Hariri: Irán debe dejar de intervenir en los asuntos árabes

NdR: La siguiente columna expresa la opinión de Saad Hariri, no representa la postura de esta redacción, y se comparte con fines informativos. Creemos que la columna guarda un interés particular al reflejar un clivaje libanés importante, al mismo tiempo que apela al público estadounidense en búsqueda de apoyo político.

El 14 de febrero de 2005 detonó una bomba que acabó con la vida de 22 personas y la de mi padre y primer ministro de Líbano, Rafik Hariri. El Tribunal Especial para Líbano con sede en La Haya responsabilizó a cinco miembros de Hezbollah. De probarse su rol, significaría que el asesinato fue perpetrado por aliados de Irán en Líbano, controlados y financiados por el régimen de Teherán.

En el año 2008 Hezbollah utilizó en contra del pueblo libanés el basto arsenal acumulado, y provisto por Irán para proteger a Líbano de las agresiones israelís, al ocupar la ciudad de Beirut. Actualmente, Hezbollah evita que Líbano pueda elegir un presidente al bloquear y chantajear al gobierno para imponer su candidato.

Mientras tanto, Hezbollah envía miles de jóvenes libaneses a pelear y morir en Siria para defender al odioso régimen de Bashar Al Assad. Dictador responsable ante el mundo y  condenado por Naciones Unidas de la muerte de un cuarto de la población siria.

Con la ayuda de la Guardería Revolucionaria de Irán, y sus representantes Hezbollah y otras milicias en Irán y Afganistán, el Sr. Assad causó el desplazamiento de millones de personas a países vecinos y Europa produciendo la peor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial.

Los libaneses conocemos bien la violencia, la discordia, el sectarismo, la brutalidad y el terrorismo sembrado por Irán y sus aliados en terceros países. Porque desde finales de la década de 1970, Irán ha sido el mayor patrocinador del terrorismo. Todas acciones que los funcionarios iraníes pretenden negar ante la comunidad internacional.

Nosotros no nos olvidamos de los estadounidenses, y otros occidentales, secuestrados por agentes iraníes en Líbano durante los 80’s. Tampoco nos olvidamos del ataque al cuartel militar de Estados Unidos en el Aeropuerto de Beirut que terminó con la vida de 241 marinos infantes, soldados y marineros.

Por eso nos sorprende la amnesia que afecta a la comunidad internacional respecto de estos eventos, además de lo que hoy ocurre en Siria y otras partes del mundo.

La catástrofe siria inició con la intervención de Irán y sus aliados en defensa de la brutal dictadura del Sr. Assad; en contra de una revuelta popular, prodemocrática, pacífica y laica. El pueblo sirio solo pedía por la reforma de un sistema de gobierno vehemente y corrupto que se sostiene por medio de la violencia. Hoy, 1,3 millones de sirios desbordan a Líbano.

En Yemen, el inicio de la tragedia se remonta al intento de golpe de Estado y enfrentamientos armados iniciados por la milicia proiraní Houthi. Ambas acciones tenían como objetivo amenazar la estabilidad de Arabia Saudí y otros Estados del Golfo Persa, motivo por el que fueran denunciadas por el Consejo de Seguridad de ONU.

En Iraq, Irán apoyó y financió milicias que promovieron el odio sectario en el país, al tiempo que socava los esfuerzos realizados para la eliminación de E.I.

Ahora, los funcionarios iraníes presumen de su hegemonía regional y se enorgullecen de controlar cuatro capitales árabes –Beirut, Bagdad, Sana y Damasco-. En Líbano, tomamos muy en serio esa actitud fanfarrona, porque evidencia la estrategia indiferente iraní para aumentar su influencia regional por medio de agentes que siembran la discordia, promueven el terrorismo y el odio sectario, e inestabilidad política.

Todo eso se contrasta con lo hecho por Arabia Saudí en Líbano. Mientras que Irán se ocupaba de bajar línea a sus milicias en Líbano durante la década de 1980, Arabia Saudí se dedicó a forjar el histórico acuerdo que significó la finalización del conflicto libanés. El Acuerdo de Ta’if, que toma el nombre de la ciudad en la cual se reunieran los parlamentarios libaneses, terminó con 15 años de violencia.

¿Cuántas escuelas construyó Irán en Líbano? ¿Cuánta ayuda económica aportó Irán para la reconstrucción de Líbano? Por supuesto, la respuesta es poca o ninguna. Y cualquier tipo de asistencia iraní fue para el beneficio político de Hezbollah.

Irán tiene una única oportunidad para ayudar a quienes están luchando contra el extremismo en el mundo árabe. Para aprovecharla debe dejar de intervenir en los asuntos árabes; desde Yemen hasta Bahréin pasando por Iraq, Siria y Líbano.

Irán debe dejar de alimentar el resentimiento de la comunidad sunna que incentiva a un grupo minoritario a buscar soluciones en el terrorismo. Ese sería un gesto de suma importancia que permitiría sortear el último obstáculo táctico enfrentado por los que luchan contra el extremismo.

Irán puede ser parte de la solución, sólo si acepta el liderazgo árabe depositado en Arabia Saudí. Esto permitirá la normalización de las relaciones regionales, permitiendo a la comunidad sunna ocuparse de eliminar el extremismo.