LEVANTE: Impunidad de los opresores y oportunidad de los traidores

Ante un triste y desgarrador panorama de potencias extranjeras expoliadoras y serviles dirigencias locales tras mezquinos intereses, la causa nacional de la autodeterminación, soberanía, paz y libertad, se ve en el Levante peligrosamente comprometida frente a un posible fin del statu-quo establecido hace casi un siglo por Sykes-Picot y para completar el preocupante cuadro, el nuevo pacto expoliador del imperio resulta claramente aún más disgregante y nocivo. 

Impunidad para la opresión

A partir de la presencia estadounidense en Irak con la caída de Saddam Husein en 2003, la política exterior creadora de imperio que dirige Washington ha ido avanzando lentamente en los objetivos de dominio regional y mundial establecidos por sus más lúcidos y maquiavélicos grupos de planificación estratégica (think-tanks).

Oscuras mentes que se mueven impunemente tras las sombras, indistintamente en los últimos gobiernos norteamericanos, tales como Henry Kissinger o Zbigniew Brzezinski han pergeñado un sendero de caos y sangre para los pueblos del mundo árabe en general, especialmente del milenario Levante o Mashriq Árabe.

De esta forma cooptaron, equiparon, financiaron y organizaron a todas las nefastas entidades que hace escasos años, con la explosión de la mal llamada “primavera árabe”, hicieron su aparición en escena, con su presencia física y militar en el Levante, teniendo como centro este Irak resultante de la ocupación norteamericana.

Para preparar la opinión publica tanto de EEUU como mundial, los gestores ideológicos comenzaron ya a partir de 2006 a difundir por distintos medios especializados, distintos mapas de lo que dieron en llamar “el nuevo medio oriente” dentro de una más amplia estrategia conocida como “la Redirección” .

Para lograr esto, el poder imperial de EEUU no dudo en jugar sus fichas desestabilizadoras inseminando el virus más letal pensable para la región: “la contagiosa enfermedad de la lucha fratricida embanderada en las identidades religiosas”. Astutamente la semilla de la discriminación fue sembrada en el sector interno del Islam mayoritario a nivel mundial, lo cual permitiría maximizar la incorporación de reclutas extremistas.

La trampa fue tendida, con la preparación del monstruo y nuevo enemigo necesario, siguiendo el exitoso modelo testeado globalmente ya desde Afganistán con la primera gran red terrorista fanática creada por EEUU para engañar al mundo y excusar sus planes invasores, Al Qaeda.

Actualmente con la declinación de dicha organización el imperio reconvierte sus recursos y da nacimiento al nuevo y más letal grupo de asesinos, más preparados, financiados y puntuales en cuanto al terreno de operaciones. Nace asi este nuevo conjunto de criminales disfrazados de creyentes con toda su seguidilla de nombres ya a esta altura por todos conocidos:(ISIL) EIIL, (ISIS) EIIS, (IS) E.I. con una sólida y sorprendentemente repentina acción destructiva a partir de mediados de 2013 en Irak, extendiéndose desde junio último hacia Siria.

Las víctimas

Las principales víctimas del plan de disección son los dos grandes estados árabes del Mashriq: Irak y Siria, los cuales ven hoy comprometida su propia integridad territorial frente a un plan de partición y cantonización, pero sin duda el Líbano se ve altamente expuesto también en este torbellino. La suya es una preocupante situación ya que desde sus escasos recursos territoriales y defensivos encuentra jaqueada toda posibilidad de resistir abiertamente a esta locura, amenazado externamente por la presión saudita e internamente por el siempre pendiente de un hilo y sumamente delicado equilibrio de poder que se ve obligado a sostener desde el fin de su conflicto civil interno en 1991.

También se incorporan desde temprano al tablero geopolítico las pretensiones de independencia de las comunidades kurdas en Siria e Irak, a quienes el imperio utiliza como punta de lanza equipando y fortaleciendo día a día primeramente en Irak, con miras a justificar luego la disección de esa porción de territorio noreste de ambos estados, cuando sea propicio.

Mientras tanto ese gendarme del imperio en la región que es el sionismo, sentado en Tel Aviv aplaude desde la tribuna sin dejar de castigar al pueblo palestino fiel a su tradición, porque sus maquiavélicos y viejos planes del Gran Israel (Plan Yinon) nunca se vieron más favorecidos y su teocrático estado nunca más justificado que hoy, cuando el fanatismo y la identidad religiosa pretenden ser moneda corriente entre sus vecinos.

El gobierno de Irak atrapado en las redes imperiales, procura resistir con los escasos recursos disponibles teniendo que aceptar y aun mas, plegarse, pedir y defender públicamente los bombardeos de EEUU y sus aliados de la OTAN.

Por su parte Siria también resiste a las fuerzas destructivas enquistadas internamente por múltiples frentes internos –Al Nusra, FSA-que iniciaran su nocivo accionar ya en 2011; a lo cual se agrega hoy la nueva amenaza de E.I. que atrajo los ilegales bombardeos de la “coalición” sobre su territorio y las presiones internacionales de la traición regional que no negocia sus pretensiones de generar desde afuera un cambio de gobierno en Damasco.

Traición y oportunidad

Este oportunismo y traición regional surgen por el norte y el sur de las fronteras del Levante, las cuales son acuciadas con intencionalidades individuales de estados vecinos que han sido los principales instigadores y financiadores del terrorismo armado y fanático en Siria e Irak.

Desde el norte Turquía se ha sumado al plan desestabilizador y destructivo de Siria con el aporte de armamento, apoyo logístico y hospedaje en su territorio para los terroristas internacionales, y hoy anuncia su  participación formal en la famosa coalición de EEUU, legalizando en su parlamento el armado y entrenamiento de los supuestos “opositores moderados ” en Siria, como parte de sus pretensiones de absorber control de un futuro estado kurdo sobre tierras de Siria e Irak; buscando inclusive a futuro trasladar allí a la mayoría de este pueblo que habita territorio turco.

Mientras tanto Egipto -otrora potencia regional nacionalista- se encuentra empantanado en sus idas y vueltas derivadas de la pulseada interna entre los teocráticos Hermanos Musulmanes -potenciales socios en el plan disgregante regional- y los desgastados partidos seculares necesitados de una auténtica profunda renovación patriótica si es que desean reconstruir consistentemente el futuro del país.

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Desalentador y triste panorama para todos aquellos que deseamos ver al Mashrik en su conjunto: Siria, Líbano, Irak y Palestina como estados libres y soberanos, hermanados dentro de un bloque árabe cultural que pueda gestar su futuro respetando toda la rica variedad de minorías comunitarias que integran sus pueblos y bajo las banderas de la dignidad y la soberanía frente a la opresión imperial extranjera.

Desgraciadamente hoy vemos que para volver a soñar con ello, debemos primero paradójicamente sostener la vieja disección del Levante gestada en el siglo XX por Sykes-Picot, porque lo que buscan imponerle al Mashriq es por lejos, mucho peor.