El oscuro secreto de Riad
La sed saudita por el petróleo y reservas gasíferas yemeníes.
¿Por qué sigue Arabia Saudita bombardeando Yemen hasta llevarlo a la era de piedra?
El eje de la cuestión es que Yemen tiene reservas petrolíferas, mientras que a Riad se le está constantemente acabando dicho recurso , explica el analista estadounidense Phil Butler.
De acuerdo al investigador y analista político, Phil Butler, la guerra saudita contra Yemen, apoyada por EEUU, no se debe ni a la histórica diferencia sectaria sunnismo-shiísmo, ni a la tan discutida campaña militar contra Al Qaeda en la región.
Mientras los medios occidentales usualmente se refieren a Yemen como un “pequeño” productor energético, la verdad de la cuestión es que el país está sentado en sustanciales reservas de petróleo y gas, las cuales Arabia Saudita y sus aliados desean controlar, destaca Butler.
A su vez, Yemen esta frente al paso Bab El-Mandeb, un clave punto de control marítimo y transito petrolero, por el cual 3.4 millones de barriles de crudo pasan diariamente.
En uno de sus informes previos para New Eastern Outlook , Phil Butler destacó el hecho que la riqueza petrolera saudí está condenada a la caída:
“Dada la naturaleza de las reservas petroleras del país, y su casi ilimitada producción por décadas, es posible que los saudíes estén simplemente quedándose sin gas”, subrayó el analista.
En este contexto, no es sorprendente que Riad haya adoptado recientemente una política exterior activa e incluso agresiva, hacia sus vecinos.
“Acabándose lo último del único recurso vendible de la nación, la realeza saudí ha puesto su país en el desastre, siendo el potencial de revolución allí agudo, si el pueblo descubre la real situación. Es por esto que vemos una agresiva postura saudí ‘por el todo’, sobre Siria, con Irán, y sobre todo cuando se trata de Yemen”.
“Mientras los evangelizadores think-tanks de Washington tratan de sacar las tensiones afuera por medio de fricciones religiosas sunnitas-shiítas, la (búsqueda de) nuevas reservas de petróleo es la verdad de estos asuntos”, escribe Butler.
Para ilustrar este punto, el analista se refiere al reporte de 2013 de Offshore-mag.com , sobre el tema.
“El ministro de Petróleo saudí, Ali Al-Naimi, dijo que el reino no incrementaría su capacidad de producción más allá de 12.5 millones de barriles diarios, durante los próximos 30 años, en contraste con previos llamados a incrementar la producción a 15 millones para alcanzar la demanda global”.
“Simultáneamente, sin embargo, Arabia Saudita ha incrementado masivamente el total de plataformas de perforación en meses recientes. Este año, el total de plataformas se espera alcance el record de 170, casi duplicando las 88 de octubre de 2012”, señalaba el reporte, agregando que Riad también estaba explorando y desarrollando “más costosos campos off-shore”.
Si Riad no estaba planeando incrementar su capacidad de producción, ¿por qué se apuró en instalar nuevas plataformas, especialmente las offshore, que son 7 veces más costosas de trabajar?, pregunta Butler.
El analista cree que Arabia Saudita ha estado mintiendo por décadas sobre su verdadera capacidad petrolera.
Para mantenerse en punta, Riad debe mantener control sobre reservas petroleras fuera de sus fronteras, particularmente en Yemen. El establishment occidental está asistiendo a Arabia Saudita, y con “razón”: en noviembre de 2005 la República de Yemen expropió sus cuencas petroleras (Marib Al-Jawf) a las empresas Hunt Oil Company y y socios de ExxonMobil.
“Y las grandes petroleras odian a los países que recuperan sus recursos”, subraya Butler.
Apunta al hecho que la administración Obama hace tiempo que está al tanto de la sustancial capacidad petrolera y gasífera de Yemen. Y cita el cable secreto de 2008 del embajador Stephen A. Seche, publicado por Wikileaks, que informa “las provincias de Shabwa, Marib y Al-Jawf tienen potencial para significativos depósitos de gas”.
En cuanto al petróleo, de acuerdo al detallado informe de 2002 del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), Yemen posee vastas reservas de petróleo offshore agregadas a sus 3 mil millones de barriles de reservas comprobadas, subraya el analista.
Es por eso que ni la administración Obama, ni los gobiernos europeos tienen ningún apuro por ayudar a los yemeníes que están siendo bombardeados por Riad: todos ellos tienen sus propios intereses específicos en el Medio Oriente.
“De modo que el rompecabezas del caos en Yemen, debe ser completado por uds”, concluye Butler.
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