Cumbre de Teherán pidió una rápida solución a la crisis en Siria

Tras un impasse de dos años por la pandemia, y siguiendo los lineamientos de su último encuentro en 2020, los presidentes de Irán, Ebrahim Raisi; de Rusia, Vladimir Putin y de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, celebraron su séptima cumbre tripartita este martes en Teherán.

Los mandatarios subrayaron la necesidad de acelerar una solución política en Siria y en ese marco discutieron las formas de lograrlo, destacando su rechazo al terrorismo, así como analizaron formas de acelerar el regreso de los refugiados sirios a su país.

En la declaración final de la cita los firmantes subrayan que “Rusia, Irán y Turquía condenan los continuos ataques israelíes contra Siria, incluidos objetivos civiles, y los consideran una violación del derecho internacional, contribuyen a la desestabilización de la seguridad y la estabilidad en la nación siria”.

Enfatizaron además “la necesidad de combatir los esquemas separatistas, que tienen como objetivo socavar la soberanía de Siria y amenazar la seguridad nacional de los países vecinos a través de ataques e infiltración transfronterizos, además de la necesidad de mantener la calma en Idlib, e implementar acuerdos anteriores al respecto”.

Los tres países denunciaron las crecientes actividades de los grupos terroristas y sus afiliados con diferentes nombres en diferentes regiones de Siria.

Además, el texto expresó el rechazo a las sanciones unilaterales impuestas a Damasco, que contradicen las leyes internacionales y los derechos humanos. Igualmente, solicitó a la comunidad mundial que proporcione ayuda humanitaria adecuada a los refugiados sirios para el regreso a sus tierras.

Teherán en firme apoyo a Damasco

El presidente de la República Islámica de Irán, Ebrahim Raisi afrimó que la presencia del Ejército Sirio en la frontera es el garante de la estabilidad del país.

A su vez, el mandatario iraní condenó las ilegales sanciones impuestas a Siria, las cuales contradicen la soberanía de los países.

Sobre la ocupación estadounidense, afirmó que la soberanía, estabilidad y seguridad de Siria es una línea roja, y la presencia ilegal de Estados Unidos en ella es la razón de su inestabilidad, dijo.

En referencia a las impunes y repetidas agresiones del régimen de Israel sobre el territorio sirio, Raisi señaló el papel de las prácticas de la ocupación israelí en la desestabilización de la seguridad global, lo que tendrá repercusiones en la propia entidad sionista.

Al concluir la reunión, los presidentes acordaron asignar a sus representantes para preparar la 19ª Reunión Internacional sobre Siria en el formato Astana, a fines de 2022 en Rusia.

Moscú: Siria debe decidir su futuro sin interferencias externas

Por su parte, el presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, dijo que “esta reunión tripartita juega un papel clave en las acciones que mejoran la estabilidad en Siria y su integridad territorial”.

Fue enfático en la necesidad de asegurar que la comunidad internacional juegue un papel más importante hacia el pueblo sirio, sin intereses políticos.

"Tendremos pasos específicos para el diálogo político sirio, basados en nuestros acuerdos, de manera que Siria pueda decidir su futuro sin interferencia externa", agregó.

El mandatario ruso recordó que “el gobierno sirio logró recuperar la mayor parte de su territorio de manos de los terroristas”, subrayando que las áreas al este del Éufrates deben estar bajo el control del gobierno sirio.

Por último, Putin subrayó la necesidad de que Siria regrese a la comunidad internacional de manera contundente, y en relación al tema humanitario, en consonancia con sus homólogos, destacó que: “es necesario brindar las condiciones adecuadas para que los refugiados sirios puedan regresar a su país”.

La amenaza de operación armada de Erdogan

Rusia, Turquía e Irán prometieron este martes seguir cooperando para “eliminar terroristas” en Siria. Las tres naciones “reafirmaron la determinación de continuar con su cooperación actual con el fin de eliminar a los individuos, grupos, proyectos y entidades terroristas, y garantizar la protección de los civiles y de las infraestructuras civiles de acuerdo con el derecho internacional humanitario”, señala el texto.

Lo expresado se lee como el máximo nivel de compromiso o ‘luz verde’ enunciativa que obtendrá Erdogan, tanto de Teherán como de Moscú, para lo que la agenda turca busca encarar con sus amenazas desde mayo último; es decir, una nueva operación militar de fuerzas regulares turcas en el norte de Siria, donde pretendería crear una “zona de seguridad” de 30 kilómetros en la frontera, so pretexto de la seguridad nacional y la preocupación por la acción armada de las milicias kurdas SDF, las que a la vez son apoyadas por Washington, aliado de Ankara en la OTAN, y el otro ocupante ilegal de territorio en el norte sirio.

En síntesis, tanto Irán como Rusia advirtieron a Turquía de los riesgos de “desestabilización” de la región de una operación de tal calibre, remarcándole su desaprobación y a sabiendas que un movimiento tal, solo serviría para socavar la soberanía del Estado Sirio y a la vez continuar fomentando las estrategias de turquificación del norte del país y el sostenimiento de la ocupación.