La ilusión de las conversaciones para Siria
El autor analiza el motivo del fracaso de las recientes rondas en Ginebra.
La reciente reunión entre John Kerry y su homólogo ruso, líderes del ISSG en Viena, en relación con el establecimiento de la "paz" en Siria, fue un fracaso más en la larga lista de fracasos que la crisis ha visto desde el inicio del conflicto en la región en 2010-2011.
Mientras que las conversaciones siguen sin producir ningún resultado significativo, excepto en términos de fijar nuevas fechas para más reuniones, Occidente, sus líderes políticos y los medios de comunicación por igual, también siguen sin prestar atención a la causa real de la falla: no detener el suministro de armas a los ‘rebeldes’ sirios, por parte de los aliados estadounidenses, del Golfo.
Por lo tanto, EEUU intenta que Rusia acceda a la salida de Asad. Si Rusia estuviera de acuerdo con esta disposición o no, para poner fin a la guerra, es una cuestión discutible; sin embargo, lo que es absolutamente cierto es que EEUU ha fracasado en convencer a sus "aliados" que detengan la financiación del terror en Siria, o incluso de accedan a tolerar a Asad como líder legítimo de Siria.
De las conversaciones, tal como está la situación, no se puede esperar ningún resultado, mientras Arabia Saudita y sus aliados continúan añadiendo más y más leña al fuego, con su super-aliado, EEUU, incapaz de controlarlo. Para algunos, esta situación marca el fin de la supremacía de EEUU en Oriente Medio.
Bajo todo análisis, EEUU ha incumplido el compromiso de intensificar su apoyo y asistencia a los "aliados regionales 'para ayudarles a prevenir el flujo de armas, combatientes, o el apoyo financiero a las organizaciones terroristas a través de las fronteras de Siria, según se estipula en la declaración conjunta ruso-estadounidense del 9 de mayo.
En todo caso, el apoyo por parte de Turquía y Arabia Saudita a los grupos extremistas, sólo ha aumentado. Según describió la declaración de Lavrov, "Vemos suministros de tanques hacia Siria, y tener atacantes suicidas que utilizan tanques para actos terroristas, es algo nuevo en la crisis".
La terquedad aparentemente corresponde a la Casa de Saud. Esto fue bastante evidente en las declaraciones de algunos funcionarios de los países del Golfo después de la reunión del ISSG, cuando el canciller saudí Adel Al Jubeir envió la habitual amenaza de recurrir al "Plan B" que invariablemente implica un "oficial" aumento en el suministro de armas e incluso el despliegue de tropas a Siria.
"Creemos que deberíamos habernos movido a un 'Plan B' hace mucho tiempo. La elección acerca de movernos a un plan alternativo, la elección sobre la intensificación del apoyo militar (a la oposición) es del todo dependiente del régimen de Bashar. Si ellos no responden a los tratados de la comunidad internacional... entonces tendremos que ver qué más se puede hacer", declaró.
Por su parte, y siguiendo los pasos de su aliado estratégico (Arabia Saudita), el presidente turco, Erdogan, declaró agresivamente el pasado martes en Estambul (aun cuando la ISSG estaba en sesión) que Turquía actuará unilateralmente sobre Siria en interés propio.
Culpando tanto a Rusia como a EEUU por el apoyo que han extendido a algunos "terroristas", es decir, los kurdos, Erdogan describía el camino a seguir para llevar a cabo con rapidez lo que han estado intentando, pero han sido incapaces de lograr, desde febrero cuando se alcanzó un acuerdo de alto el fuego entre EEUU y Rusia.
El objetivo principal que tanto Arabia Saudita como Turquía han estado tratando de lograr, es utilizar este período de alto el fuego para recuperar el terreno perdido frente al Ejército Sirio. Mientras siguen culpando a los EEUU por su inacción, es un hecho que su propia estrategia ha fracasado completamente frente a un agresivo y organizado contra-asalto del Ejército Sirio.
El Ejército Sirio continúa ganando terreno en las diferentes batallas que se libran en Siria. El EAS, según se reporta, ha cortado temporalmente la carretera que une la capital Damasco y la provincia sureña de Daraa, después de que los rebeldes en la ciudad de Khan Al-Shih se acercaran a la carretera, permitiendo al EAS desatar una ofensiva contra esa zona, y con ello los posibles recursos de Arabia Saudí para un 'Plan B'.
El 'Plan B' está, como algunas otras fuentes indican, ya en proceso de aplicación. Una indicación sorprendente es que los "rebeldes" sirios cuentan ahora con lanzadores portátiles de misiles tierra-aire a su disposición.
Si bien no es un misterio entender quien suministra estos misiles, es igualmente sencillo entender que el propósito tras el suministro de este tipo de armas es permitir que los "rebeldes" logren una ventaja táctica sobre el Ejército Sirio, para frenar su avance.
Este suministro de armas, no solo es una clara burla al acuerdo de alto el fuego, sino también una indicación abierta del hecho que la guerra no puede terminar, y no va a terminar, a menos que las cadenas de suministro de los grupos terroristas, sean completamente cortadas.
Esta no es la primera vez que Arabia Saudita y sus aliados han amenazado con utilizar o habrían utilizado la fuerza militar, mientras que las conversaciones de paz se llevaban a cabo. Lo mismo hizo Turquía en el mes de marzo, cuando Erdogan lanzó su mini-invasión de Siria y esto es lo que nuevamente junto con Arabia Saudí, están tratando de hacer ahora.
El propósito de tales provocaciones es, sin duda sabotear la concreción de cualquier acuerdo de paz, prolongar las conversaciones, y utilizar el tiempo para permitir que varios grupos se reagrupen, re-organicen y re-armen.
Las conversaciones, según parece, no dieron lugar a ningún avance debido a un 'desacuerdo en políticas'. Su fracaso principalmente fue debido a la falla de EEUU en detener la ola de terror que sus aliados del Golfo han desatado, con o sin su apoyo, en la región.
Este nuevo fracaso ha demostrado, sin duda, que el mero cese de fuego no puede establecer la paz. La paz sólo puede establecerse cuando los grupos terroristas están arrinconados con eficacia y sus líneas de abastecimiento están permanentemente cortadas. Este es un pre-requisito que EEUU debe cumplir para demostrar su seriedad en la resolución de este conflicto que ya ha costado miles de vidas y ha desplazado a millones de personas.
(*)Salman Rafi Sheikh, es analista investigador del Instituto de Relaciones Internacionales de Pakistán. El artículo original fue publicado para New Eastern Outlook , con fecha 24 de mayo.
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