El Vaticano y la situación en el Levante
El Estado Vaticano ha presentado ante el Consejo de Seguridad de la ONU, este 13 de marzo, una Declaración con el apoyo conjunto de 53 países, denominada “Apoyo a los derechos humanos de los cristianos y otras comunidades, especialmente en el Medio Oriente”. Dicha manifestación del máximo ente político de la Iglesia Católica Apostólica Romana, ha sido presentada en los medios masivos mundiales como un aval directo del Estado pontificio a la intervención militar internacional en la región.
El documento - firmado por la Santa Sede más, entre otros, EEUU, Rusia, los países de Europa occidental e Israel y del Medio Oriente, Líbano e Irak, pero no por China e India - denuncia la "grave amenaza" en que se encuentra la propia existencia de las minorías religiosas, especialmente los cristianos en el Medio Oriente y las convocatorias de "todos los Estados a reafirmar su compromiso de respetar los derechos de todos, en especial el derecho a la libertad de religión, consagrado en los instrumentos internacionales sobre derechos humanos fundamentales".
En este contexto, las últimas 48 horas nos han mostrado un nuevo episodio de manipulación informativa, bajo una ráfaga en cadena de notas publicadas en medios masivos bajo el impactante título: “El Vaticano es partidario de una intervención militar contra E.I”.
Tomando afirmaciones del arzobispo italiano, Silvano Tomasi, embajador del Vaticano ante las Naciones Unidas en Ginebra, hechas a un importante periódico católico (Crux), rápidamente los medios orientaron sus palabras para señalar que Tomasi “ha respaldado una intervención militar en forma de fuerza internacional coordinada para impedir que E.I siga protagonizando ataques en Siria e Irak contra los cristianos y otros grupos minoritarios”.
"Tenemos que parar esta especie de genocidio. De lo contrario, en el futuro nos preguntaremos por qué no hicimos nada, por qué permitimos que una tragedia tan terrible sucediera", ha afirmado monseñor Tomasi.
En concreto, Tomasi ha detallado que cualquier coalición anti-E.I. tiene que incluir a los estados de Oriente Medio y no puede constituir simplemente una "iniciativa occidental". Asimismo, ha explicado que dicha división militar internacional debería desarrollarse bajo la égida de las Naciones Unidas.
Para Tomasi, una coalición anti-E.I. debería incluir a "los países más directamente involucrados en Oriente Medio", es decir los Estados de la región. "Lo que se necesita es una coalición coordinada y bien pensada, con objeto de hacer todo lo posible para lograr una solución política sin violencia", ha explicado. En este sentido, ha precisado que "si eso no es posible, entonces será necesario usar la fuerza".
Ante este cuadro y a sabiendas de la tradición vaticana de apoyo al dialogo, la paz, la solidaridad y la defensa de los derechos humanos en materia de relaciones internacionales, cabe preguntarse si es que estamos en presencia de un cambio tan rotundo como se presenta a nivel mediático, o si las palabras del nuncio vaticano, se pretenden orientar ahora a un marco avalatorio de futuros planes intervencionistas, esta vez con bendiciones papales… Interesante disquisición para el análisis…
Mientras tanto, desde esta Redacción, si bien compartimos absolutamente la solidaridad con la triste situación de todas las minorías religiosas que vienen siendo víctimas del bárbaro accionar de E.I., tanto en Irak como en Siria; no por ello dejamos de efectuar el respectivo llamado de atención señalando nuestra firme oposición a toda injerencia e intervención militar extranjera en la región que lleve a una presencia neocolonial de potencias mundiales en el Levante, mucho menos utilizando la religión y a las minorías como excusa.
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