Amigos son los Amigos, preparativos para la Anexión
Israel ha conseguido de la administración Trump lo que no había obtenido de ningún otro gobierno estadounidense.
El trillado recurso que emplea la política israelí para presentar a la comunidad internacional su proyecto colonial, desde antes de 1948 y con más sofisticación a partir de 1967, no es otro que un lenguaje dual, uno para el consumo internacional, el discurso de la búsqueda de la paz, el otro, el real, el lenguaje de la anexión y el control para uso interno de la burocracia de la ocupación.
En 1967 Josef Burg por aquel entonces joven Ministro del partido Religioso Nacional, Mafadal, acuñaría la mentirosa frase que sería repetida hasta la náusea por los distintos gobiernos israelíes independientemente de su color político, “Ningún socio para la paz” así mismo afirmó sin ningún tipo de sonrojo “ Vamos a tener que conservar los territorios durante mucho tiempo, a la vez que afirmamos en el exterior que deseamos alcanzar la paz”, evidenciando en esta frase la verdadera naturaleza de las intenciones del estado sionista.
Hoy sabemos que Israel ha conseguido de la administración Trump lo que no había obtenido de ningún otro gobierno de los EEUU a pesar de la manifiesta parcialidad de la que ha hecho gala desde la presidencia de Lyndon B. Johnson, ya que hasta ese entonces, si bien siempre tendenciosa y arbitraria hacia el proyecto colonial sionista, había guardado ciertos reparos por falta de confianza en Israel como su socio principal en Medio Oriente.
En este escenario es que aparece la figura de Jared Kushner como encargado del diseño del llamado “ Acuerdo del Siglo”, se comenta que la visión y conceptos que tiene Donald Trump sobre Israel está forjada por Kushner, quien fue educado en el sionismo político así como también religioso, que representa Netanyahu.
Jared Kushner conoció a Benjamín Netanyahu siendo un niño, este durmió en su cama cuando el político israelí fue invitado a la casa de su amigo Charlie Kushner, padre de Jared, en Nueva Jersey, y alojado en la habitación del mayor de sus dos hijos varones.
Kushner con su afectación y su absoluta falta de empatía, su turbio historial en los negocios inmobiliarios, su estrecha amistad con Mohammad bin Salman Al Saud, dato que merece un aparte, en perfecta sincronía con sus insensatas palabras, habría demandado al por entonces Secretario de Estado norteamericano Tillerson, “Quiero a Israel”, dejando en claro su interés por representar los intereses del estado sionista.
Hoy coautor de una maniobra armada y coordinada para llevar adelante la anexión de los territorios palestinos, Kushner acuña su propia frase infame “Los palestinos han perdido toda su credibilidad”, con estas declaraciones respondía el asesor de la Casa Blanca para Medio Oriente y yerno del presidente Trump, a la negativa de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) al llamado “acuerdo del siglo”.
A estas declaraciones se suma la del actual secretario de Estado Mike Pompeo, ferviente devoto del gobierno israelí, quien manifestó su patrocinio al plan de anexión planeado para concretarse el próximo julio, expresando a los periodistas “en cuanto a la anexión en Cisjordania, los israelíes finalmente tomarán esas decisiones”.
“Es una decisión israelí, y trabajaremos estrechamente con ellos para compartir con ellos nuestras opiniones sobre esto en un entorno privado”, declaró.
Así es que sentadas las bases para concretar la anexión bajo el auspicio y protección de Estados Unidos, este domingo el partido del primer ministro israelí, el Likud, presentó ante el parlamento un proyecto de ley para anexionar grandes extensiones del territorio palestino, que prevé la anexión del Valle del río Jordán, la zona norte del mar Muerto y las colonias o asentamientos en Cisjordania (ilegales según el derecho internacional). Según el proyecto las áreas que se van a anexionar son importantes desde los puntos de vista político, económico y de “seguridad”.
En Cisjordania viven unos 531.000 colonos judíos, según datos de 2012. Las cifras actuales podrían ser superiores.
El partido conservador explicó que las zonas que pretende anexionar a Israel, son cerca del 30% de Cisjordania.
A pesar de las tibias advertencias que hizo la ONU al gobierno israelí de coalición acordado por Benjamín Netanyahu y Benny Gantz de que sus planes para anexionar partes de Cisjordania serían una «seria violación de la ley internacional», un «golpe devastador para la solución de dos estados» y «cerrarían la puerta» a las negociaciones con los palestinos”, las garantías puestas sobre el terreno por el gobierno de Trump y sus funcionarios que se comportan como vulgares bravucones, otorgan al gobierno de Netanyahu el valioso oxigeno que le niega a sus propios ciudadanos condenados por un sistema de salud desbordado por el COVID-19 y una economía basada en un sistema excluyente, aprobando acciones ilegales y violatorias del Derecho Internacional, activando el reloj que marca la proximidad del mayor expolio de la era contemporánea, con un “plan” diseñado ad hoc para Israel, inaceptable e inadmisible para los palestinos y oportuno para Trump.
Nota: La autora es miembro de la Federación de Entidades Argentino Palestinas.
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