Sabbagh: La guerra terrorista causó enormes daños al sector hídrico en Siria
El jefe de la delegación siria en la ONU, embajador Bassam Sabbagh, denunció los daños al sector hídrico de su país causados por la acción de la guerra, el terremoto reciente y el constante saqueo del régimen israelí en el Golán Sirio ocupado.
La guerra terrorista impuesta a Siria desde 2011 ha causado daños por valor de más de 1.200 millones de dólares a su sector hídrico, ha afirmado el embajador Bassam Sabbagh, jefe de la delegación siria en la conferencia de la ONU titulada “Agua para el desarrollo sostenible”.
La Conferencia, realizada el 22 y 23 de marzo, contó con la participación de todos los países miembros de la Asamblea General de la ONU, así como de la oficina del Secretario General y directivos de organismos internacionales especializados en el área.
El embajador Sabbagh denunció en su intervención que las ilegales medidas coercitivas occidentales han obstaculizado los esfuerzos del Estado sirio para conseguir financiación para proyectos hídricos, así como restringieron la importación de los equipos necesarios para restaurar las instalaciones dañadas, mantener los proyectos que están en funcionamiento y desarrollar la infraestructura de este vital sector.
El diplomático afirmó que el porcentaje de daños en el sector del agua en Siria ascendió al 41 por ciento y afectó fuentes e instalaciones de agua que abastecen a más del 75 por ciento de la población, condenando el uso de agua potable como arma por parte de grupos terroristas en la provincia de Hasaka en los últimos años, que causó un enorme sufrimiento a los ciudadanos.
Sabbagh subrayó que el devastador terremoto y sus réplicas, que azotaron Siria el 6 de febrero provocaron la destrucción de muchas instalaciones de infraestructura relacionadas con el sector hídrico, como 80 tanques que abastecen de agua potable a un millón y medio de personas en seis provincias.
Finalmente, denunció que la ocupación israelí sigue robando agua del Golán Sirio ocupado, desconociendo las leyes y normas internacionales. “Las autoridades de ocupación están explotando las aguas del lago Tiberíades y el río Banyas y sus manantiales, además de saquear el agua de la cuenca de Raqqad, un afluente de la cuenca de Yarmouk”, concluyó Sabbagh.
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