Elvis es el mejor aliado para enfrentar la tiranía y E.I.

Esta semana se conmemoran varias fechas significativas para la región, lo cual nos obliga a reflexionar sobre el vertiginoso y complicado presente que atraviesa Medio Oriente.

Se cumplen cuatro años desde la movilización, Viernes Determinante, que exigió el fin de la autoridad militar y la organización de elecciones, tres años del triunfo electoral de Mohammed Mursi, y dos años de la movilización social liderada por el Mariscal de Campo Abdel Fattah Al Sisi que lo destituyó. Además, se cumple un año desde que Sisi forzó su elección presidencial, y el primer aniversario del establecimiento del “Estado Islámico” y “Califato” por parte de E.I.

Mientras tanto…EEUU celebra 239 años desde el Primer Congreso Continental establecía, y la Ley de Servicio Civil cumple 51 años. También se cumplen 61 años desde que Elvis Presley grabó “That’s all right” (Esta todo bien) en los estudios Sun de la ciudad de Memphis, Tennessee, dando inicio a la era del rock and roll.

El hilo que une estos hechos a nuestros amigos árabes es la condición de lucha, en algunas ocasiones hasta la muerte, por la libertad y derechos necesarios para el completo desarrollo individual y social. Ese conflicto no es total, y de hecho, está limitado por el orden y estado de derecho que aseguran la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.

Si la experiencia de EEUU durante los Siglos XVIII y XX sirvió de algo, es para advertirnos que los brotes democráticos, pluralistas y libertarios, deben ser regados durante décadas con acciones políticas y legales hasta alcanzar a todos los ciudadanos. Hoy, Egipto representa el ejemplo más sincero de las dificultades que representa la transición de un gobierno militar, o colonial, hacia una soberanía nacional genuina basada en derechos individuales. Por eso, el violento presente nos recuerda el tamaño de la empresa, y también nos permite encontrar inspiración en la experiencia ajena.

El recurrente problema egipcio se manifiesta en la incapacidad demostrada por la Hermandad Musulmana y las Fuerzas Armadas para gobernar de manera eficiente y legítima. Cuando un grupo intenta controlar o eliminar al otro, sufre toda la sociedad egipcia. Y su sufrimiento es hoy aún mayor, porque el aliado de E.I. en Egipto, “Provincia de Sinaí”, demostró la suficiente capacidad militar para atacar a las Fuerzas Armadas en la península y asesinar miembros del gobierno en el corazón de Cairo.

El primer aniversario del “Califato” declarado por E.I. nos enseña que las fuerzas oscuras que alimentan la frustración y desesperación prevalecen ante la ausencia de un proceso político que desemboque en un gobierno legítimo. Porque E.I. es consecuencia del aprovechamiento de millones de corazones árabes, por parte de fuerzas oscuras que se aprovechan de la desesperación con falsas promesas de salvación. Motivo por el cual la limitada pero evidente expansión de E.I., por medio de pequeños grupos en más de 15 países, debe hacernos reflexionar sobre las pobres condiciones de la vida que millones de personas enfrentan; no, sobre la fortaleza de E.I.

En este momento de reflexión debemos recordar una y otra vez aquel momento en que el pueblo egipcio enfrentó al gobierno militar exigiendo una completa transición hacia un gobierno civil y legítimo. También se pidió por entonces que el Presidente Hosni Mubarak junto a sus séquitos paguen por haber hundido al país. Porque sin su gobierno, Sisi hoy no podría sentenciar a muerte a hordas de gentes en juicios ridículos, intimidando incluso a la oposición más moderada.

La presencia del espíritu y las demandas que impulsaron las protestas por mayor pluralismo democrático y constitucional en Egipto hace tres años, exigen la misma acción hasta tanto no sean atendidas. Porque aunque los objetivos de la revolución de enero de 2011—derechos sociales, económicos y políticos básicos dentro de un marco legal para todos—no han sido alcanzados, no faltará oportunidad para saldar la deuda.

¿Qué tiene que ver Elvis? Elvis nos enseñó que ser libres significa poder disfrutar de la vida de cualquier modo que no dañe a terceros. Quienes escuchan su música saben que para disfrutar de la vida, no hay que tomársela demasiado en serio, y que en el camino es bueno ayudarnos a nosotros mismos como también a otros.

Nota: La versión original de este artículo  fue publicado por The Daily Star el día 4 de julio de 2015, en la página 7.