Hariri: ¿juez y parte en Líbano?

Dentro de la agenda de su actual visita a EEUU, y brindando una charla en el Wilson International Center, en Washington, el líder del Movimiento Futuro, declaró este lunes, que su actividad política regional e internacional estaba apuntada de manera principal a proteger al Líbano de las repercusiones del desorden regional, particularmente el conflicto de ya cuatro años en la vecina Siria.

“Mi única prioridad sigue siendo proteger Líbano. Escucho muchos en la comunidad internacional, repetir frecuentemente que a pesar de todo lo que está sucediendo en la región, Líbano es aún un buen lugar”, dijo Hariri aunque advirtió que si el statu quo actual persiste, “hará que sea cada vez más difícil evitar que las llamas de la región enciendan el conflicto civil en el Líbano”.

En la sesión se destacó la presencia de la presidente del Centro Wilson, la ex congresista Jane Harman, dirigentes de centros de investigación, intelectuales, editores de medios gráficos, el embajador libanés en EEUU, Antoine Chdid, los ex diputados Ghattas Khoury y  Bassem Sabeh, el jefe de staff de Hariri, y su consejera de medios.

Con mayor especificidad, dijo el ex premier: “Al menos hay cierta estabilidad relativa. Sin embargo, esta estabilidad no se sostiene a menos que las instituciones del Estado sean reforzadas y la guerra en Siria se resuelva” agregó, coincidiendo con una declaración emitida por su oficina de prensa.

Insistiendo en su punto aseveró que una posible nueva guerra civil en Líbano puede ser evitada solo si los conflictivos partidos libaneses implementaran un claro conjunto de acciones, comenzando con la elección de un presidente, unido esto al compromiso internacional para terminar la guerra en Siria.

Hasta aquí, y forzando levemente nuestra ingenuidad para no ingresar en el debate de que se entiende por “compromiso internacional”, podemos afirmar que estamos presenciando loables opiniones del político de primera línea libanés, lindantes casi con ideas vertidas por un avezado analista internacional, con las cuales no podemos menos que coincidir cuasi plenamente.

Pero, la pretensión de “objetividad” hasta aquí presentada, se comienza a complicar cuando buscamos interiorizarnos sobre el modo que propone Hariri para resolver el conflicto que aqueja a Siria; pues en ese sentido afirmó el disertante, que la remoción del acosado presidente sirio, Bashar Al Asad, es “el único camino” para restaurar la estabilidad en Siria, diciendo: “Creo que esto pasará más temprano que tarde”.

Y aquí es donde la aparente pretensión de juez y analista imparcial cambia de color y se muestra indudablemente como lo que es, una “parte” interesada:

1] Atacando al gobierno sirio

Con motivo de la imperiosa necesidad de combatir el extremismo islamista, Hariri llamó a clarificar la política internacional para sostener voces de moderación en la región, pero se aseguró de aclarar que las mencionadas voces no incluyen al gobierno sirio, culpando al presidente Asad de la proliferación de los movimientos islámicos radicales en la región, afirmando: “Bashar Asad no es ninguna voz de moderación. Él es la fábrica que manufactura terrorismo”.

2] Atacando a Hezbollah

“… tenemos que insistir y atenernos a la Declaración de Baabda que exige la neutralidad del Líbano en el conflicto sirio”. El ex premier, denunciando la intervención militar de Hezbollah en Siria, según sus palabras “su participación (de Hezbollah), en defensa de la dictadura de Asad en Siria, ha importado terrorismo al Líbano”.

Reiteró que el dialogo entre Futuro y Hezbollah estaba apuntado a reducir las tensiones sectarias en el país. “sin embargo, en temas centrales, tales como el retiro de los combatientes de Hezbollah de Siria y la elección de un presidente en Líbano, Hezbollah solo escuchará a Irán”.

3] Atacando a Irán

Hariri advirtió de lo que llamo la “rápida expansión de la esfera de influencia de Irán” en la volátil región. Dijo que la lucha en curso, contra E.I. debería estar acompañada de una acción para chequear la expansión de Irán.

4] Concluyendo con munición combinada

“Hoy la región árabe se enfrenta a dos grandes retos, los cuales parecen estarse retroalimentando entre sí. Por un lado, las políticas expansionistas de Irán…” “Por otro lado, los extremistas y yihadistas que dicen pelear en nombre del Islam, están amenazando con destruir la estructura misma de la sociedad”, dijo.

“Es claro como ambos retos se retro-alimentan: los aliados de Irán, el ex gobierno de Maliki en Irak y Asad en Siria, ambos han orquestado la liberación de elementos encarcelados de Al Qaeda, por miles, eso luego conformó lo que ahora es conocido como Daesh o ISIS (E.I.), con el ejército de Asad yendo tan lejos como haberles entregado la petrolera provincia de Raqqa, la cual es ahora su plataforma y base principal”, dijo.

Opinión final

Sería plausible que el avieso político libanés, no se dedicase en el exterior a presentar engañosos discursos que ocultan tras una supuesta imparcialidad de juez, su auténtica situación de máximo líder y dirigente de una fuerza política (Movimiento Futuro), que es parte interesada, y primordial, de la bipolar disputa doméstica de su país.

Condición esta, que hace que su espacio político, principal fuerza de la “Alianza 14 de Marzo”, no pueda ser excluido de una responsabilidad, en el mejor de los casos compartida, con la "Alianza 8 de Marzo", liderada por Hezbollah, a quienes Hariri acusa exclusivamente en la inacción general en el entuerto político libanés que lleva ya un año manteniendo al país en un delicado vacío presidencial.

También sería digno de loas, ver al ex premier dedicándose exclusivamente a resolver esta actual ausencia de presidente en su país, antes que dedicarse con tanta energía a dirigir campañas internacionales para deponer al, efectivamente existente, presidente del hermano país vecino.  

Pero claro que estos deseos, resultan casi ilusos e inocentes si hablamos de Saad Hariri, quien está sólidamente ubicado en una posición de representante de los intereses de la monarquía saudita en su país y en la región toda, por lo cual finalmente terminan siendo absolutamente coherentes sus flamígeras declaraciones en la capital internacional del “eje del bien”, Washington D.C.