Líbano y América del Sur: El “no” vínculo

Durante el mes de enero de 2017 en Líbano, el Presidente, Primer Ministro, Presidente de Parlamento; ministros del Interior, Defensa, Finanzas, Educación, Agricultura, Energía y Agua, Cultura, Telecomunicaciones, Turismo, Estado; miembros de Parlamento, y gobernadores municipales recibieron un importante número de visitas diplomáticas.

La Agencia Nacional de Noticias (NNA, por sus siglas en inglés), informó sobra la visita al Palacio Baabda, la Residencia Ain El Tineh y/o la Plaza Nejme de los embajadores de Estados Unidos, Canadá, Colombia, Reino Unido, España, Francia, Alemania, Suiza, Italia, Bélgica, Países Bajos, Noruega, Rusia, Turquía, Bulgaria, Rumania, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Jordania, Siria, Iraq, Irán, Armenia, Egipto, Túnez, Sudáfrica, Sudán, China, India, y Australia.

A primera vista llama la atención la pequeña presencia de países latinoamericanos, región que alberga a dos tercios de la diáspora libanesa (ver imagen arriba). El dato es importante y exige que se indague con mayor profundidad para entender las ausencias. ¿Por qué las visitas diplomáticas latinoamericanas a funcionarios públicos libaneses se mantuvieron a un mínimo?

Arranco por lo más simple: el comercio. Ni Brasil, ni Argentina –los dos polos latinoamericanos más importante para la diáspora, y los dos principales destinos y origen del comercio libanés con Latinoamérica-, ni Colombia –el único país latinoamericano que envió a su embajador a reunirse con miembros del gobierno libanés- son grandes socios comerciales de Líbano (ver imágenes abajo).

Exportaciones Libanesas

Importaciones Libanesas

Fuente: Observatorio Complejo de Economía

Argentina recibe el 0,012% del total de las exportaciones libanesas, y representa el 0,63% de las importaciones libanesas. El comercio libanés con Brasil –0,38% para las exportaciones y 1,7% para las importaciones- con respecto al argentino es mayor, aunque es un socio comercial menor cuando se observa toda la imagen. Por otro lado, el 0,064% de las exportaciones tienen destino colombiano, y  0,15% de los productos ingresados a Líbano fueron producidos en Colombia.

La ausencia de visitas diplomáticas es aún más llamativa cuando se tiene en cuenta que la balanza comercial es favorable a la Argentina y Brasil. Resumiendo, el tamaño de la colectividad libanesa y el balance comercial favorable no son razones suficientes para una visita diplomática, en los casos de Argentina y Brasil.

Por otro lado, cuando se busca a los principales socios comerciales de Líbano, podemos encontrar a muchos de los países listados al comienzo de este artículo. Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Suiza, Sudáfrica, Irak, Siria y Turquía representan el 49,5% de las exportaciones libanesas. Mientras que la suma de Italia, Francia, Alemania, Rusia, Grecia, Bélgica, Reino Unido, Suiza, China, Turquía, Estados Unidos y Egipto representa el 60,8% de las importaciones libanesas.

En estas última dos listas de socios comerciales ‘importantes’ encontramos a 17 de los 31 países del total de países cuyos embajadores se reunieron con miembros del gobierno libanés. Con bajar un poquito más el piso para ingresar a la lista podríamos encontrar a Rumania, Países Bajos, España, India, y Kuwait, llevando el total a 22.

Recapitulando, la mayor participación comercial como origen o destino del comercio libanés puede ser un motivo para la visita diplomática.

Entonces, quedan por contabilizar Sudán, Jordania, Australia, Armenia, Irán y Noruega. En Sudán reside una importante comunidad drusa –de hecho la reunión informada fue con Walid Jumblatt-, que debido a los conflictos en el país parte de la misma migra hacia el Máshreq. Además, Sudán es por lo menos un socio comercial menor de Líbano.

Jordania es otro socio comercial menor, aunque la cercanía y el enfrentamiento de desafíos comunes como la creación del Estado de Israel, el desplazamiento de la población palestina, las operaciones militares de la Organización para la Liberación de Palestina fueron uniendo sus destinos. Hoy, la lucha contra el terrorismo, el conflicto en Siria y el desplazamiento de la población siria vuelve a unirlos.

En Australia la diáspora libanesa es casi tan numerosa como la de toda Europa, y se identifica fuertemente con Líbano, situación que exige a las autoridades ‘aussie’ desarrollar el vínculo diplomático. Pero, también hay un vínculo militar fruto de la cooperación en torno a la lucha contra el terrorismo. Esto último también explica el vínculo con Noruega, país que además asiste a los refugiados sirios en Líbano.

Con Armenia pasa lo opuesto que con Australia; en Líbano reside el colectivo armenio más grande de la región. Sus miembros llegaron hace más de 100 años y su integración alcanzó todas las esferas. La visita diplomática armenia entonces no debe sorprender a ninguno.

Por el lado de Irán, la visita diplomática responde a la política. Es conocido el vínculo que une a Líbano con Irán por medio de Hezbollah. Además, el enfrentamiento entre Arabia Saudí e Irán, y la alianza entre el Partido Patriótico Libre y Hezbollah hace difícil imaginar que Aoun no recibiera el visto bueno de Teherán.

Resumiendo, las visitas diplomáticas pueden surgir a partir del comercio -17 de los 31 así lo demuestran-, y cuando el comercio no sea lo suficientemente importante, puede ser resultado de una situación comunitaria particular –Australia, Sudán y Jordania-, o la cooperación en el sector de seguridad y defensa, incluidos la asistencia los refugiados sirios –Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Noruega-. Además, el vínculo puede sólo ser político e importante por la situación regional –Irán-.

Por último, el comercio de Argentina y Brasil es mayor al de Australia, y también lo es la colectividad libanesa residente en los países sudamericanos. Esto hace presumir que diplomáticos argentinos y brasileros –por lo menos- debieron haber visitado a representantes del gobierno libanés.

Ese pensamiento omite algunas posibilidades; primero, que los gobiernos de Argentina y Brasil ignoren a los colectivos libaneses; segundo, que los diplomáticos libaneses no actúen en consecuencia en Argentina y Brasil; y tercero, que la colectividad libanesa en Argentina y Brasil no esté ejerciendo suficiente presión sobre sus respectivos gobiernos y los diplomáticos libaneses.