Siria hacia la recuperación mientras Qatar y Turquía cambian sus políticas
Hay una luz al final del túnel con la reversión de las políticas hacia Siria, y en ese marco, Qatar y Turquía están llamados a desempeñar papeles importantes en el proceso de recuperación de Siria.
El Emir de Qatar, Tamim al-Thani, dijo recientemente que apoya las manifestaciones callejeras en Idlib, Siria, donde el pueblo protesta contra el régimen dictatorial del grupo terrorista Hay'at Tahrir al-Sham (HTS).
Esto marca un cambio monumental en la política de Qatar y tal vez el primer paso hacia el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Siria.
A partir de 2011, y de la guerra de la administración Obama impulsada por Estados Unidos y la OTAN contra Siria para lograr un cambio de régimen, Qatar ha sido un aliado cercano y leal de EEUU, y fue utilizado como respaldo financiero de los diversos grupos terroristas introducidos en Turquía y transportados en camiones por la frontera hacia (la provincia siria de) Idlib.
El jeque Hamad bin Jassim bin Jaber al-Thani, ex primer ministro de Qatar y ministro de Asuntos Exteriores hasta 2013, concedió una entrevista en la que admitió que Qatar proporcionó el dinero para financiar a los terroristas en Siria mientras atacaban al pueblo y al Estado sirios. Dejó claro que el dinero entregado estaba autorizado y administrado por EEUU en Turquía. Qatar no estaba trabajando solo, sino bajo una asociación estrictamente controlada con el gobierno estadounidense.
En 2017, el presidente Trump cerró la operación de la CIA Timber Sycamore que dirigía el fallido proyecto para derrocar al Gobierno sirio.
Qatar ahora está dando la espalda a los terroristas que ocupan Idlib. Mohamed al-Julani es el líder de HTS. Es un sirio criado en Arabia Saudita, que luchó con Al Qaeda en Irak contra EEUU, se alineó con el fundador de ISIS, Baghdadi y luego se trasladó a Siria desde Irak para desarrollar Jabhat al-Nusra (Frente Al Nusra), la rama de Al Qaeda en Siria. Una vez que Jabhat al-Nusra fue declarado grupo terrorista y por ende se convirtiera en ilegal, Julani cambió el nombre por el de Hay'at Tahrir al-Sham (HTS) para preservar el apoyo de Washington.
Aunque EEUU ofrece una recompensa de 10 millones de dólares por su cabeza otorgada por el Departamento del Tesoro, Julani se encuentra a salvo y seguro (en la porción de territorio bajo su control) en Idlib, donde periodistas estadounidenses lo han visitado para entrevistas, en las que ha lucido traje y corbata, deseando presentarse como un terrorista de tendencia occidental con el que Estados Unidos puede contar.
Cada vez que el Ejército Árabe Sirio y el Ejército Ruso dispararon una bala contra los terroristas en Idlib, Estados Unidos lo denunciaba como un ataque contra civiles inocentes. Esto mantuvo a Julani a salvo, y le permitió estar a cargo de la ayuda humanitaria que llegaba a través de la frontera desde Turquía, una ayuda proveniente de la ONU y de varias organizaciones benéficas internacionales.
Aunque claramente, de los 3 millones de personas que viven en Idlib no todos son terroristas, toda la ayuda pasa por manos de Julani y sus secuaces. Quien se incline ante Julani, recibirá su parte de las raciones, pero a quien se haya quejado, se le negará. Como opción, aquellos que se quedan sin ayuda pueden comprarle suministros a Julani en su centro comercial Hamra, que construyó en la ciudad de Idlib, donde vende todo el excedente de ayuda internacional recibida.
Los civiles de Idlib han salido a las calles para protestar contra el yugo de HTS . Muchas personas han sido arrestadas por HTS, algunas torturadas y otras asesinadas. La gente exige que Julani se vaya.
Los manifestantes piden libertad y una administración justa. Las distintas agencias de ayuda se han quejado de que HTS no permite ningún programa gratuito para mujeres , como el aprendizaje de habilidades laborales. Allí las mujeres no pueden buscar empleo, excepto en lugares donde sólo haya mujeres. HTS gobierna con una teórica forma estricta de la ley islámica, pero que en realidad es una interpretación sesgada y en su beneficio.
En paralelo, Arabia Saudita y Siria han restablecido relaciones plenamente normales, con intercambio de embajadores. En la Cumbre de la Liga Árabe celebrada en mayo en Bahréin, el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman (MBS), se reunió personalmente con el presidente sirio Bashar al-Asad. También se reunieron en la anterior Cumbre de la Liga Árabe en Arabia Saudita.
MBS anunció recientemente una subvención humanitaria a la ONU para reparar 17 hospitales en Siria que habían sido dañados por el terremoto de 7,8 grados que mató a 10.000 personas en Siria en febrero de 2023.
MBS también envió repuestos para los aviones comerciales de Syria Air, que habían sufrido las “sanciones” de EEUU y a los que Washington les impidió mantener su seguridad. Recientemente, los primeros aviones sirios comenzaron a volar a Arabia Saudita, por primera vez en 12 años, para transportar a los contingentes sirios que realizan la peregrinación islámica a La Meca (Hajj).
A su vez, el 30 de mayo, el líder de Irak dijo que espera anunciar pronto una normalización entre Turquía y Siria. Turquía, al igual que Qatar, había estado apoyando a diversos grupos terroristas en Siria en cooperación con Estados Unidos. Sin embargo, Turquía también ha dado un giro en su posición y ha estado buscando una manera de salir de Idlib y las otras áreas que ocupa en Siria, en preparación para un reinicio con Damasco.
La relación entre Washington y Ankara sigue siendo tensa después de que EEUU se asociara con las llamadas Fuerzas de Defensa Sirias (FDS) kurdas. Turquía considera a las SDF como una rama del PKK, el grupo terrorista internacional ilegalizado que ha matado a 30.000 personas en tres décadas, mientras busca establecer un Estado kurdo.
Las SDF planean celebrar elecciones el 11 de junio en un esfuerzo por conseguir el apoyo occidental para un Estado kurdo. Erdogan ha declarado que Turquía nunca permitirá que esto suceda.
Si las SDF depusieran las armas, podrían reparar su relación con Damasco y, al mismo tiempo, Turquía podría retirar sus fuerzas de ocupación de Siria. Con Turquía fuera de Siria, su proceso de normalización podría comenzar.
Cuando las SDF hayan reparado su relación rota con Damasco y la amenaza turca ya no exista, entonces el ejército estadounidense podrá retirar de Siria sus fuerzas de ocupación de 900 efectivos.
Recientemente, el general Mazloum, líder de las SDF, dijo que los problemas entre los kurdos y Damasco son problemas internos y advirtió contra cualquier interferencia extranjera, especialmente de Turquía.
La situación está cambiando rápidamente en Siria. La economía está colapsada, con una tasa de inflación superior al 100% en el último año debido a las devastadoras “sanciones” estadounidenses. Debido a que el ejército estadounidense está ocupando (y saqueando) el mayor yacimiento de petróleo y gas de Siria, esto impide la producción de electricidad para la red nacional, por lo cual los sirios viven con tres horas de electricidad al día.
Las sanciones estadounidenses impiden la importación de algunos de los medicamentos más vitales, ya que las empresas médicas occidentales temen entrar en conflicto con las sanciones estadounidenses, y ha producido una cultura de cumplimiento excesivo, que priva a los ciudadanos sirios de medicamentos y suministros médicos que salvan vidas.
Los campos de batalla han estado en silencio durante años, y el silencio se convirtió en un status quo, donde las políticas exteriores estadounidense y turca impidieron una resolución al conflicto que destruyó vidas y provocó la mayor migración humana en la historia reciente a medida que los sirios buscaban trabajo en el extranjero.
Turquía, Arabia Saudita y Qatar desempeñaron papeles importantes que les asignó el Departamento de Estado de EEUU durante la administración Obama. Hay una luz al final del túnel con la reversión de las políticas hacia Siria, y Qatar y Turquía están llamados a desempeñar papeles importantes en el proceso de recuperación de Siria. Estos retrocesos también son significativos ya que marcan un cambio en la relación entre EEUU y varios países de la región.
Esto es parte del 'Nuevo Medio Oriente' que Washington pidió, pero el papel que desempeñó el propio Estados Unidos los ha dejado perdedores.
► Steven Sahiounie, estadounidense de origen sirio, es un periodista dos veces premiado y analista político especializado en Siria y el Cercano Oriente. Publicó artículos para numerosos medios y ha sido entrevistado por medios estadounidenses, canadienses y alemanes. Publicación en inglés de esta nota en el portal MidEastDiscourse, en este enlace .
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