamericanos fueron desplegados en las fronteras este—Afganistán—y oeste—Irak—de Irán. Y por último, el gobierno de Bush habló abiertamente de la necesidad de un “cambio de régimen” en Irán, país al cual señalo como parte del “eje del mal .”
Con todo eso, no quiero justificar un cambio en la política exterior de EEUU—después de todo la política internacional no es fácil—pero enfrentado con esa realidad, ¿debemos seguir tildando de bizarra a la política exterior iraní? O, ¿de irresponsable por desarrollar una industria nuclear con el objetivo de obtener un arma nuclear? Un país secular y ultra racional, enfrentando el mismo conjunto de amenazas, ¿actuaría diferente?
En 1963, cuando John F. Kennedy predijo que entre 15 y 25 países desarrollarían su propia arma nuclear en la próxima década, lo hizo porque entonces la tecnología nuclear representaba un logro industrial y científico (razón por la cual India y Pakistán pudieron obtener dicha tecnología cuando lo hicieron). Esa visión está hoy más viva que nunca, porque la fisión nuclear no es una tecnología del último siglo; tiene más de 70 años de antigüedad y es parte de la era del televisor en blanco y negro.
La predicción realizada por Kennedy no se hizo realidad porque la comunidad internacional, bajo el liderazgo de EEUU, impuso costos y beneficios reales a todos los países que quisieron desarrollar tecnología nuclear (incluso Muammar Gadafi abandonó su programa nuclear tras recibir incentivos, luego de varios años de amenazas). El Acuerdo de Lausana celebrado entre las seis potencias e Irán, establece un nuevo balance entre costos y beneficios. No existen garantías de que el Líder Supremo aceptará el intercambio implícito en el acuerdo —como lo indican sus tweets —pero lo obliga a realizar un cálculo racional y a vivir con las consecuencias.
NOTA 1: El acuerdo fue finalmente aceptado por el Líder Supremo Rouhani. Los detalles del documento pueden ser encontrados aquí .
NOTA 2: La versión original de este artículo fue publicada por el Washington Post el 23 de Octubre de 2014.
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