Agujeros negros árabes
Tras ser intervenidos Libia y Yemen cayeron en un agujero negro mediático que no permite saber la (mala) suerte de sus ciudadanos. Tampoco son conocidas las acciones de las potencias interventoras en esas geografías.
El exPrimer Ministro del Reino Unido, Tony Blair, esta mañana fue interrogado por los miembros del parlamento británico. En ese contexto, Blair fue consultado sobre su relación con líderes en el mundo árabe y la política que llevó adelante en la región; al respecto dijo: “Cada tanto uno se encuentra con gente que le dice ¿no hubiera sido mejor continuar relacionándonos con dictadores? Porque conocemos a Asad, Sadam, Gadafi y Ben Alí”.
Resultaría de profundo interés poder realizarle las mismas preguntas a George H. W. Bush, porque de hecho, el planteo realizado a Blair también lo hicieron algunos analistas en EEUU. Para ser más específico, tras 5 años de intervención de EEUU en Iraq, los estragos de la insurgencia y alineamiento de Bagdad con Teherán, desde los círculos académicos comenzaron a aflorar las voces disidentes que habían sido calladas durante 2003.
Recuerdo estar asistiendo a la clase de Política Comparada en Savannah, Georgia, cuando el Dr. Zaphon Wilson nos presentó con un texto provocador para el momento. Se titulaba “La balcanización de Iraq”. Ese fue el disparador para una clase que convivía con los horrores de la guerra porque la mitad tenía algún familiar que había sido enviado a Iraq o Afganistán en un HC-130 desde la Base Aérea Fuerte Stewart, y otros que hasta no hace poco habían estado allí, “en el frente”.
En ese momento, tres soldados retornados de Iraq compartían el curso: dos blancos y otro negro. Ninguno de ellos era del sur del país. Pero allí estaban, escuchando atentamente las críticas a la política exterior de EEUU, y especialmente, aquellas referidas al escenario actual de Iraq. Luego de varios minutos, uno de ellos intervino y envuelto entre lágrimas dijo: “Yo los vi votar. Los liberamos de Sadam y les dimos democracia”. Yo sólo había visto soldados llorar en las películas, y la escena me conmovió.
Allí, en ese instante me percaté de la brecha que separa a la realidad del discurso. Es que el soldado estaba en el mismo agujero negro en el cuan se encuentran hoy Libia y Yemen. Al igual que este soldado, ninguno de esos dos países se trasformó en un titular de los canales de noticias de 24hs. Todos se hundieron en la oscuridad de la ignorancia que otorga vía libre al pecado y el libre de culpa.
Tanto Libia como Yemen hoy, atraviesan uno de los capítulos más tristes de su historia. La intervención internacional en ambos lugares desplazó poblaciones, destruyó infraestructura y quebró a la sociedad. Sin embargo, todo esto parece no merecer una miserable columna o titular. ¿Es muy complejo el escenario político doméstico e internacional para ser presentado en un bloque? Sí, pero lavar la culpa por haber encubierto lo que allí está ocurriendo ocupará mucho más tiempo.
Libia y Yemen están intervenidos militarmente, sus infraestructuras continúan siendo destruidas mientras un quiebre social se profundiza. Los interventores son los mismos aunque con distintos nombres y caras. EEUU, Francia e Inglaterra por un lado junto a un grupo de monarquías del Golfo Pérsico enfrentan grupos domésticos que desafían el orden internacional impuesto por ese mismo eje, y en su resistencia forman alianzas con naciones del eje opuesto—Irán—o grupos islamistas—Hermandad Musulmana.
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