Después de la destrucción, la ayuda
Luego de que monumentos, patrimonios de la Humanidad quedaran devastados por la acción de mentes siniestras surge la ayuda. ¿No será un poco tarde?
La Mezquita de los Omeyas, construida en el siglo VIII; la Gran Mezquita Omari, de la ciudad de Daraa (Siria); la mezquita de Oweis Al Qarani; la ciudad iraquí de Hatra, la emblemática ciudad de Palmira declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO fueron sólo algunos de los monumentos destruidos con cizaña por el grupo extremista al que conocemos como Estado Islámico.
En suma, las ciudades sirias de Aleppo, Raqqa, Homs y Palmira fueron algunas de las más afectadas en esta guerra impuesta e injustificada, junto con las iraquíes Mosul, Hatra, Ramadi y Tikrit.
Como respuesta a lo acontecido, la UNESCO lanzó recientemente una campaña de concientización a favor del Patrimonio, que nace como propuesta para evitar especialmente la destrucción deliberada del Patrimonio Cultural como ha sucedido en Medio Oriente.
Ahora bien, más allá del aspecto positivo que sin dudas posee esta misión, la pregunta que debemos hacernos es ¿por qué ahora? ¿Por qué esperar que los vestigios de estas ciudades queden reducidos a ruinas para afrontar el problema? ¿Por qué mejor no brindar la protección y ayudas necesarias para que estas barbaridades no sucedan?
Porque, no sólo duele la destrucción de esas joyas del mundo, sino también las muertes a sangre fría de niños, mujeres y hombres que se lleva este conflicto. Surge, entonces la misma pregunta: ¿por qué?
Conflicto de intereses, mentes enfermas que no saben lo que es vivir, podrían ser algunas respuestas.
Lo cierto es que ahora todos hablan de la reconstrucción de Palmira, pero ha tenido que concretarse su liberación para que se despliegue la inusitada ayuda. O quizá la reconstrucción de las ciudades sea más fácil que terminar con el terrorismo de E.I.
Lo importante es comprender que la responsabilidad es de todos, es del mundo entero y va más allá de la restauración de los sitios destruidos. Lo bueno sería no tener que hablar siquiera de reparaciones ni destrucciones.
Lo importante es que todos tomemos real conciencia, nos informemos y aportemos con lo que podamos para poder ponerle un punto final a este desastre, porque simplemente es el hombre el que hace la Historia.
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