EEUU expande invasión de-facto en Siria
Documentado análisis sobre la estrategia estadounidense de ocupación en territorio sirio.
La reciente expansión militar de EEUU en Siria sigue una predecible y singular agenda que hace décadas apunta a esa nación del Levante, y más específicamente, a través del actual conflicto que comenzó en 2011 durante la “primavera árabe” tramada por EEUU.
El periódico británico Independent, en reciente artículo , reportó: “Cientos de marines estadounidenses han arribado a Siria, armados con artillería pesada, en preparación del asalto a la capital de-facto de ISIS, Raqqa”.
Sin embargo, la presencia de tropas estadounidenses en Siria es enteramente no requerida por el gobierno sirio, y constituye una clara violación a la soberanía nacional del país, bajo la ley internacional.
CNN en artículo reciente, reporta: “El presidente de Siria, Bashar Al Asad, se burló y cuestionó las acciones estadounidenses en Siria, llamando a tropas estadounidenses desplegadas al país "invasores" porque no había dado su permiso para que ingresaran y afirmando que no han habido "medidas concretas" de parte de la administración Trump hacia ISIS”.
No sorprende el hecho que la política exterior de EEUU permanezca absolutamente inalterada, a pesar de la asunción de un nuevo presidente.
Más evidencia de la continuidad de agenda
Con Israel ocupando el Golán sirio, y las tropas turcas ocupando la “zona de seguridad” en el norte, (extendida desde Azaz en el oeste hasta Jarabulus sobre el Éufrates en el este), junto con las tropas de EEUU continuamente delineando una presencia permanente en el este del país, se alimentan las amenazas de cumplir una conspiración con décadas de historia, urdida para dividir y destruir al Estado sirio.
Documentos recientemente desclasificados de la CIA revelan que ya en 1983, los EEUU estaban involucrados en operaciones encubiertas y abiertas virtualmente idénticas, destinadas a desestabilizar y derrocar al gobierno sirio.
Un documento firmado por el ex-oficial de la CIA, Graham Fuller, titulado “Generando fuerzas reales para combatir contra Siria ”, señala (con su propio énfasis):
“Siria, actualmente tiene una carta de bloque sobre los intereses de EEUU, tanto en el Líbano como en el Golfo - a través del cierre del oleoducto de Irak, amenazando así la internacionalización iraquí de la guerra [Irán-Irak]. EEUU debería considerar agudamente la escalada de las presiones contra Assad [padre], mediante la orquestación secreta de amenazas militares simultáneas contra Siria de tres Estados fronterizos hostiles a Siria: Irak, Israel y Turquía”.
El reporte también afirma:
“Si Israel incrementase las tensiones contra Siria simultáneamente con una iniciativa iraquí, las presiones sobre Asad escalarían rápidamente. Un movimiento turco lo presionaría aún más, psicológicamente”.
El hecho de que una indistinguible agenda haya trascendido décadas y múltiples presidencias, permite a los observadores del actual conflicto en Siria, esquivar las tentadoras distracciones y enfocarse exclusivamente en el entramado estratégico de la actual crisis.
A pesar de las proclamas en los medios occidentales sobre el desacuerdo entre Turquía y EEUU, y específicamente en lo referente a sus respectivas ocupaciones ilegales y operaciones dentro del territorio sirio; su colaboración durante décadas en el intento de división y destrucción del Estado sirio, indica con toda probabilidad, que esta colaboración continúa, aunque tras un velo de fingidos intereses conflictivos.
Del mismo modo, los intentos de retratar a Israel como una nación deshonesta en medio de este conflicto en curso ofrecen a los estrategas políticos de EEUU flexibilidad a través de una negación plausible. Es decir, que los ataques aéreos dirigidos a las fuerzas sirias imposibles de justificar por parte tanto de EEUU como de Turquía, son tolerados por la "comunidad internacional" cuando son ejecutados por Israel.
Arabia Saudita, Qatar, y otros miembros menores del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC), son igualmente utilizados para blanquear varios aspectos de la política exterior de EEUU que apunta contra Siria. Esto incluye, el armado, entrenamiento, y financiamiento de varias organizaciones terroristas, incluyendo a Al Qaeda y el mismo, así llamado, Estado Islámico (ISIS / DAESH).
Si fuera el eje EEUU-OTAN-Israel-GCC más abiertamente aparente, tal flexibilidad sería significativamente negada.
El verdadero final para las tropas estadounidenses en Siria
Las ambiciones de EEUU contra el Estado sirio, han sido significativamente contrarrestadas tanto por los avances sirios en terreno, así como por el apoyo que está recibiendo de sus aliados, incluyendo Rusia e Irán.
Las fuerzas de Ankara intentando avanzar más profundo dentro del territorio sirio bajo el disfraz de estar combatiendo “terroristas” y a los combatientes kurdos, que Turquía proclama atentan contra su seguridad nacional, están ahora rozando contra las fuerzas del Ejercito Árabe Sirio (EAS), que está cambiando lugares con las fuerzas kurdas a lo largo del perímetro de la “zona de seguridad” de Turquía.
Del mismo modo, las fuerzas de EEUU están enfrentando similares obstáculos en sus intentos de acrecentar la absorción de territorio sirio.
Adicionalmente, sus fuerzas agentes consisten en organizaciones desinteresadas en una cooperación de largo plazo con EEUU, o en delinear regiones autónomas dentro de los límites de Siria, las cuales inevitablemente enfrentarían obstáculos sociopolíticos y económicos que los EEUU no estarán interesados en asistirlos a sortear.
Esto significa que eventualmente, cualquier acuerdo de largo plazo (de estas organizaciones), será probablemente efectuado con Damasco, y no con Washington.
Pero así como la toma y actual ocupación israelí del Golán sirio, las incursiones turca y estadounidense y sus tomas territoriales, constituyen un similar y creciente desmembramiento del Estado sirio.
Frente al probable prospecto de que la mayoría del territorio sirio regresará al control de Damasco, más temprano que tarde, los EEUU y sus colaboradores en Ankara están ahora buscando tomar y retener la mayor cantidad de territorio posible antes que ello suceda, en un intento por debilitar a Siria a futuro, con el objeto de desplegar nuevas rondas de desestabilización organizada.
(*) Tony Cartalucci es investigador y analista geopolítico estadounidense con base en Bangkok. Aporta especialmente para la revista online “New Eastern Outlook” y dirige el sitio “Land Destroyer Report”. El artículo original en este enlace .
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