El último sueño del Sultán Erdogan
El autor analiza la política injerencista de Turquía hacia Siria y los motivos de sus magros resultados.
El último sueño del Sultán Erdogan: un protectorado en el norte de Siria
Tras una reciente gira de Erdogan por los países del Golfo, han surgido reportes sobre la auténtica agenda turca para el norte de Siria.
De acuerdo a Al Monitor , Ankara delineo planes para la toma militar de las ciudades de Manbij y Raqqa, en pos de establecer una “zona de seguridad” administrada por un “nuevo ejército nacional”. Tal ejército sería creado a partir de grupos rebeldes y operaría bajo la supervisión de las Fuerzas Armadas de Turquía.
Turquía ya ha estado preparando una nueva fuerza policial en las “áreas liberadas”. Imágenes en los cuarteles centrales muestran la bandera rebelde junto a la turca, y un retrato del Sultán Erdogan. Han surgido videos de esta nueva fuerza de seguridad, en los que sus oficiales se ven cantando “Larga vida a Turquía, larga vida a Erdogan”.
Mientras el ejército turco combate contra DAESH (E.I.) en el norte de Siria, sus seguidores rebeldes han venido celebrando este movimiento como una “liberación” a cargo del “Ejército Libre Sirio” (FSA por sus siglas en inglés), aun cuando su contribución en la batalla es insignificante (por no decir inútil en vista de recientes retrocesos en el frente de Al Bab).
Ankara ha propuesto a la administración Trump, una invasión conjunta turco-estadounidense con objeto de tomar Raqqa, lo cual conllevaría el riesgo de una confrontación abierta con el Ejército Árabe Sirio o las fuerzas kurdas (apoyadas por EEUU actualmente).
También está en los planes del gobierno turco, repoblar el norte de Siria con civiles árabes y turcomanos. Este último grupo podría incluir musulmanes uigures, cuya migración desde China hacia Siria ha sido muy alentada por el MIT, cuerpo de inteligencia turco.
Este “gran diseño” se completaría con la construcción de “mega-ciudades” que serán inundadas de cientos de miles de refugiados (la primera vez que escuché esta idea fue del propio Erdogan, durante una conferencia en Chile el año pasado).
Retrocediendo en la historia, en el Líbano encontramos un precedente de este enfoque de “dividir y colonizar”: el “Ejército del Sur del Líbano” (previamente conocido como Ejercito Libre Libanés), un agente de Israel, que controlaba el sur del país como cobertura para la expansión israelí y la expoliación de recursos naturales, en medio de la Guerra Civil del Líbano (1975-1990).
Nacido en 1976 como un desprendimiento del ejército libanés, el SLA (South Lebanon Army) combatió a las milicias palestinas y sus aliados progresistas del Movimiento Nacional Libanés.
Tras la invasión israelí del Líbano por primera vez en 1978, el SLA se convirtió en una milicia agente al servicio de la potencia ocupante, controlando un territorio conocido como “Zona de Seguridad” (“Safe Zone” en nuestra moderna terminología). Reclutó cristianos, shiítas y drusos como mercenarios, y dirigió campos de concentración en coordinación con Israel.
Este movimiento fue visto en ese momento como un intento de ofensiva en pos del “Gran Israel” que los sionistas invocaban, tanto como hoy Erdogan parece estar presionando para crear un nuevo “Imperio Otomano”.
Luego de la invasión de 1982, el emergente movimiento de resistencia islámico Hezbollah, se convirtió en el máximo enemigo del SLA. Así, tuvo lugar una guerra de guerrillas de 17 años, liderada por Hezbollah y otras fuerzas de resistencia (apoyadas por Siria e Irán), resultante en la expulsión y rendición de los mercenarios del SLA, y el retiro de las tropas israelíes en mayo de 2000. Fue la primera derrota que sufrió Israel a manos de fuerzas árabes, en su historia.
Lo que nos dice este repaso es que, no importa que tan fuerte sea la potencia ocupante, sus designios de dividir y dominar están condenados a fallar si se construye una resistencia fuerte.
El gobierno sirio no permitirá la división de su país; tampoco lo harán las fuerzas locales. Por otra parte, el surgimiento de un “pseudo-Estado” artificial turco en el norte de Siria no sería del agrado de las organizaciones kurdas, quienes están también intentando crear su llamada “Rojava” como un territorio continuo a lo largo de la frontera turco-siria.
Los soñados proyectos de Erdogan podrían muy bien llevar a una mayor coordinación y cooperación entre el gobierno sirio y las fuerzas kurdas, en un acuerdo que podría ayudar a acelerar el fin de esta brutal guerra.
(*) Renato Vélez posee una Maestría en Estudios Internacionales, centrados en Asuntos de Medio Oriente. El artículo en inglés, publicado en Al Masdar el 21/2/2017, puede consultarse en este enlace .
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