Elección en Líbano: Vencedores vencidos

Lo anunció el Embajador de Líbano, Antonio Andary, desde el escenario del Buenos Aires Celebra Líbano el día domingo. “Todo parece indicar que mañana tendremos presidente”, comentó con una alegría que desbordaba su sonrisa. Y la colectividad libanesa aplaudió eufóricamente, porque tras dos años, cinco meses y siete días Líbano volvía a tener presidente.

Durante todo el mes de octubre, la cocina política libanesa no tuvo descanso y se pudo ver la utilización de todos los condimentos para preparar el plato deseado. Saad Hariri mantuvo la sartén por el mango gracias al apoyo encontrado en Arabia Saudí y Francia –dejando de lado el paquete de ayuda militar prometido y prontamente suspendido-.

Suleiman Frangieh aportó la sal necesaria en todos los momentos indicados, y Nabih Berri el picante característico de la comida oriental. Walid Jumblatt le quitó intriga al proceso al declararse públicamente en favor de la receta elegida, mientras que Nasrallah actuó de asistente de cocina asegurando el cumplimiento de la receta al pie de la letra.

El comando de Hariri revivió la ‘diplomacia viajera’ (shuttle diplomacy), aquella práctica casi olvidada que caracterizó a Kissinger en 1973, cuando viajaba entre Cairo, Damasco y Tel Aviv negociando el cese de hostilidades. Al igual que en 1973, la ‘diplomacia viajera’ demostró su efectividad en la cocina política, y además, rescató del abismo a la institucionalidad libanesa. En esta oportunidad el cocinero tampoco espero a servir la mesa para hundir el tenedor en el plato y asegurarse una de las porciones más abundantes –el primer ministerio.

Antes de profundizar sobre las consecuencias, e identificar a los vencedores vencidos, quiero dedicar un momento al repaso del proceso electoral llevado adelante durante la mañana del día lunes.

La votación

La sesión inició con las palabras de Berri, Presidente del Parlamento, quien ordenó a los presentes, y con un conteo lento pero seguro, constató el cumplimiento del quorum necesario (86 parlamentarios; hubo 127 presentes). Luego se refirió a los presentes, y los invitó a depositar su voto en la urna transparente que desfilaba frente a cada banca.

Uno por uno los parlamentarios cumplieron con el ejercicio democrático, hasta que los 127 votos revelaron que ningún candidato –Aoun- alcanzó los 86 votos necesarios. El conteo arrojó como resultado 84 votos para Aoun, 36 votos en blanco y 7 anulados. Por 2 votos el sueño del ex Comandante de las Fuerzas Armadas de Líbano debía esperar una nueva votación.

Aoun a esta altura se sabía ganador, porque ganaría con sólo sumar 65 votos (mitad más 1, mayoría requerida a partir de la segunda vuelta). Teniendo en cuenta que recibió 84 votos en la primera vuelta, su victoria era una cuestión de tiempo. Pero no fue tan sencillo.

Durante la segunda y tercera vuelta los vicios de algún(os) pícaro(s) niño(s) caprichoso(s) se hicieron presentes en el recinto. Tal es así, que la cuenta de votos no coincidía con los parlamentarios presentes, obligando a la anulación inmediata de la votación y una nueva vuelta.

Ese vicio ocurrió ¡dos veces! Uno sólo puede especular sobre tal actitud infantil. ¿Qué se buscó? ¿Disimular que la Alianza 14 de Marzo se desintegraba en esta elección? ¿Desangrar a Berri en la espera de saber que prestaría juramento a Aoun? ¿Poner a prueba el ingenio de las Falanges Libanesas para hilvanar frases que escondieran su intransigencia? Nunca lo sabremos.

Tras la cuarta vuelta, desarrollada bajo la atenta mirada de un grupo de legisladores que se paró a escasos centímetros de la urna -ahora ubicada a un costado del presidente del Parlamento- para evitar una nueva picardía, el recuento fue el siguiente: 83 votos para Aoun, 36 votos en blanco y 8 anulados.

Hariri, líder del Movimiento Futuro (26), Gebran Bassil, líder del Frente Libre Patriota (19), Nasrallah, líder de Lealtad a la Resistencia (12), Samir Geagea, líder de Fuerzas Libanesas (8), y Walid Jumblatt, líder del Partido Progresista Socialista (11) demostraron su apoyo a la candidatura de Aoun previo a la votación. En conjunto, y si hubiesen votado en bloque en favor de Aoun, estas fuerzas cuentan por 76 de los 83 votos recibidos.

Los 7 votos restantes pueden ser la suma de algunas pocas agrupaciones minoritarias dentro del Bloque Cambio y Reforma liderado por el Frente Libre Patriota entre los que se encuentran: Partido Democrático Libanés (2), Federación Revolucionaria Armenia (2), Partido Sirio Social Nacional (2), Partido Árabe Socialista (2), y Partido Solidaridad (1). En total suman 9 votos, quedando dos en el excedente.

Por otro lado, los 8 votos anulados que contenían lemas –motivo por el cual fueron impugnados-, corresponden sin duda al Movimiento Marada (3) y Falanges Libanesas (5). Además de que coincidir los números, son las dos fuerzas que mayor oposición demostraron al acuerdo entre Hariri y Aoun durante la etapa previa a la votación –las Falanges Libanesas retiraron a sus ministros del gabinete, y Frangieh no retiró su candidatura presidencial.

Respecto de los votos en blanco, podemos afirmar que 13 corresponden a Amal. Berri manifestó que no votaría por Aoun, pero no impediría su elección. Otros dos, pueden corresponderse con los dos votos excedentes del total de la suma de las fuerzas minoritarias del Bloque Cambio y Reforma. Así, contabilizamos 15 de los 36 votos en blanco; los restantes 21 se pueden contar entre la suma de las fuerzas minoritarias que forman parte de la Alianza 14 de Marzo (14) y los independientes (7).

Las fuerzas minoritarias de la Alianza 14 de Marzo son: Primero Líbano (2), Bloque Safadi o Trípoli (2), Solidaridad Tripolitana (2), Partido Socialdemócrata Hunchakian o Tashnag (2), Partido Liberal Demócrata Armenio o Ramgavar (1), Zahle en el Corazón (1), Grupo Islámico (1), Frente de Acción Islámica (1), Movimiento Demócrata de Izquierda (1), y Partido Nacional Liberal (1).

Recuerdo que es imposible confirmar esta análisis a menos que todos los parlamentarios canten su voto públicamente. Más allá de eso, no deja de ser un interesante ejercicio que podemos hacer teniendo en cuenta la posición tomada por líderes partidarios antes de la elección, y de esta manera, por lo menos anticipar una reconfiguración de las alianzas 8 de Marzo y Alianza 14 de Marzo, ya que por lo menos una de las principales fuerzas de cada alianza votó en disidencia -Amal en el caso de 8 de Marzo, y Fuerzas Libanesas en el caso de 14 de Marzo-.

Vencedores vencidos

Aoun puede congratularse por haber cumplido el sueño de muchos libaneses: ser Presidente de la República, y otro sueño regional e internacional: devolver el aliento a la institucionalidad de Líbano. Ninguno de los dos logros es menos importante, y ambos van de la mano.

La misma suerte le auguramos a él al momento de abordar la formación de un nuevo gobierno, la aprobación de una nueva ley electoral, y la renovación de los miembros del Parlamento, todos temas de agenda que pondrán a prueba a las coaliciones emergentes. Otros temas no menos importantes, son: la crisis de la basura, la privatización de la revisión técnica vehicular, la revisión de los contratos de telecomunicaciones, la aprobación de proyectos para el desarrollo de infraestructura, el encauzamiento de la economía, el conflicto en siria, los refugiados sirios, la presencia de DAESH en Arsal, el aumento de la presión internacional, el fortalecimiento de las fuerzas de seguridad, y el desarme o integración de Hezbollah a las fuerzas de seguridad, entre otros.

Todo eso, frente a un escenario de realineamiento de las fuerzas políticas, donde un fortalecido Aoun se encuentra con la obligación de adoptar posiciones pragmáticas para sostener la nueva alianza. Y por el otro lado, un conjunto de minorías políticas que en su conjunto tienen el potencial para bloquear cualquier iniciativa en el parlamento.

En este momento intermedio de reconfiguración política sólo puedo recordar, en forma de advertencia, algunos versos del rock nacional argentino: Se rompe loca mi anatomía/con el humor de los sobrevivientes/de un mudo con tu voz/de un ciego como yo/¡Vencedores vencidos!