Siria ya tiene 500 rugbiers… y sumando

Eso era en 2004, cuando un grupo de extranjeros viviendo temporalmente en el país crearon un equipo. Así nació el Zenobians , cuyo nombre recuerda a la mítica reina de Palmira y a los impresionantes vestigios arqueológicos de la ciudad de la Gobernación de Homs, de la que provienen muchos de los sirios y sirio descendientes de Chile, Argentina, Brasil y otros países sudamericanos.

Cuando en 2011 el país se vio inmerso en un conflicto armado, esos foráneos se fueron. Al frente de Zenobians y de alguna otra formación ocasional, como Palmerians, quedaron los pocos rugbiers sirios que había en el país. Como la mayoría de la población, dieron lo mejor de sí mismos para que Siria pudiera superar esos difíciles momentos y para que por fin el rugby echara raíces genuinamente nacionales.

Convirtieron así la crisis en oportunidad.  Entendieron que más allá de aquello de “mens sana in corpore sano”, imprescindible cuando se vive una situación como la que pasó Siria esos años, el rugby y su filosofía es una escuela única para hacer frente a la adversidad. Por eso lograron lo que nunca antes se había conseguido: que los dedos del rugby se estiraran tanto como para que el deporte oval se extendiera por toda Siria.

Durante los años de conflicto entrenaron en difíciles circunstancias. Pese a ello lograron atraer a nuevos jugadores. En ese tiempo también se crearon las instituciones rectoras del rugby local, lo que les permitió salir a jugar fuera como Selección Nacional, sobre todo en la modalidad de seven a side. También contar con cobertura mediática en un país donde el fútbol o el basquetbol arrasan.  Las buenas presentaciones de esos años en Emiratos, Egipto, Túnez, Qatar o Líbano, donde debutó la selección femenina en 2018, dispararon el número de jugadores.

Un ejemplo que trasciende las fronteras sirias

Entre las incorporaciones, la de Sarah Abd Elbaki , que con apenas cuatro años de rugby encima, se ha convertido en un referente mundial para World Rugby. Sarah capitaneó al equipo nacional sirio que obtuvo el segundo puesto en el torneo de seven para países árabes celebrado en Alejandría, Egipto, en 2021.  A partir de ahí, experiencia y formación continua han ido de la mano. Instructora técnica de un equipo en Sweida, en el sur de Siria, Sarah se convirtió pronto en entrenadora asistente del Seleccionado Nacional masculino.

Su pasión por un deporte del que ha dicho varias veces que desde que tomó una pelota en sus manos supo que sería para toda la vida , la llevó también al arbitraje. Ha sido la primera mujer árbitro en Asia y la primera en oficiar un partido de máxima categoría de rugby XV masculino en Siria. Sus logros la han llevado a ser designada Responsable del Desarrollo del Rugby Femenino en Siria y a recibir una de las 12 becas a nivel mundial otorgadas por World Rugby a líderes globales del rugby femenino.

El ejemplo de esta jugadora, entrenadora y árbitro de sólo 25 años es seguido por muchas niñas, jóvenes y adultas sirias.  Al tiempo que se enfrentan al relativo desconocimiento del rugby que aún existe en Siria y a los prejuicios todavía presentes en todo el mundo frente al hecho de que lo practiquen mujeres, cuentan con una ventaja. Siendo la sociedad más antigua del mundo y por ello tradicional en muchas cosas, por historia y el carácter diverso de su milenaria cultura, ha sido siempre muy abierta a los cambios, incluido el de la promoción de la mujer en todos los ámbitos. Si no, que se lo digan a Zenobia, reina de Palmira hace casi dos milenios.

En 1949 las sirias fueron las primeras en votar en todo el mundo árabe y en buena parte de los países mediterráneos. Ocupan altos puestos en todos los niveles del gobierno y la administración pública y su presencia es muy destacada en áreas como la ingeniería, la medicina o la arquitectura. Ahora una siria lidera la promoción del deporte oval en su país y en Asia.

Por los mismos años en que Sarah Abd Elbaki incursionaba en el rugby, lo hacía un joven de la nororiental provincia de Al-Hasakeh, Fawzi Mader Al Mashref. Hoy de 20 años se convirtió en el primero de su región en jugar en alguna ocasión en la Selección Nacional Masculina, que capitanea el experimentado Maher Nabulsy. Hijo de un ex-seleccionado nacional sirio de balonmano y él mismo un consumado cultor de levantamiento de potencia, Fawzi no dudó en aprovechar la posibilidad que le ofrecieron de vivir en la residencia para deportistas de alto nivel que tiene la Federación General de Deportes en Damasco.

La Ciudad Deportiva Al Faihaa cuenta con un estadio donde juega el Club de Fútbol Al-Wahda, varias canchas de entrenamiento, piscina olímpica, gimnasios y el hotel-residencia en el que ha vivido Fauzi los dos últimos años. Cuenta con tristeza como durante el conflicto algunos deportistas fueron alcanzados por proyectiles lanzados por los grupos armados que hace unos años asediaban Damasco. Pero también relata con alegría y orgullo como en ese mismo complejo entrenaba Maan Assad, el levantador de pesas que obtuvo para Siria una histórica medalla de bronce en los juegos olímpicos de Tokyo 2020. Fauzi sueña con que el rugby sirio algún día ocupe también un podio olímpico.

Hoy Fawzi ayuda a entrenar al recientemente creado equipo femenino de Al-Jeish, el club deportivo del Ejército Árabe Sirio, con secciones en muchas especialidades y promotor destacado del deporte femenino.

Los ya consolidados Sarah y Maher, que lideran las selecciones femenina y masculina, pero también el emergente Fawzi son el presente del rugby en Siria. Juegan, entrenan y arbitran partidos, contribuyendo al tiempo a formar una nueva generación de genuinos rugbiers sirios. Al igual que ellos serán quienes mañana sigan estirando sus dedos para pasear por todo el mundo los cinco pétalos del jazmín y sus valores implícitos: esfuerzo, resiliencia, espíritu de equipo, capacidad de aprendizaje y compromiso con la igualdad y la inclusión.

Notas:

Pablo Sapag M. es investigador y Profesor Titular de Historia de la Propaganda, de la Universidad Complutense de Madrid. Es colaborador del Centro de Estudios Árabes de la Universidad de Chile y académico en distintas casas de estudios de Chile, Reino Unido y Grecia. Es autor de “Siria en perspectiva” (Ediciones Complutense).

Primera parte del informe sobre el Rugby en Siria, en este enlace .