El sufrimiento y los muertos son sirios
Ante los graves sucesos que desataron un inicio de año con nuevos aires de tensión y agresividad entre los dos más importantes jugadores regionales, Arabia Saudita e Irán, nos preguntamos quien sigue perdiendo día a día.
Dos oponentes
A la luz del proceso de posible desintegración de los estados de la región, que vive el Mashreq o Levante, desde el 2011, y un desgaste de las estructuras políticas seculares que ha venido dejando lugar al fortalecimiento de la inflamatoria retórica sectaria, y el incremento de la injerencia de fuerzas extranjeras en territorios soberanos, vivimos hoy un nuevo capítulo en la triste saga de la por demás convulsionada región.
Irak, Yemen y Siria, son hoy los campos de batalla de un juego que los analistas denominan como “de suma cero” y que puede arrastrar también al siempre expuesto Líbano, en un devenir en el que los estados luchan por la subsistencia a medida que las poblaciones, sobre todo civiles, la pierden día a día.
La nueva versión de un proceso que lleva ya una década, de enfrentamiento entre Riad y Teherán, como los dos más grandes jugadores a uno y otro lado de los conflictos del vecindario, enciende las alarmas y trae malas noticias a las poblaciones y estados de la región y, por sus implicancias, al mundo todo.
Las posibilidades de conflagraciones mayores, y merced a la cantidad de participantes internacionales en los conflictos en proceso, es materia de debate teórico, mediático y académico, el ya instalado contrapunto entre los especialistas sobre si se está ingresando a la llamada III Guerra Mundial, o si la misma ya está en proceso, como venimos diciendo desde hace cuatro años.
Un mismo perdedor
Pero lo que no deja lugar a debate, son las concretas cifras de destrucción de vidas e infraestructura que se conocen como crisis humanitarias, y que han invadido toda la región, especialmente la Republica Árabe Siria, dentro de un marco regional que implica a toda una nación siria histórica, vecina de turcos al norte, persas al este y árabes al sur.
A lo largo de todo el Creciente Fértil se vive al ritmo de la dinámica conflictiva entre estos pueblos vecinos, dos de ellos hoy asociados y enfrentando al otro, implicando esto a ambos lados, un bloque de soporte que se refleja entre las grandes potencias mundiales, léase Consejo de Seguridad de la ONU.
El fin de 2015 vio una nueva luz de esperanza hacia un pactado proceso de conversaciones para Siria a iniciarse a fines de este mes.
Este proceso se ve hoy comprometido ante un nuevo enfrentamiento y corte de relaciones diplomáticas y comerciales entre Riad y Teherán , aun con incuantificables consecuencias pero que serán sin duda nocivas para la región, especialmente para Siria y su pueblo, que sigue siendo la principal víctima, cuya sangre es moneda de cambio en esta partida estratégica donde se debaten, bajo falsas banderas confesionales, los más concretos y materiales intereses políticos y económicos de actores regionales e internacionales.
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