El "Lunes Blanco" libanés
El 31 de octubre, Michel Aoun ha sido declarado el decimotercer presidente del Líbano después de ganar por simple mayoría en una votación compuesta por dos rondas, poniendo fin al vacío de dos años y medio que azotaba al país.
En contraposición con el “viernes negro” término usado por los norteamericanos para referirse a los descuentos de Halloween, ayer la prensa libanesa daba una mirada optimista a los eventos del día dándole el nombre de “lunes blanco”.
Luego de un vacío presidencial de más dos años, el pueblo libanés había perdido la esperanza sintiéndose rehén de desacuerdos políticos en una sociedad donde el sectarismo es el protagonista. Sin embargo ayer los ciudadanos libaneses dejaron de lado cualquier etiqueta religiosa y política para unirse en el festejo de que finalmente la democracia encontró su camino luego de haber perdido el rumbo.
Desde las primeras horas se vivía un clima distinto por las calles de Beirut. El centro contaba con una gran presencia de las fuerzas de seguridad libanesas a pesar de la tranquilidad y armonía que se sentía en el aire. Ningún incidente violento iría a empañar los acontecimientos del día. Las instituciones educativas dictaron asueto y a las 12 del mediodía en punto el país entero se paralizó. Era justo el momento donde se daba comienzo la sesión parlamentaria extraordinaria que tendría como resultado la elección de Michel Aoun como presidente.
Sin embargo, hasta último momento el resultado se haría esperar. Incluso hubieron periodistas que señalaron que la elección de Aoun fue vergonzosa debido al comportamiento de algunos miembros del parlamento.
Los votantes presentes eran 127. Para que la elección fuera clara se debieron hacer dos rondas de votaciones. En la primera ronda, la urna transparente era pasada frente a cada miembro del parlamento para que emitiera su voto. En esta instancia, el líder del bloque Cambio y Reforma y fundador del Movimiento Patriótico Libre recibió inicialmente 84 votos, sólo dos menos de los necesarios para ganar la primera vuelta y convertirse así en presidente, el resto fueron votos en blanco o impugnados.
El clima de optimismo pareció distender el ánimo dentro del recinto, quizás más de lo que el presidente del parlamento, Nabih Berri, hubiera deseado, ya que en varias ocasiones debió llamar al orden cual maestro de escuela.
La distensión fue tal que entre los votos de la primera ronda aparecieron nombres poco convencionales, desde Zorba el griego hasta Myriam Klink, una modelo libanesa devenida a cantante. Cuando el voto fue desechado muchos preguntaron el porqué, insinuando de que fuera por su condición de mujer. Inmediatamente el presidente del parlamento se encargó de decir que era porque la Srta. Klink es ortodoxa y como es sabido el líder libanés debe ser maronita como lo dicta la constitución.
En la segunda ronda, el candidato Michel Aoun obtuvo 83 votos a su favor, 18 más que los 65 votos necesarios por mayoría simple. Sin embargo, la segunda ronda debió repetirse dos veces debido a que seguían apareciendo 128 votos en lugar de 127. Para la tercera, y última votación, se pidió que cada representante se acerque uno por uno a emitir su voto frente a la urna que quedó situada en el medio del recinto y vigilada por dos miembros del parlamento.
Finalmente Michel Aoun fue elegido presidente. Los festejos no tardaron en llegar, fuegos artificiales y tiros al aire se sintieron en todos los rincones del suelo libanés. Todo sería perfecto. La hermandad del pueblo libanés volvía a ser una. Tanto es así que al otro día de que Líbano tuvo su presidente, llegó la esperada primera lluvia que marca el comienzo del otoño.
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